Berlín.- Un friso helénico de unos 2.500 años de antigúedad, préstamo del Museo de Historia del Arte de Viena para la recién inaugurada exposición "El clasicismo griego, idea o realidad" en Berlín, ha sufrido graves daños tras caerse por accidente en el transcurso del montaje de la muestra.
Un portavoz del museo confirmó a EFE el accidente, del que informa hoy, martes, el periódico berlinés "Der Tagesspiegel", aunque dijo no estar autorizado a dar por el momento más detalles sobre el caso.
La pieza, uno de los pocos originales que incluye esta exposición -inaugurada el pasado día 1 y que podrá verse hasta el día 2 de junio en el Martin-Gropius-Bau de la capital alemana-, formaba parte de una tumba principesca y muestra escenas de la Odisea homérica.
El citado periódico explica que el accidente sucedió hace ya una semana, cuando los empleados de la empresa de transporte que trajeron el friso a Berlín lo desempaquetaron para colocarlo sobre un pedestal de madera de sesenta centímetros de alto, para que la obra pueda contemplarse a la altura de los ojos.
Una vez sobre el pedestal, la pieza de piedra se deslizó hacia adelante y cayó al suelo, lo que provocó ligeros daños en los motivos esculpidos, pero la parte posterior se agrietó y grandes fragmentos se separaron del cuerpo principal.
La muestra ha sido posible gracias a las donaciones de 120 museos de todo el mundo, entre ellos varios españoles -de Madrid, Jaén y Palma de Mallorca-, pero los propietarios, públicos o privados, de obras de arte, son cada vez más reticentes a cederlas para exposiciones temporales por el riesgo que entraña su transporte.
"La restauración del friso requerirá alrededor de medio año", señala el director de la colección antigua de los Museos Estatales de Berlín, Wolf-Dieter Heilmeyer, en el citado rotativo, una tarea que se llevará a cabo en Viena, ciudad a la que fue transportada la pieza tras el accidente.
Los responsables del museo vienés reaccionaron con comprensión ante la noticia del accidente, y su director general, Wilfried Seipel, quien acudió a Berlín para la inauguración, declara en el mismo diario que "se trata de un accidente lamentable", pero asegura que eso no interrumpirá la colaboración entre ambas salas.
El friso dañado, una de las alrededor de 700 piezas que incluye la exposición, fue esculpido aproximadamente entre los años 380 y 370 antes de Cristo.