SANTIAGO.- Roger Waters, ex bajista y "cerebro" de la banda Pink Floyd, que ofrece hoy un concierto en Chile, está feliz de estar en Latinoamérica como parte de su gira mundial "In The Flesh", que comenzó la semana pasada en Sudáfrica.
"Es la primera vez que vengo a Latinoamérica y estoy muy feliz de estar aquí", dijo el mítico compositor de "The Wall", "The Dark Side Of The Moon" y "Whish You Were Here" en declaraciones hechas a su llegada el lunes a Santiago y publicadas hoy por la prensa.
Waters llegó con un retraso de 14 horas, lo que causó una gran ansiedad a los fanáticos que le esperaban en el aeropuerto, algunos de ellos llegados desde Perú y Bolivia, y nerviosismo entre los organizadores del concierto.
Finalmente los organizadores pudieron respirar y anunciar que todo estaba "listo" para el recital de hoy en el Estadio Nacional de Santiago.
Antes de cantar y para relajar los nervios, el cerebro del mítico grupo británico jugó hoy al golf en una cancha fuera de Santiago y asistió a la prueba de sonido en el estadio.
Según la productora, Roger Waters repasará en el concierto los antiguos éxitos de Pink Floyd y mostrará algunas piezas de "In The Flesh", el álbum que sacó como solista en 2000.
Desde Chile partirá a Argentina y continuará su gira por Brasil, México, Japón, Corea, India, Líbano, Tailandia y prácticamente toda Europa, el que culminará en Londres en junio próximo.
El rockero, de 59 años, llegó junto a una comitiva de 37 personas, de las que diez son músicos, uno de ellos su hijo, el tecladista Harry Waters, de 25 años.
En medio del tumulto que se produjo a su llegada al aeropuerto y a pesar de su fama de arisco, Waters se acercó a los admiradores que esperaban para recibirlo y compartió algunos minutos con ellos hasta que se aproximaron los periodistas.
"Fuera de mi camino", les dijo a los periodistas el músico británico para enseguida volver a la limusina que lo esperaba.
"Hemos esperado años por esto y es la única oportunidad de ver algo como él en este lado del mundo", dijo a los periodistas Manuel Huenchumín, de Lima.
"Estoy desde las diez de la noche del domingo esperándolo, me quedé a dormir cerca del terminal y lo abracé, le saqué fotos hasta dentro del auto y después me echaron!", contó uno de los seguidores de Waters a la prensa chilena.
Muchos trabajaron extra para costearse las entradas más caras, que tienen un precio cercano a los 50 dólares.
"Cuando la compré me puse a llorar y hoy será el hombre más feliz de la tierra", contó Leander Rubio, que pertenece a la comunidad ’’Foro de Pink Floyd’’ que agrupa a jóvenes y viejos fanáticos de la banda británica.