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Zucchero, como su vino 11/04/2002

11 de Abril de 2002 | 00:00 |
El italiano tiene un nuevo disco. Uno que mezcla la electrónica con los sonidos de raíces negras. Y el italiano quedó tan contento con el resultado, que hasta hizo historia al cantar a dúo con una leyenda del blues. Como para festejarlo con un buen vino. Con el que él mismo cosecha y embotella en su granja de la Toscana.

Pablo Márquez F.
(11/04/2002)


Zucchero, el italiano bautizado hace 47 años como Adelmo Fornaciari, se salva por un pequeño gran detalle de caer en el cliché. Casi, casi. Porque a la hora de recordar lo mejor de la única presentación que ha ofrecido en vivo en nuestro país, realizada hace casi exactos cinco años en Santiago, un 22 de abril de 1997 en la discoteque Laberinto, el cantante no duda en jerarquizar su nostalgia.

"Me acuerdo de Chile como un gran lugar, con buen vino y buena fruta...", confiesa el cantautor de "Senza una Donna", entre otros grandes éxitos. "En realidad, lo que más recuerdo es el vino, era increíble. La compañía discográfica me regaló una caja grande de vino chileno y durante mucho tiempo la disfruté en casa. Me encanta el vino, obvio... Bueno, y el público chileno me pareció también muy participativo y culto".

Sobre el público local podríamos tener una larga discusión. Pero el amigo de Sting, Eric Clapton, Bono y Luciano Pavarotti suena convincente cuando habla de mostos: en su casa, allá en la Toscana, Italia, Zucchero supervisa y cosecha los viñedos que dan vida a su propio vino, el Spirito Divino, bautizado así en honor a su exitoso disco de 1995. El hombre sabe.

"Se trata del típico vino de la zona... (nota de la redacción: el chianti, uno de los más populares de Italia, de buena acidez y que de joven presenta notas florales, es seco, de cuerpo medio ligero e ideal para servir con las pastas). Es muy bueno, pero no lo vendo, es sólo para el consumo de mi familia", aclara.

Al teléfono desde Madrid, Zucchero promete una futura cata y vuelve sus palabras sobre su otra pasión, la música, que por estos días lo tiene promocionando su nuevo disco, "Shake".

Se trata del disco número 12 de su exitosa carrera europea, menos vistosa en América Latina, y donde mezcla su pop de marca registrada con todo su amor por los sonidos negros como el soul, el rhythm and blues, la era Motown y el rumor añejo del delta del Misissippi.

"Hay muchas influencias de ese tipo de música, lógico. A los diez años, crecí escuchando ese tipo de música. Más tarde, en la Universidad de Bologna, conocí a un amigo que venía de Memphis y me mostró el soul de Ottis Reading. Ahí me di cuenta de que ésa era mi música favorita y me prometí que, si algún vez me dedicaba al canto, haría ese tipo de música".

Zucchero pagó su deuda con todos los intereses al día: para la gestación de "Shake", a través de sus famosos e influyentes amigos, logró que el propio John Lee Hooker se acercara al estudio para grabar a dúo con el italiano la canción "Ali d''''''''oro", en abril del año pasado. Fue una de las últimas actividades del veterano héroe del blues, quien, a sus 81 años, murió dos meses más tarde.

"Mi amigo Eric Clapton había tratado de juntarnos antes para hacer algo, pero había sido infructuoso... Como parte del disco se grabó en los estudios The Plant, en San Francisco, muy cerca de la casa de John Lee Hooker, que vivía en Sausalito, le mandamos una cinta de la canción que queríamos que escuchara. Luego, alguien nos llamó de su parte para decirnos que le había gustado mucho y que quería venir al estudio. Llegó y estuvo muy bien... Fue fantástico, único, una experiencia que no voy a olvidar nunca".

Un chico de la calle

La de Hooker, cuenta Zucchero con su inglés duro y trabajoso, no es la única anécdota que tiene con alguna leyenda de la música mundial. Y se acuerda de la vez que, hace ya muchos años, su manager lo despertó a las tres de la mañana para contarle que Miles Davis estaba tratando de encontrar al autor de una canción que lo había conquistado en su paso por Italia.

"Me escuchó en la radio y dicen que preguntó quién es ese tipo. Le gustó mi canción y dijo que quería tocarla... Tiempo después estuve tocando con él en Nueva York. Fue un músico grande, aunque un poco difícil para trabajar con él".

A Zucchero le gusta recordar, es cierto, pero la nostalgia en el sonido de su nuevo álbum está mediatizada por su cercanía con la electrónica. Por eso, para la factura de "Shake", pidió la ayuda de John O''''''''Brien, un famoso DJ de hip hop del circuito de New Orleans, quien se hizo cargo de los loops y de los samplers de los viejos sonidos de los años ''''''''50 que aparecen a ratos como efectos en el disco.

"En los últimos años, una serie de DJs como Moby, Nellee Hopper o Fat Boy Slim han estado haciendo un trabajo muy interesante. Gracias a su amor por el soul, se pueden transformar en el futuro de este tipo de música al ofrecer ideas frescas y un nuevo sonido para las cosas viejas".

- De alguna manera, entonces, "Shake" es como un rescate de la música negra tradicional para las nuevas generaciones...

"Estos nuevos sonidos, más tecno, son muy buenos para todos aquellos que no conocieron a gente como John Lee Hooker, porque les permiten saber qué es el soul, qué es el rhythm and blues..."

- ¿Y qué significan para Zucchero?

"Lo más importante es que me permiten mantenerme haciendo siempre algo nuevo. "Shake" es mi forma de tener nuevos sonidos, es mi mejor disco en opinión de músicos y críticos. Es un trabajo muy sensual, positivo... mi estilo".

- Un estilo que para muchos suena muy raro, para los que dicen que Zucchero no suena ni es el típico cantautor italiano...

"Soy italiano, pero mi estilo no es el que tradicionalmente se identifica con la música de mi país. Es difícil de explicar. Lo mejor es decir que sólo hago música... Y sí, dicen que soy extraño porque vivo mi vida. No me gusta mucho la industria de la música, la verdad, prefiero vivir en mi casa de campo, muy lejos de las fiestas y de los eventos VIP. Me gusta estar tranquilo... Vivo en una enorme granja en Toscana, con muchos animales, donde también fabricamos aceite de oliva y quesos. Esa es la forma de vida que me gusta. Soy un simple chico de la calle, un querible y gentil chico".

- ¿Es la opción ahora que estás cerca de los 50 años?

"No, siempre me gustó este tipo de vida. Yo crecí en una granja, mi padre fue granjero y siempre me gustó el campo. Es muy simple: buena comida, buen vino, gente muy amable, no snob, no me gustan los snob".

- A pesar de tener tantos amigos famosos...

"Pero si ellos son muy normales. Eric Clapton también vive en una linda casa de campo. Sting vive muy cerca mío, allá en Toscana. Él también fabrica vino en su casa y siempre hacemos competencia de cuál es mejor".

- ¿Y cuál es mejor?

"Siempre estamos ahí, compitiendo... Aunque prefiero el mío, claro".

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