CHICAGO.- El realizador chileno Orlando Lübbert, cuya segunda película de ficción "Taxi para tres", tuvo anoche una cálida acogida en el Festival de Cine Latino de Chicago, está convencido de que el cine de su país "está aprendiendo".
"El cine chileno ha renacido muchas veces", explica en entrevista con dpa Lübbert, quien señala además como un factor importante en este fenómeno el tímido interés del gobierno en fomentar el cine. "Por cantidad -continúa- se está llegando a un cierto nivel de calidad".
Lübbert, que desde que presentó la película en el Festival de Cine de San Sebastián y se llevó el máximo galardón del certamen, la Concha de Oro, ha recorrido varios festivales y ha seguido recogiendo premios (Premio al mejor guión en La Habana y Cartagena, premio de la crítica en Mar del Plata, entre otros), está convencido de que queda mucho por hacer, y enumera:
"No tenemos industria cinematográfica. Tenemos que hacer todavía mucho en el plano del guión. Tenemos excelentes actores, pero falta la práctica de dirigirlos en cine. Hay varias cosas que se están aprendiendo en estos momentos".
Comenta asimismo que las películas que han tenido un buen enganche con el público (desde "Historias del fútbol" o "Coronación" hasta "El chacotero sentimental") tratan temas populares.
Esas películas, entre otras, ayudaron a dar la vuelta a una creencia que estaba instalada entre el público de que el cine chileno era malo. "De alguna manera se empezaron a hacer bien las cosas, con mayor rigor y a veces bastan dos o tres aciertos de este estilo para sentar una escuela", señala el realizador, quien en 1995 regresó a Chile tras haber pasado varios años en el exilio en Alemania, donde principalmente rodó documentales.
El director explica que la generación de recambio, que ahora está reuniendo al público en las salas y cosechando premios, tiene mucho que contar, que hay un material muy rico en las historias que ha vivido el país, desgarrado por los acontecientos políticos de las últimas décadas.
El interés por las historias de gente marginal y temas de la cultura popular, que también se encuentra en otras películas latinoamericanas, "es quizás porque ésos son los sectores que han quedado más marginados dentro de la globalización. La televisión es como la voz oficial de los que tienen, del poder y este tipo de cine es como una especie de respuesta".
"El éxito de ’Taxi’ se debe a la tremenda empatía con una masa de público que se ve un poco reflejada en ella y ese fenómeno no es un logro mio, si no de los cineastas, ya que nos ayuda un poco a ajustar el tono de nuestras películas", añade.
Al director, que le gutan las historias como "Estación Central" (del brasileño Walter Salles), está trabajando ahora el guión de una vieja historia suya: "Julia, la fugitiva", "la primera primera película feminista hecha por un hombre", según sentencia.
Será una mezcla de "road movie" y melodrama sobre la historia de una joven de la pequeña ciudad conservadora de Villarrica (en el sur) que marcha a la capital, Santiago. Lübbert asegura que quiere hacer un homenaje a esas mujeres que viven su feminidad a flor de piel en una sociedad tan conservadora como la chilena.
"Taxi para tres", es junto a "Negocio redondo", de Ricardo Carrasco, y "La fiebre del loco", de Andrés Wood, las tres películas chilenas que se muestran en este certamen estadounidense, que concluye el próximo miércoles.