MADRID.- El artista chileno Roberto Matta, considerado el último de los grandes surrealistas, inauguró hoy en Madrid una exposición que reúne una treintena de lienzos, aguafuertes, obra sobre papel y esculturas de su última época.
Restablecido de los problemas de salud que le impidieron acudir el pasado diciembre a una muestra organizada en Madrid con motivo de la concesión del premio Tomás Francisco Prieto, Matta (Santiago de Chile, 1911) ha viajado a la capital española procedente de Tarquinia (Italia).
Durante su estancia en la ciudad, Matta, Premio Príncipe de Asturias de las Artes 1992, se entrevistará con el Presidente del Gobierno, José María Aznar.
En esta ocasión, el pintor ha viajado con el pasaporte español que le fue concedido en agosto, tras mostrar su deseo de convertirse en ciudadano de este país, al que se siente muy unido como prueba la reciente donación de 50 obras que ha hecho al Museo Reina Sofía.
Desde 1969 posee la nacionalidad francesa pero, según sus propias afirmaciones, "aunque he sido educado en francés, nunca me he sentido francés".
Las exposición inaugurada hoy en la galería Almirante -doce lienzos, siete aguafuertes, ocho esculturas y una obra sobre papel en las que la figura humana y los animales son protagonistas- pertenecen a la última producción del artista, que continua creando sin cesar a pesar de sus 91 años.
Genio polifacético -es además de pintor, arquitecto, poeta y apasionado de las matemáticas- y creador incansable, Matta incluye en la definición de "trabajo" hablar con los periodistas, una de las actividades a las que está menos dispuesto.
"Me gusta charlar, comentar, pero no contestar preguntas. Los periodistas siempre quieren saber, todo hay que explicárselo, pues que acudan a la escuela", afirmó hoy el artista para quien los informadores "son como los curas. Siempre están en todas partes y se meten en todos los sitios".
Además, señaló, periodistas y curas se creen necesarios "pero eso sólo se lo creen ellos" y culpó a la prensa de haber "vulgarizado todo".
En su constante búsqueda de construir un universo que integre la ciencia y la magia, el pasado y el presente, Matta se ha distanciado de movimientos específicos -él niega su pertenencia al surrealismo-, desarrollando un estilo propio.
Su obra ha recorrido las principales galerías de arte y los museos del mundo y ha ejercido gran influencia sobre la pintura europea y norteamericana.
En los últimos años, Roberto Matta ha mostrado interés por los trabajos con computadores, en las que introduce imágenes de sus obras con "un resultado emocionante" en el que "descubre los espacios arquitectónicos y geométricos del dibujo", aseguró.
Atendido en todo momento por su esposa, que le acompaña desde hace más de treinta años, Matta destacó que la diferencia entre poesía y pintura se encuentra solo en la que existe entre la forma y luz.
"La poesía no se hace, crece", comentó el artista, que no quiso contestar preguntas.
"Si quiere que hablemos más, vuelva en pijama", concluyó.
