LA HABANA.- Barras de oro y plata, anillos y monedas rescatadas de antiguos galeones españoles hundidos en el mar, son parte ahora de una rica exhibición que se expone en un nuevo museo de La Habana.
La colección tiene un "valor intangible (...) es patrimonio de la nación", dijo Eusebio Leal, historiador de la ciudad y director de vasto proyecto de renovación del casco histórico de La Habana.
Dijo que los 25.000 objetos que se exhiben en el museo "San Salvador de la Punta" —un viejo fuerte militar renovado en los tres últimos años— fueron hallados en el fondo del mar a lo largo de los '80 y '90, y permanecían en bóvedas del Banco de la República hasta que le fueron entregados para su exhibición.
Todos los objetos fueron "hallados en aguas territoriales de Cuba", indicó Leal a los periodistas ayer por la noche al inaugurar el museo. El fuerte, construido en la última década del Siglo XVI, tenía como propósito cerrar la entrada al puerto de la ciudad. En sucesivos asedios de piratas y corsarios, el fuerte sufrió severos daños como la pérdida de dos de sus torres.
Luego de trabajos de recuperación, iniciados en 1998, con la remoción de unas 50.000 toneladas de escombros y tierra, fueron apareciendo restos de la estructura original de San Salvador de la Punta, así como piezas de artillería que ahora decoran la entrada de la fortaleza militar.
Construido como un edificio de dos plantas y un amplio patio interior, el fuerte cuenta ahora con una "sala del tesoro", donde se exponen los objetos más valiosos: barras de oro y plata, anillos y monedas.
El fuerte ocupa cinco hectáreas frente al mar. La colección incluye pinturas, maquetas de galeones, aguamarinas y otras piedras preciosas. Todo el complejo está a cargo de Leal y su oficina desde los años '80.
Declarado por la Unesco como patrimonio de la humanidad en 1982, el casco histórico capitalino atrajo la atención de diferentes organizaciones y donantes para el proceso de reconstrucción.
Con más de 70.000 habitantes y 700 construcciones que datan del Siglo XVI y hasta los años 1930, el sector luce desde mediados de la década pasada un nuevo rostro con hoteles, restaurantes, plazas y museos renovados.