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Un día con Nelly 30/05/2002

30 de Mayo de 2002 | 00:00 |
Ya es pasada la medianoche y el personal de aseo del Direct TV Music Hall, aquí en pleno corazón de Sao Paulo, se demora apenas unos minutos en volver a dejar todo en orden. Hace casi una hora que terminó el debut en vivo de Nelly Furtado en Brasil y un puñado de los dos mil adolescentes que llegaron hasta este cómodo teatro citadino todavía hace guardia en las afueras del recinto. Es lunes por la noche, todos tienen colegio a la mañana siguiente, pero un autógrafo bien vale un atraso.

Pablo Márquez F., desde Sao Paulo, Brasil.
(30/05/2002)


Con una toalla en los hombros y su sonrisa incombustible, vigilada atentamente por su inseparable guardaespaldas tipo NBA, una de las mayores divas de la música pop del momento sale de su camarín para cumplir con el saludo protocolar. El meet and greet, que se llama, donde los invitados VIP saludan a la estrella, la felicitan por su show y conversan brevemente con ella.

Nelly se ve cansada, pero escucha atenta cada uno de los halagos. Algunos son en inglés, otros en portugués, pero todos son devotos por igual. Mal que mal, esta canadiense de sangre portuguesa acaba de ofrecer un concierto sólido, durante dos horas ha derrochado fuerza y magnetismo desde su frágil anatomía, y corresponde hacerle justicia.

Los chicos, afuera, esperan por lo mismo. Casi todos con una copia de su CD en la mano - el premiado "Whoa, Nelly!" (2000), que gracias a canciones como "I´m like a bird" y "...On the radio (Remember the days)" ha vendido un par de millones de copias en todo el mundo- , la fanaticada no se despega de un furgón blanco que debería transportar a la cantante hasta su suite en el Hotel Sheraton.

Pasan los minutos y la espera se alarga. Ojalá hayan tenido suerte.

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El salón de conferencias del Hotel Sheraton se va quedando vacío. Ya casi no queda gente de la prensa local y la música ambiente se ha cortado. Tampoco queda café, ni jugos y los rezagados acaban con las últimas galletitas antes de partir. Es la hora del té.

En el mismo estrado donde acaba de hablar durante unos 20 minutos, en su primera aparición pública en Brasil, que suscitó el interés de decenas de periodistas y fanáticos bien dateados, la cantante graba unos saludos para una radio. Lo trata de hacer en español, porque es para Argentina, y a cada error se ríe con ganas.

Nelly se ve contenta. Después de responder las preguntas, la canadiense no tuvo problemas para firmar autógrafos y sacarse fotos con los periodistas que la querían escuchar hablando portugués, el idioma que aprendió de sus abuelos portugueses y que a veces practica en casa con sus padres. Ahora manda saludos a Buenos Aires y se prepara para la prueba de sonido del concierto que esta noche ofrecerá en el Direct TV Music Hall, el primero y único en Sao Paulo. No ha parado en todo el día. Vida de estrella.

"Sí, es difícil ser conocida porque tu vida cambia mucho. No sé, ya no puedo estar sola, escribir tranquila como a mí me gusta, eso de leer en paz. Nunca fui mucho de tumultos de gente y las cosas que más extraño son las cosas más simples", confiesa, a solas y sin perder el buen humor, en una justa mezcla entre inglés y portugués. "Por ejemplo ayer, que estaba en México, fui al museo de Frida Kahlo y lo único que quería era desaparecer para apreciar todo eso en paz. Es realmente un gran precio el que hay que pagar por esto, ¿sabes?"

De cerca, Nelly Furtado se ve aún más frágil que en los videos, y sus enormes ojos multicolores resultan más magnéticos. Con su ropa suelta y sin gota de maquillaje, parece más una adolescente que vuelve de su clase de gimnasia que la ganadora de un Grammy.

"Pero todo esto vale la pena, porque tienes la oportunidad de compartir tu música con mucha gente. Me gusta que se me acerquen y que me hablen, porque es para eso que has trabajado tan duro. Sólo hay que tener un poco de cuidado. Claro, ya no puedo salir a correr sola, pero con el tiempo creo que todo esto va a cambiar. Mi vida va a volver a ser normal".

Difícil. Cada día que pasa su nombre crece más y ya la han llamado para participar en una serie de proyectos. Por ejemplo: la banda colombiana Juanes, bajo la mirada del productor Rey Midas de la música latina, Gustavo Santaolalla, requirió sus raíces latinas para incluirla como invitada en su nuevo disco. U2 la ha pedido para que abra algunos de sus shows y su voz figura en el disco oficial de la Copa del Mundo Corea Japón. Además, Nelly Furtado ya prepara su segundo disco y el mismo Carlos Santana se ha ofrecido para ayudarla.

"Me encanta viajar y conocer a gente interesante. Estoy orgullosa de ser quien soy y creo que ése es un buen mensaje: estar orgulloso de sus raíces y herencia cultural, de donde vienes. Estoy feliz de estar en un lugar donde la gente tenga mi disco, especialmente niñas y niños jóvenes, y puedan escuchar lo que digo... Yo nunca soñé con ser famosa, sólo quería hacer música buena y tener una carrera con eso. La fama no era lo importante. Y mientras me voy poniendo más vieja, me realizo más y más".

Nelly tiene 23 años, pero desde los nueve que se la puede considerar como una verdadera artista. Hija y nieta de músicos, aprendió a cultivar la fama en la escuela tocando el ukelele y, más tarde, en una orquesta de jazz a cargo del trombón.

"Cuando tenía 9 años, me ofrecieron el ukelele en el colegio, así es que simplemente aprendí a tocarlo. Tenía fuerza de voluntad. Sabía que algún día iba a tocar la guitarra, pero dije: empezaré con esto. Luego, el trombón lo elegí porque pensé que se vería bien y lo toqué en marchas, en la banda de jazz, en la banda de conciertos. Y creo ha influenciado mi canto, ¿ves?, como que mi voz suena como un trombón, a veces como una corneta, parapa-pa-chinchinchin...".

Mezclando todas sus influencias, samba y el fado, el rock y el pop más comercial, su disco inicialmente no tuvo una aceptación masiva. El collage no era fácil, menos para el mercado anglo, pero con insistencia y porfía transformó su "Whoa, Nelly!" en una de las placas más vendidas del 2000.

"Yo toco música Nelly. La llamo hip-pop internacional, es como una música del mundo, pero en inglés, que está formada por diferentes estilos. Soy la primera generación canadiense de mi familia, mis padres son portugueses, así es que soy multirracial. Y lo que obtienes es una perspectiva internacional de una voz multicultural y moderna.

"Soy como una esponja, porque puedo atravesar y absorber experiencias culturales... Por ejemplo, cuando estaba grabando este álbum yo tomaba unas clases de capoeira y ahí usan un birimbao. A mí me encantó el sonido del instrumento y a la semana siguiente lo llevé al estudio para ponerlo en unas canciones. Es así: guardo la información, la recuerdo y luego la uso".

La misma fórmula es la que usa para escribir. Porque Nelly canta, toca y escribe sus propias canciones. Por eso fue que llamó la atención del magnate de la industria discográfica, David Geffen, quien la invitó a su casa para convencerla de firmar contrato con su compañía, Dreamworks, cuyo dueño también es Steven Spielberg.

"Cuando no tenía instrumentos en las manos, entonces me sentaba y escribía notas. Escribía: ok, así es como quiero que siga la canción y entonces componía según esas notas. Creo que ésa es la forma en que haces música pop, de una manera muy informal. Es como si estuvieras en la cocina, preparando algo sin la receta.

"Desde que era chica, antes de que aprendiera a leer y a escribir, siempre cantaba canciones nuevas todo el tiempo. Pero, para mí, lo más importante es la expresión. Más que hacerlo profesionalmente. Algunas veces escribo canciones que no grabo; las escribo, las canto y luego son desechadas".

Nelly es una chica segura. Confía en sus talentos y, como dice, nadie le puede sacar de la cabeza algo que se ha propuesto conseguir. Antes era tener éxito, ahora es mantenerse en la cima. Y no tiene miedo de no cumplir con las expectativas.

"Una cosa que me da gran seguridad es saber que tengo y domino muchos estilos de música. Puedo hacer un disco sólo de hip hop si quisiera. Podría hacer un disco de pop si quisiera o también un disco sólo de música portuguesa... Me gusta escribir hits. Me gusta escribir esas melodías que se quedan en las cabezas de la gente, me gusta escribir grandes canciones que le gusten a todo el mundo. Pero aún así quiero que sea musical, lo más importante es que sea original, eso importa más que vender muchos discos. Es bueno si puedes lograr las dos cosas, pero si no puedes, quizás es porque no era lo que te correspondía.

"¿Una meta? Quiero siempre hacer música, pero también quiero escribir, me encantaría hacer películas. Me encanta que mi música sea diversa porque así puedo jugar distintos roles. Quiero hacer que mi arte sea culturalmente relevante. Y quiero que sea para este tiempo, para mi generación. Eso es todo lo que me importa".

Coda

Ese mediodía, la conferencia de prensa y primera aparición pública de Nelly Furtado concita el entendible interés de decenas de periodistas locales y fanáticos bien dateados.

Salvo una cámara criolla - de un espacio para adolescentes que más tarde introduciría una pregunta a la artista anunciándose como "el programa oficial de Nelly Furtado en Chile", asunto que tendría sentido si la cantante planeara al menos venir a Chile... en fin- , la televisión local brilla por su ausencia. Y hay una razón: la poderosa red Globo comprometió en exclusiva a la canadiense para varios de sus programas y los lentes, entonces, se guardarán para más tarde. Para cuando, por ejemplo, visite a Xuxa en su espacio y les cante en vivo a los bajitos.

A la entrada del salón, las canciones de "Whoa, Nelly!" (2000) suenan fuerte, y carteles promocionales de la compañía discográfica dan la bienvenida a la mayor estrella del pop "que habla nuestra lengua". Sí, porque Nelly Furtado habla fluido y con mucho acento el idioma que heredó de sus abuelos y todos querían escucharla. Con atención y en silencio, eso sí, para captar todos los matices de su voz tan delgada como sus brazos.

Y habla. Sobre lo hermoso que es estar en Brasil y poder comunicarse en una lengua llena de música y cadencia. Sobre fútbol, su participación en el álbum oficial de la Copa del Mundo y de las posibilidades del equipo de Ronaldo en Corea-Japón 2002. Sobre lo nerviosa que se sintió abriendo los conciertos que, hace unos meses, los irlandés U2 ofrecieron en su Dublín natal como parte de la gira "Elevation tour".

En fin, sobre lo emocionante que fue subir al escenario en la pasada entrega de los premios Grammy y recibir la estatuilla en la categoría "Mejor cantante femenina de pop" por su "I´m like a bird". Una conversación más corta de lo esperable y que, cosa inédita, al menos para la fría distancia chilena, termina con un cerrado aplauso de parte del respetable.

La música de "Whoa, Nelly!" vuelve a llenar el salón. Los menos se recluyen al fondo, junto a la mesa de las galletitas y el café, para comer algo antes de perderse con rumbo a quién sabe donde. Los más forman una avalancha de profesionales que se atropellan frente al estrado para conseguir un saludo, una firma y, si se puede, una foto de la estrella. De profesionales, poco.

Nelly se ve radiante y escucha atenta cada uno de los halagos. Algunos son en inglés, otros en portugués, pero todos son devotos por igual. Mal que mal, la nueva reina del pop, la que en unas horas más va a derrochar fuerza y magnetismo sobre el escenario en su debut en Brasil, habla portugués, y eso no pasa todos los días.

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