COPENHAGUE.- El artista chileno-danés Marco Evaristti realizó treinta pinturas a la heroína, y cuenta regalar droga a toxicómanos, a fin de "protestar personalmente contra la inacción de los políticos, incapaces de afrontar los problemas de la toxicomanía en la sociedad", declaró a la agencia France Press el propio Evaristti.
Marco Evaristti, de 39 años de edad, causó ya escándalo en febrero de 2000 al exponer en el museo Trapholt de Kolding (suroeste de Dinamarca) peces rojos colocados en licuadoras, dejando al público la elección de poner o no en marcha los aparatos y por tanto, convertir en puré o no a los animalitos.
"Quise dejar a la gente ante su consciencia, su libre elección, su instinto, en la opción de pulsar o no el botón de la muerte", explicó en la época.
A raíz de una demanda de una asociación de protección de los animales, el artista está ahora inculpado de violación de la ley sobre los animales, y su proceso tendrá lugar en septiembre.
La instalación de Evaristti causó escándalo también pocos meses después, al ser llevada al país de origen del artista. Presentada en el Museo de Arte Contemporáneo de Santiago, la obra fue calificada de atentado a la vida por un grupo de ecologistas que, el día de la inauguración de la exposición, cortaron los cables de las licuadoras.
"Lo que hago hoy es llamar la atención respecto a la inacción de quienes nos gobiernan, que permanecen impasibles ante la plaga que es la droga y ante la criminalidad que la misma produce", declaró Evaristti.
Agregó que "compró él mismo la heroína en el mercado negro, lo que le costó unas 100.000 coronas (más de 12.000 dólares), sabiendo, por supuesto, la ilegalidad de su acción".
Evaristti expone actualmente algunas de sus telas a la heroína en el museo de Vejle (oeste), y prevé organizar próximamente en Copenhague una distribución de droga y de jeringas a los toxicómanos utilizando una vehículo de venta de salsichas.
"Esta distribución se hará bajo la vigilancia de una enfermera y con el objetivo de impedir que los drogadictos comentan durante un tiempo actos criminales o se prostituyan para poder comprar sus dosis diarias", dijo.
Marco Evaristti, que llegó de Chile a Dinamarca en 1986, se ha especializado en un arte provocador que le ha valido tanto reacciones de admiración como de indignación en este país.
