BRUSELAS.- Luciano Pavarotti sabe exactamente lo que quiere hacer en el futuro: le encantaría dar clases de canto y no le importaría hacerlo gratis.
El cantante de ópera más famoso del mundo anunció el pasado mes que se retirará cuando cumpla 70 años, en el 2005, y no cantar más, ni siquiera en la ducha.
El tenor no tiene intención de cambiar de opinión sobre esta decisión. En Bruselas, donde acudió para recibir un premio de la industria discográfica por haber vendido más de 100 millones de álbumes, dijo al respecto: "Absolutamente. (Me retiraré) el 12 de octubre del 2005".
El corpulento cantante italiano, que llevó la opera a los grandes escenarios del mundo, ya está planeando qué va a hacer el resto de su vida.
"Hay muchas cosas que puedo hacer. La más obvia -- porque me gustaría quedarme en el mundo en el que estoy viviendo ahora -- creo que sería enseñar canto", dijo Pavarotti en una entrevista concedida a Reuters Televisión antes de la ceremonia de entrega del premio.
El tenor dijo que todo tipo de gente podría beneficiarse de su experiencia.
"Enseñaría a jóvenes cantantes, aunque no sólo a los jóvenes, también a gente con problemas. Intentaría ser útil y espero no tener que cobrar", afirmó.
"Emprendí esta profesión comenzando con dos años de estudios y no pagué nada de dinero porque el profesor era un tenor. Creo que puedo hacer lo mismo", añadió.
Pavarotti es el artista más popular en la historia de la industria de grabación de música clásica y está muy orgulloso de haber jugado un papel importante en hacer de la ópera un espectáculo de masas, con actuaciones en lugares como el Central Park de Nueva York en los ya famosos conciertos de los Tres Tenores, junto a Plácido Domingo y José Carreras.
"La música es para todo el mundo. ¿Por qué debería yo ser selectivo?", se preguntó, en alusión a sus 40 años de carrera que le han llevado a cantar desde el Covent Garden de Londres hasta hacer duetos con Bono, líder de la banda U2.
El cantante ha afrontado tiempos difíciles este año, luchando con problemas de salud y con la muerte de sus padres, ambas situaciones ocurridas en los últimos seis meses.
Después, fue criticado por los medios de comunicación de Estados Unidos, al cancelar en el último minuto un concierto en el Metropolitan Opera House de Nueva York, donde habían acudido cientos de seguidores.
"El gordo no cantará", se leía en un titular publicado por el New York Post.
Los críticos podrían decir que Pavarotti ya no será considerado una de las grandes figuras de la ópera, pero el tenor al dar un vistazo a su pasado profesional puede sentir satisfacción al haber dado alegría a millones de personas.
"Es un milagro, un don de Dios", dijo. "Dios da al cantante una gran oportunidad de expresarse con el sonido de su voz, con el instrumento que es suyo. Esto es un milagro, un gran regalo", concluyó.