BUENOS AIRES.- Alberto Castillo, el cantante argentino de tangos a quien muchos señalan como el heredero de la popularidad de Carlos Gardel, murió el martes por la noche a los 87 años en Buenos Aires debido a una neumonía.
El cantor deja un legado de 300 discos y 19 películas.
"Gardel es el Dios, pero Castillo ha sido, después de Gardel, el más popular", dijo Jorge Dragone, director de la orquesta de Castillo desde 1963.
Castillo, quien fue bautizado como "el cantor de los 100 barrios porteños (de Buenos Aires)", murió en la clínica Bazterrica de Buenos Aires debido a una neumonía.
Con un estilo particular que se traducía en su modo de frasear, de vestirse y una forma de cantar poco acartonada para su época, Castillo tuvo mucho éxito sobre todo en la década de 1940, que quedó reflejado en tangos como "Así se baila el tango", "Muñeca brava" y "Ninguna".
"Era un cantor sumamente exitoso a partir de 1940. Tuvo una carrera ascendente con un estilo muy especial, muy distinto, desenfadado, en cierto modo agresivo, en el cual se sumaba la cachada (broma) porteña con lo muy sentimental", contó Oscar del Priore, historiador especializado en tango.
"Tenía una forma deliberadamente exagerada de cantar en lo gestual y en la forma. Los '40 era una época de cantantes muy tiesos pero él agarraba el micrófono, gesticulaba, se vestía muy a la moda con trajes que llamaban la atención", agregó.
Castillo había estudiado medicina, profesión que ejerció durante apenas unos años, pero su verdadera pasión era el tango, que interpretó en clubes de barrio desde los 15 años. Más tarde, Alberto Salvador De Luca -su nombre de familia- integró la orquesta de tango "Los indios" de Ricardo Tanturi, que fue quien lo descubrió.
A partir de ahí, tuvo una larga carrera de éxitos musicales y también cinematográficos, ya que filmó 19 películas entre las que se destacan "La barra de la esquina" y "Adiós Pampa mía". Castillo también fue muy popular por haber sido el cantante que introdujo el candombe en la orquesta típica.
De hecho, su último gran éxito lo tuvo en 1993 de la mano del grupo de rock "Los auténticos decadentes", con quienes reeditó su candombe más famoso "Siga el baile".
"Fue su última grabación porque ya hacía mucho que no grababa y fue un renacer porque él lo había grabado en el 1953", explicó Del Priore.
Castillo compartió toda su vida con su esposa Ofelia Oneto, con quien tuvo tres hijos.