MONTERREY.- Decenas de religiosas salieron anoche de sus conventos para marchar por las calles del centro de Monterrey, al norte de México, en protesta contra la película "Los Crímenes del Padre Amaro", que denuncia la corrupción en la Iglesia Católica.
La cinta fue estrenada el viernes pasado en 400 salas de todo el país y bajo fuertes medidas de seguridad, debido a las amenazas de boicot y resistencia formuladas por grupos moralistas y conservadores, que organizaron misas de desagravio en varias ciudades.
Con pancartas donde se exhortaba a no asistir a ver la cinta, religiosas y laicos de la Comunidad Apostólica de María Siempre Virgen se concentraron en la Basílica del Roble, en pleno centro de la ciudad.
Además de marchar, las religiosas expresaron su disconformidad con la película rezando el rosario "por el agravio que esta película ha hecho contra la iglesia Católica", señaló la hermana Consuelo Berrún, portavoz de la Comunidad María Siempre Virgen.
"Los crímenes del padre Amaro", protagonizada por Gael García Bernal ("Amores perros"), está basada en una novela escrita por el portugués José María Eca de Queiroz en 1875.
La cinta muestra la vida de un sacerdote que rompe el celibato con una menor, a la vez que relaciona a la Iglesia con el narcotráfico.
Consuelo Berrún señaló que la cinta muestra "lo más sagrado de la fe de una manera que no es conveniente y ofende porque se trata de Dios y de la Madre Santísima".
"Imagínese que fueran los símbolos patrios los que fueran agraviados, que para nosotras también tienen un valor inestimable, cómo podríamos permitir que la bandera fuera pisoteada", se justificó la religiosa.
Además del mitin de anoche, las religiosas han colocado pancartas en diversos cruceros de la ciudad exhortando a no ver la película.
Asimismo, afuera de las iglesias se distribuyen volantes anónimos atacando a la película.
Incluso los anuncios espectaculares que promueven la cinta fueron dañados colocándoles un cartel con la leyenda "Viva Cristo Rey", la consigna de los cristeros en la guerra religiosa de principios de siglo pasado que sufrió el país durante casi dos años.