TORONTO.- El actor Denzel Washington debuta este jueves como director con su película "Antwone Fisher" en el Festival Internacional de Cine de Toronto, una muestra que empieza a sufrir las consecuencias de su propio éxito.
Para su debut como director, Washington -ganador de dos Oscar "Training Day" (2001) y "Glory" (1989)- ha elegido la historia real de Antwone Fisher, un marinero de color, interpretado por Derek Luke, nacido en una prisión femenina y que ha pasado la mayor parte de su infancia en orfanatos y casas de acogida.
Fisher, víctima de abusos y al borde de la desaparición, elige alistarse en la Marina estadounidense como forma de escape y es allí donde se encuentra con el doctor Jerome Davenport (Denzel Washington), quien le somete a sesiones de terapia.
La exhibición de la película de Washington en la noche de hoy jueves, una de las dos galas programadas para este día junto con el film francés "L’homme du train", de Patrice Leconte, marca el inicio del fin de la 27° edición del Festival Internacional de Cine de Toronto.
El festival cerrará oficialmente el próximo sábado una edición marcada, en gran medida, por el propio éxito de la muestra, con la exhibición de la última película de Brian de Palma, "Femme Fatale", protagonizada por Antonio Banderas, Rebecca Romijn-Stamos y Peter Coyote.
Con alrededor de 750 periodistas acreditados, 675 compradores y vendedores y cerca de 1.200 personas con pases de la industria cinematográfica, la 27° edición del Festival de Toronto -el segundo en importancia tras Cannes según la revista "Variety"- ha estado dominada por las colas en las proyecciones para profesionales.
Películas como "Far from Heaven", "Hable con ella", "Auto Focus" o "11’09'01" han convocado tantos profesionales a la proyección reservada para la prensa y la industria, que muchos se han tenido que quedar fuera de las salas de cine.
Y ahí es donde han empezado los problemas para Toronto, ya que varios de los más conocidos críticos cinematográficos de Estados Unidos no han podido acceder a las salas al no llegar a tiempo para hacer cola, y han originado una agitada oleada de críticas y contestaciones.
Roger Ebert, del "Chicago Sun-Times" y presentador de uno de los programas de crítica cinematográfica más populares de la televisión estadounidense, se mostró indignado esta semana cuando se quedó en las puertas de "Far from Heaven" y empezó a airear su frustración sobre la mala organización del festival.
La respuesta de otro periodista que hacía cola fue: "¿Por qué no te vas de vuelta a Estados Unidos y empiezas tu propio festival?".
Por si esto no fuera suficiente, el periódico de mayor circulación de Canadá, "The Toronto Star", publicó un artículo en el que el crítico Martin Knelman escribió que su sugerencia a Todd McCarthy, crítico de "Variety" y Ebert es "calmaos muchachos, tomar un Valium y dejar de actuar como niños consentidos".
El miércoles le tocó el turno de réplica a Ebert, que en su columna en el "Chicago Sun-Times" acusó a los canadienses de olvidarse de que el trabajo de los periodistas cinematográficos es ver las películas y negó que hubiese sufrido una rabieta.
"Al parecer, piensa que el comportamiento apropiado en tales situaciones es sonreír con docilidad, marcharse con el rabo entre las piernas y aporrear a un estadounidense", escribió Ebert en contestación al artículo de Knelman.
Por su parte McCarthy escribió en "Variety" que "durante muchos años, el festival de Toronto ha sido un punto obligatorio para la mayoría de críticos de Estados Unidos".
"Pero bastantes de esos críticos -continuó McCarthy- están empezando a cambiar de opinión sobre la utilidad de este festival por la sencilla razón de que, este año más que nunca, han tenido dificultades para hacer su trabajo".