NUEVA YORK.- "Mirando mis joyas me doy cuenta de la suerte que he tenido", la actriz Elizabeth Taylor tuvo, en efecto, la inigualable suerte de poder juntar una excepcional colección de joyas que hoy se expone parcialmente en Nueva York.
En ocasión de la publicación de un libro ilustrado titulado "Elizabeth Taylor: mi historia de amor con las joyas", la casa de subastas Christie’s presenta en Nueva York 30 objetos de su colección personalmente escogidos por la estrella, entre ellos las piezas más bellas obsequiadas por su difunto marido, Richard Burton, con quien se casó dos veces.
El actor le regaló, entre otras joyas, el diamante Krupp, que pesa 33,19 quilates, y que la estrella prestó para la exposición de Christie’s. "Pertenecía a Vera Krupp, miembro de la célebre familia de industriales alemanes que ayudaron a exterminar a millones de judíos", destaca en el libro Elizabeth Taylor, de 70 años, quien se convirtió al judaísmo para casarse con su cuarto marido, Eddie Fisher."Cuando fue subastado en los años 60, me dije que sería bueno que una judía como yo lo pudiera adquirir’’,indica.
Otra pieza elegida es la perla La Peregrina, descubierta a principios del siglo XVI en el Golfo de Panamá y obsequiada al príncipe Felipe II de España, quien se la regaló luego a la reina de Inglaterra María Tudor. "Liz" Taylor estuvo a punto de perderla: la dejó caer en la espesa alfombra de una suite de un hotel de Las Vegas. Temiendo desatar la ira de Richard Burton, conocido por su carácter violento, recorrió toda la habitación con la esperanza de sentirla bajo sus pies descalzos. Finalmente, la extrajo con sus propias manos de la boca de un cachorro que llevaban con ellos.Más tarde pidió a Cartier que insertara la perla en un collar de rubíes y diamantes.
La colección expuesta es de gran calidad, según el director del servicio de joyería de Christie’s, Simon Teakle, quien da a entender que vale varias decenas de millones de dólares.
"Burton tenía un ojo maravilloso, un sentido increíble para las piezas de calidad", señala. Tenía asimismo una generosidad poco común. "Me daba un regalo diciéndome: es martes, te amo. O Es un día maravilloso. O decía: vamos a caminar, quiero comprarte alguna cosa", cuenta Elizabeth Taylor.
Entre otras alhajas históricas,Burton compró también el diamante con forma de corazón del Taj Mahal -un regalo a la segunda esposa del sha Jahan, quien también hizo construir el palacio indio del mismo nombre.
Una sola de las joyas fue comprada por la propia Elizabeth Taylor: un broche de diamantes con el escudo de armas del príncipe de Gales, que adquirió durante una subasta de joyas de la duquesa de Windsor, Wallis Simpson.
La semana última, antes de que se inaugurara la exposición, Elizabeth Taylor donó un anillo de diamante y esmeralda que le había regalado Richard Burton para que fuera subastado en beneficio de la lucha contra el Sida. Fue vendido en 80.000 dólares.
"Nunca consideré mis joyas como trofeos. Estoy sólo para cuidarlas", comentó la actriz.