SANTIAGO.- Con muchos días de retraso llegó a los medios de comunicación el fallecimiento de la gran soprano española Ángeles Gulín, ocurrida el 11 de octubre pasado.
Nacida en Ribadavia (Orense) el 18 de febrero de 1943, debutó en el Teatro Sodre de Montevideo cantando la Reina de la Noche de "La Flauta Mágica", de Mozart, papel en el que deslumbró por su facilidad para la coloratura, combinada con un volumen vocal totalmente desacostumbrado.
Angeles Gulín será recordada como una de las voces más grandes del siglo XX, dueña de un agudo certero y de graves que más bien parecían los de un bajo, características que la hicieron especialmente solicitada para papeles dramáticos del repertorio italiano, como "La Gioconda", de Ponchielli, y "Turandot", de Puccini. Ganadora del Concurso Verdi de Busseto en 1968, fue una requerida soprano verdiana durante la década del 70 y hasta comienzos de los años 80, cuando un accidente vascular forzó su retiro.
Entre los personajes por los que se la recuerda se cuentan Gulnara, de "El Corsario" (Verdi), y los titulares de "Norma" (Bellini) y "Aída" (Verdi).
En Santiago estuvo en 1979, cuando abrió la temporada de la Sociedad Chilena de Amigos de la Ópera de ese año cantando con gran éxito "Turandot", bajo la dirección de Michelangelo Veltri, en una puesta en escena de Roberto Oswald.
Ese mismo año interpretó Doña Elvira de "Ernani" (Verdi). Al año siguiente, el ciclo nacional la contemplaba en "La Gioconda" y "El Trovador", pero canceló sus actuaciones, debiendo ser sustituida por Clarice Carson y Cristina Deutekom, respectivamente.
Estaba casada con el barítono Antonio Blancas y su hija Ángeles Blancas es también soprano de destacada trayectoria europea en la actualidad.
