ROMA.- El pintor chileno Roberto Matta, uno de los artistas más representativos de la pintura surrealista del siglo XX, murió este sábado a los 91 años en Civitavecchia, en las afueras de Roma.
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Nacido en 1911, Matta fue un apasionado de los paisajes italianos, y de hecho vivía desde hace años en Tarquinia (centro de Italia) donde había comprado una antigua casa.
A edad temprana viajó a París, tras completar sus estudios de arquitectura en Santiago de Chile.
En la capital francesa, el notable pintor chileno fue discípulo de Le Corbusier y a finales de los años 30 abrazó el surrealismo, convirtiéndose en uno de sus mejores exponentes.
Roberto Matta con el Presidente Ricardo Lagos en Francia, en abril del 2001.
En 1938 participó en la exposición Internacional de Surrealismo, que tuvo lugar en la Galería Breaux-Arts de París, pero un año más tarde, con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, abandonó Europa y se radicó en Nueva York.
Tras el fin de la contienda, regresó a París para participar en la Exposición Surrealista de la Galería Maeght y dos años más tarde se mudó definitivamente a Europa.
En 1948 fue expulsado del denominado "Grupo Surrealista", pero aquella "afrenta" fue lavada 11 años más tarde, cuando fue readmitido.
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De tendencia izquierdista, en 1968 visitó Cuba, donde presidió el Congreso Cultural de la Habana, y entre 1970 y 1972 regresó a chile invitado por el presidente socialista Salvador Allende, para trabajar en murales colectivos con la brigada "Ramona Parra".
Sus obras de inspiración surrealista y metafísica ilustraron una singular visión del mundo de la civilización tecnológica moderna.
Entre sus cuadros más destacados figuran Eros precipitado (1944, Museo de Arte Moderno, Nueva York), La tierra es un hombre (1941), La cuestión Djamila (1962) y Sobre el estado de la unión (1965).
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