FLORENCIA.- Los finos y altos tacones de Marylin Monroe, los zapatitos planos de Audrey Hepburn o los zapatos que calzaron a Madonna en la película "Evita": el museo Salvatore Ferragamo de Florencia permite descubrir creaciones que vistieron durante un siglo los pies de las estrellas.
Salvatore Ferragamo, fallecido en 1960, nació en 1898 en Bonito, en la región de Nápoles (sur de Italia) en una familia de campesinos pobres.
A los ocho años de edad, el pequeño Salvatore encontró su vocación: diseñar y fabricar zapatos, y aprendió el oficio en el taller de un zapatero de su pueblo.
A los 13 años, abrió su primera zapatería en Bonito. Pero el pueblo le resultó rápidamente demasiado pequeño para su éxito y sus ambiciones. En 1914, emigró a Estados Unidos.
Ferragamo se instaló en Santa Bárbara, donde la America Film Company le dio en 1920 su primer contrato para el cine: fabricar botas para los westerns. Los actores que las utilizaron, como Douglas Fairbanks y Rodolfo Valentino, se hicieron también clientes suyos.
El creador trabajó para muchos grandes cineastas. El calzado del faraón de "Los diez Mandamientos" de Cecil B. De Mille abre la exposición del museo, fundado en 1995 por la familia Ferragamo en el palacio Spini Feroni. Junto a él, el que llevó Douglas Fairbanks en "El ladrón de Bagdad" de Raoul Walsh.
En 1927, Ferragamo regresó a Italia e instaló su taller y su tienda en Florencia. Con la crisis económica de 1929, que le hizo perder parte de su clientela norteamericana, buscó la de la burguesía italiana en particular y europea en general.
La colección Ferragamo cuenta 10 mil pares de zapatos presentados rotativamente por 200 en las salas del museo.
La mayoría de las piezas expuestan calzaron los pies de grandes estrellas del cine mundial, como Marlene Dietrich, Greta Garbo, Ava Gardner, Rita Hayworth, Lauren Bacall y Sofia Loren.
