<
CHICAGO.- Con la película brasileña "Viva Voz" se clausura hoy la 19 edición del Festival de Cine Latino de Chicago en el que se han exhibido 120 filmes de Latinoamérica, España y Estados Unidos durante dos semanas.
Con la representación de 20 países, la presencia de casi 100 directores y dos semanas de salas llenas de espectadores ansiosos por ver lo último del cine iberoamericano se ha desarrollado el festival.
El director del Festival, Pepe Vargas, afirmó que está "sumamente complacido con el resultado de este año", que no se traduce en un evento repleto de "glamour" sino en un Festival con ambición de ofrecer diversidad y calidad cinematográfica.
Con estos criterios, el trabajo de selección de las cintas está dirigido a conseguir objetivos muy concretos.
"En principio nos interesa tener una representación del mayor número de países diferentes, queremos también destacar el trabajo de las mujeres directoras y, por último, nos caracterizamos por brindar oportunidades a directores noveles con talento", señaló Vargas.
La amplia representación de todos los países queda siempre garantizada en un Festival como el de Chicago en el que sus organizadores hacen lo posible "por tener películas de países como Paraguay o Guatemala donde tan sólo producen una película cada diez años".
En cuanto al cine de mujeres, el certamen ofrece una sección especial dedicada a esta categoría, que pone de manifiesto que "al contrario que en Estados Unidos, donde hay pocas mujeres directoras, en Latinoamérica y España hay muchas y muy buenas", señaló Vargas.
Por otra parte, Vargas opina que acercar la cultura consiste, entre otras cosas, "en mostrar al público, tanto norteamericano como latino, que en Iberoamérica no sólo se habla español", señaló, "y que en otras regiones, donde se habla diferente, la gente siente igual y ríe igual", añadió.
Entre las películas con sonido original en otras lenguas distintas al castellano, se programaron este año "Días de Bodas", del director Juan Pinzás, en gallego, "El Gran Gato", de Ventura Pons, con una parte en catalán.
También se exhibieron seis largometrajes brasileños, entre los que destacó "A Partilha" que en español se tradujo por "Nosotras que nos queremos tanto", y supuso un éxito de taquilla el año pasado en Brasil.
"En años anteriores hemos mostrado películas en idiomas indígenas e incluso en euskera", aseguró Vargas.
El cine con contenido de denuncia social siempre ha sido una constante en el panorama artístico latinoamericano y, este año, no ha sido una excepción.
Películas como la venezolana "Acosada en Lunes de Carnaval", de Malena Roncayolo, "Cama de Gato", del brasileño Alexandre Stockler, o la colombiana "La primera noche", de Luis Alberto Restrepo, ofrecieron un panorama muy real de la difícil situación por la que pasan algunos de estos países.
"Vivimos una realidad muy agobiante. La guerra en Colombia nos está acorralando y, como artistas, nos resulta imposible escapar de estos temas", dijo Restrepo.
En cuanto al apartado de no ficción, tuvieron especial acogida por parte del público dos documentales ambientados en Cuba: "La tropical", de David Turnley y "Balseros", dirigido por los españoles Carles Bosch y Joseph Domenech.
Mientas que el primero se introduce en el ambiente de baile, cante y gozo del famoso club de La Habana, el segundo hace un seguimiento durante siete años en la vida de varios balseros que salieron de Cuba hacia Estados Unidos en busca de una vida mejor.
La 19 edición del Festival de Cine Latino de Chicago supuso una buena prueba de que el cine latinoamericano pasa por un buen momento y que "el ritmo seguirá al alza gracias a la creciente ayuda de las coproducciones y del ahorro que supone la nueva práctica de rodar en digital", concluyó Vargas.