NUEVA YORK.- En momentos en que el mundo llora el saqueo del Museo de Bagdad, Nueva York se dispone a recibir la exposición más importante de arte mesopotámico de los últimos años, testimonio del esplendor y la relevancia del patrimonio desaparecido en Irak.
"El arte de las primeras ciudades - El tercer milenio antes de Cristo entre el Mediterráneo y el Indo" abrirá sus puertas el 8 de mayo en el Museo Metropolitano de Nueva York (el "Met"), con unos 400 objetos de arte únicos en el mundo, prestados por una docena de los más grandes museos del globo.
Esta muestra comprende los más bellos testimonios del arte de la Mesopotamia, entre ellos piezas famosas como el "Standard de Ur", prestada por el British Museum, la espléndida "Cabeza de toro", en oro y lapislázuli proveniente del Museo de la Universidad de Pensilvania o la célebre estatua del arquitecto y su plano, prestada por el Louvre.
"Dentro de una situación trágica es una ironía asombrosa que se puedan presentar piezas similares para dar una idea al público de lo que se ha perdido para siempre", comenta Philippe de Montebello, director del Met.
El saqueo del Museo de Bagdad, seguido de la muestra en Nueva York de estas excepcionales obras de arte, lleva agua al molino de quienes, como el director del Met, estiman que el reparto del patrimonio mundial entre museos occidentales y países de origen es una buena cosa y alegan contra las demandas de restitución.
"La mayor parte de esos objetos son el resultado del sistema de reparto que existía en el siglo XIX y comienzos del XX: había expediciones arqueológicas que realizaban excavaciones. Las autoridades locales hacían el reparto: estas tres piezas van al Museo de Bagdad, esas otras tres van al Met, aquellas tres van al Louvre", dice Montebello.
"Hay quienes aseguran que las obras de arte están más seguras y pertenecen a sus lugares de nacimiento... Desde entonces tuvimos en Kabul y Bagdad la prueba de que a semejanza de un portafolios bursátil es útil tener un poco de dispersión y de diversificación", agrega.
Montebello afirma asimismo que esa distribución contribuye a difundir el conocimiento.
Además de los grandes museos con los cuales acostumbra intercambiar objetos, como el British Museum o el Louvre, el Met trabaja desde hace cinco años -lo que demoró organizar esta exposición- con museos de Bahrein, Emiratos Arabes Unidos, Arabia Saudita, Pakistán y Uzbekistán.
El valor histórico excepcional de estas piezas y la dificultad de transportarlas hará que el "Arte de las primeras ciudades" sea desmantelado al cabo de esta muestra en Nueva York, donde permanecerá hasta el 17 de agosto.
"Ya es bastante difícil así. Es el tipo de exposición que no viaja", asegura Montebello.