Bogotá.- El escritor peruano Mario Vargas Llosa llamó hoy en Bogotá a "desconfiar de las utopías cuando quieren imponer la felicidad colectivamente".
En cualquier caso, el autor, que presentó en la 16 Feria del Libro de Bogotá su última obra, "El Paraíso en la otra esquina", reconoció que el ser humano no puede renunciar a las utopías.
Con un teatro abarrotado de público y una gran pantalla exterior, donde se agolpaba un millar de personas, Vargas Llosa se mostró emocionado al observar la gran cantidad de jóvenes visitantes de la Feria.
El autor de "Conversaciones en La Catedral" (1969) afirmó que "lo mejor que me ha pasado en la vida ha sido aprender a leer", porque, además de lo "placentero que es en sí, la lectura es un instrumento para combatir la infelicidad".
Explicó el argumento de su última obra, que traza en paralelo las vidas de Flora Tristán, mujer que pasó de "rebelde a revolucionaria" en la primera mitad del siglo XIX, y de su nieto, el pintor Paul Gauguin, en la segunda parte de ese siglo.
Para el creador de "La fiesta del Chivo" (2000), ambos personajes reales fueron unos "grandes utopistas" que "soñaron con sociedades perfectas", pero que tenían "ideas muy distintas del paraíso".
Para Tristán, de padre peruano y madre francesa, su fantasía era crear una sociedad justa, igualitaria y, sobre todo, que reconociese a la mujer, mientras que la fantasía de su nieto era "estética, individualista y hedonista".
Ninguno de ellos tuvo una vida fácil, pero ni a Flora Tristán ni a Paul Gauguin les arredraron los grandes obstáculos a los que se enfrentaron en sus últimos años, que fueron de "un enorme sufrimiento" y en los que "ninguno de ellos llegó a ver el paraíso que soñaban", explicó Vargas Llosa.
"La idea de reunir a ambos personajes"2 pretendía, según su autor, reflejar una época, el siglo XIX, "un siglo de utopías" y el "siglo de la novela".
Vargas Llosa, que insistió en que "las grandes utopías han provocado, por lo general, grandes desastres", dijo creer, sin embargo, en "la utopía fértil", "facultad humana por excelencia", individual en ciertos ámbitos, como en el pensamiento, en la creación. Negó "la utopía en el campo político", lo que, precisó, no quiere decir que se dé un desarraigo del ideal.
Al término del acto, no más de una docena de miembros de una denominada Corporación Cultural Colombo Cubana de Amistad, Solidaridad e Intercambio José Martí Pérez, increpó al escritor diciendo que rechazaban su "palabra ponzoñosa", pero fueron abucheados por el público asistente.