Hoy falleció una de las figuras más conocidas y populares de la música contemporánea mundial.
ROMA.- El compositor, director de orquesta y organizador italiano Luciano Berio, fallecido hoy en un hospital romano, donde estaba internado hace algunos días por un mal incurable, era una de las figuras más conocidas y populares de la música contemporánea mundial.
Nacido en Oneglia (Liguria) el 24 de octubre de 1925, en una familia de músicos (su abuelo era organista y su padre compositor), estudió composición con Giorgio Federico Ghedini y dirección de orquesta con Carlos Maria Giulini y Antonino Votto en el Conservatorio de Milán.
Al terminar la Segunda Guerra Mundial fue atraído por la música dodecafónica y estudió con Luigi Dallapiccola, por ese entonces uno de los máximos compositores italianos, en los cursos veraniegos que éste dictaba en Tanglewood (Estados Unidos).
En 1953 participó en los célebres Encuentros de Darmstadt (Alemania) con Pierre Boulez, John Cage, Karlheinz Stockhausen, Henri Pousseur y Bruno Maderna con quien fundara al año siguiente el estudio de Fonología de la RAI en Milán, que dirigirá hasta 1961.
De 1960 a 1972 vivió en Estados Unidos y a su regreso a Europa dirigió el departamento de Electroacústica del IRCAM, la escuela de música contemporánea fundada poco antes por Boulez y que mantendrá hasta 1980 cuando decide volver a vivir en Italia.
Casado en primeras nupcias de 1950 a 1966 con la soprano acrobática de origen armenia Cathy Berberian, quien fue la musa inspiradora de su música durante tres décadas, Berio fue un agudo y osado explorador de los medios sonoros, con una especial predilección por los más inéditos y sorprendentes.
Berio examinó y agotó todas las corrientes musicales de su época empezando con la música serial y siguiendo con la concreta y la electrónica.
Solía contaminar su música con las más dispares influencias como la canción folklórica, la popular, el jazz, la monodia y la polifonía virtual. Solía revisitar la música del pasado (famosas su reorquestación de la "Música nocturna para las calles de Madrid" de un cuarteto con guitarra de Luigi Boccherini y del "Combatimento di Tancredi e Clorinda" de Claudio Monteverdi, su reconstrucción de la décima sinfonía de Franz Schubert y el nuevo final de la ópera "Turandot" de Giacomo Puccini en reemplazo del de Franco Alfano).
Esta conclusión alternativa se estrenará en Santiago a partir del 28 de agosto, en el marco de la temporada de ópera 2003 del Teatro Municipal.
En los últimos veinte años se interesó por el teatro musical con obras como "La vera storia" (1982) y "Un re in ascolto" (1984) (ambas con libreto de Italo Calvino), "Opera" (1969/1977) y "Outis" sobre el mito de Ulises.
Entre sus obras para concierto merecen citarse "Nones" (1954), "Folk Songs" (1964), la colección de 14 "Secuencias" para distintos solistas e instrumentos (1958/1995), "Serenata" para flauta y 14 instrumentos (1957), "Circles" (1960), "Passaggio" (1962), "Laborintus II" (1965), Concierto para dos pianos y orquesta (1971/3) y "Thema: homenaje a Joyce" (1958).
Su última obra fue "Alternatim" un doble concierto para clarinete y viola que data de 1997.
Fue el primer italiano que ganó el Praemium Imperiale japonés, considerado el Nobel de las artes, el Premio Siemens y el León de Oro de la Bienal de Música de Venecia.
Actualmente era presidente y director artístico de la Academia de Santa Cecilia y en esta función había promovido la construcción del Auditorium de Roma de su compatriota Renzo Piano (lígure como él), inaugurado el año pasado.
Se había declarado "indiferente a toda edad que no fuese la del vino en botella" y nunca había declarado su predilección por una obra suya o ajena.
"La música -dijo- es como un bosque. Sin los arbustos no existirían los grandes árboles. Son las obras menos llamativas las que permiten alcanzar las metas más ambiciosas".
La cámara ardiente del compositor será instalada el jueves en la Academia de Santa Cecilia (a su pedido el ataúd permanecerá cerrado) y el viernes sus restos serán enterrados en el pequeño cementerio de Radicondoli, el pueblito cerca de Siena, donde vivía con su esposa.