NUEVA YORK .- Martha Stewart, gurú televisiva del buen gusto y el hogar estadounidense, fue acusada de nueve delitos por una corte federal de Nueva York en el marco de un escándalo financiero relacionado con el uso de información bursátil privilegiada.
Entre los cargos contra Stewart figuran los de obstrucción a la justicia, fraude bursátil, conspiración para cometer perjurio y efectuar declaraciones falsas.
La presentadora de televisión y presidenta de la compañía "Martha Stewart Living Omnimedia" (MSLO) fue inculpada junto a Peter Bacanovic, su corredor de bolsa de la sociedad Merrill Lynch. Desde que se hizo público el escándalo Stewart siempre se ha declarado inocente.
El caso ha llevado a las acciones de la compañía de Stewart a caer de 19,01 dólares el 6 de junio de 2002 a 9,52 dólares el 3 de junio de 2003.
La acusada es la fundadora, presidenta y primera accionista de su compañía, que vende desde flores a sartenes pasando por cortinas y banderas de Estados Unidos, todo ello apoyado desde su programa "Martha Stewart Living".
En la reunión anual de MSLO que se celebró el martes, y a la que Stewart no asistió, el director Arthur Martínez insistió en que la junta directiva la apoya y que su renuncia no está prevista.
La investigación que desembocó en los cargos se inició después de que Stewart vendiera en diciembre de 2001 unas 4.000 acciones que poseía en ImClone, dos días antes de que las autoridades sanitarias federales rechazaran homologar un medicamento contra el cáncer de esta compañía de biotecnología.
Los accionistas de la compañía denunciaron a Stewart y a varios responsables de ImClone por haberse desprendido de millones de títulos antes de que la decisión de la Agencia de Fármacos y Medicamentos les hiciera perder gran parte de su valor.
Al parecer, la reina del "estilo norteamericano" supo lo que se avecinaba gracias al presidente de ImClone y amigo suyo Sam Waksal, que acabaría condenado por uso de información privilegiada.
Más tarde, un grupo de abogados presentó una denuncia contra MLSO y sus dirigentes acusándolos de haber vendido acciones de la compañía al saber que Martha Stewart iba a ser objeto de una investigación.
La acusada inició su ascenso económico invirtiendo en la bolsa sus regalos de boda con Andy Stewart tras casarse en 1961.
Cuando se divorció en 1987, los consejos de Martha sobre el color de las cortinas en una casa de campo o la cocción de los fetuccini Alfredo llegaban a todos los hogares del país.
La opinión pública se preguntaba por el futuro de un imperio tan estrechamente asociado a una persona caída en desgracia, por lo menos hasta que se clarifique la cuestión de su culpabilidad.
"Es una cuestión muy seria. El gran peligro no es la acusación en sí misma (...) sino si el caso se alarga a los próximos seis o 12 meses y continúa siendo pasto de la opinión pública", explicó Anita K. Hersh, directora ejecutiva de una compañía de marketing, al diario Newsday.