CIUDAD DE MEXICO.- El escritor chileno Roberto Bolaño, ganador de los premios Herralde y Rómulo Gallegos por su novela "Los detectives salvajes", dijo en una entrevista exclusiva con la revista "Playboy" de México, que saldrá a la venta esta semana, que "mientras yo viva, esta bandera no se arriará".
El autor, de 49 años, se encuentra en su ciudad de residencia, la española Blanes, a la espera de un transplante de hígado. Mientras, se halla terminando una novela de 1000 páginas centrada en los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez (México).
Pese a haberse enterado de que estaba gravemente enfermo hace once años, no ha perdido ni la ironía ni el humor que lo convirtieron en uno de los escritores más polémicos del continente.
"Supe que no era inmortal, lo cual, a los 38 años, ya iba siendo hora de que lo supiera", afirma el autor de "Amuleto". "Sigo vivo, sigo leyendo, sigo escribiendo y viendo películas, y como le dijo Arturo Prat a los suicidas de la Esmeralda, mientras yo viva, esta bandera no se arriará", agregó.
A propósito de la dislexia que padece desde niño y a la que hizo referencia en un célebre discurso pronunciado en ocasión de recibir en Caracas el premio Rómulo Gallegos, Bolaño admitió que la disfunción no le ha causado mayores problemas.
"Problemas cuando jugaba al fútbol, soy zurdo. Problemas cuando me masturbaba, soy zurdo. Problemas cuando escribía, soy diestro. Como puedes ver, ningún problema importante", respondió en la entrevista.
Sobre el episodio que lo sacó del jurado que otorgó el año pasado el Rómulo Gallegos al español Enrique Vila Matas, comentó: "Mi pelea con el jurado y los organizadores del premio se debió, básicamente, a que ellos pretendían que yo avalara, desde Blanes y a ciegas, una selección en la que yo no había participado".
"Me pareció que era un error enorme que Daniel Sada o Jorge Volpi fueran eliminados a las primeras de cambio, por ejemplo. Ellos dijeron que lo que yo quería era viajar con mi mujer e hijos, algo totalmente falso", agrega.
En contra de las afirmaciones de sus admiradores que le auguran el Premio Nobel por su obra, Bolaños afirma estar "seguro de que no lo ganaré, como también estoy seguro de que algún atorrante de mi generación sí que lo ganará y ni siquiera me mencionará de pasada en su discurso de Estocolmo", afirmó.