Eros Ramazzotti cantó “son humanas situaciones” en el hit que lo hizo reconocido en todo el mundo hace diez años. La línea, que fue escrita para un viejo amor, ahora le quedó estrecha. Su madre, su hija y su esposa se alejaron. Su nuevo álbum «9» es el intento de salvarse.
Marcelo Contreras, desde Miami.
(19/6/2003)
"Yo voy a hacer pipí, ¿eh?", anuncia Eros Ramazzotti (39) mientras sube apurado un par de peldaños de una escalera de caracol. Pero el grito de un gordo latino con pinta de promotor discográfico que está en este bungalow del hotel Delano en South Beach, Miami, detiene el tranco de Ramazzotti. "Eros ¿y después qué?", aúlla el tipo desde el otro extremo de la sala.
El artista italiano gira, observa a un periodista peruano que se llama Julio, a mí, y finalmente al gordo, que lo mira expectante. Y responde - respondiendo quizás a un chiste privado que me he perdido- : "tú dices ¿follar?". Jajá estalla el latino, jajajá responde Ramazzotti que ya llegó al segundo piso, mientras el peruano y yo miramos al mismo tiempo las carpetas de prensa que reseñan las historias y los motivos contenidos en las trece canciones de "9», el noveno álbum en la carrera del artista italiano.
No lo comentamos después, pero es probable que con Julio hayamos recordado que "9» (a la venta en Chile desde la semana pasada) es un álbum realmente trágico para Eros Ramazzotti, de esos que los artistas hacen para exorcizar fantasmas, recuperar las ganas de vivir, crear, encontrarse con la divinidad y todo lo que quepa en la experiencia de componer y grabar un disco.
Es difícil imaginar cómo puede ser trágica la vida de un tipo que en veinte años de carrera ha vendido más de 30 millones de copias (301.000 de ellas en Chile), y que tiene una historia artística para sonreír todo el día. Fue el primer italiano capaz de que su nombre fuera cruzado por un letrero sold out (agotado) en la marquesina del Radio City Music Hall en Nueva York, hace más de diez años. Le pagó a Spike Lee para que le hiciera el video del single "Cosas de la vida" (primer trabajo del director afroamericano para un artista blanco), para después pelarlo porque el video lo encontró caro y fome. Se ha codeado en escena con Rod Stewart y Elton John. Registra dúos con Tina Turner, Cher, Patsy Kensit, Luciano Pavarotti y Andrea Bocelli. Produjo a Gianni Morandi y le escribió un tema a Joe Cocker. Fue al Kremlin Palace de Moscú hace tres años y abarrotó el lugar tres noches seguidas. Ahora le espera una gira mundial que parte en el otoño europeo. Sólo en Alemania ya tiene doce fechas aseguradas. Se supone que la gira debiera recalar en Latinoamérica en 2004, después de cinco años de ausencia en directo en esta parte del planeta.
O sea, le ha ido bien a Ramazzotti, pero la ruleta musical ahora se detiene para un giro distinto. El italiano convirtió a "9», producido por él mismo y Claudio Guidetti, en la excusa para relatar el intenso triunvirato de partidas, rupturas y ausencias femeninas que ha vivido durante los últimos dos años: se le murió la mamá, perdió a su esposa en un divorcio y las visitas a su hija de seis años Aurora tienen horarios.
Macho, macho, macho
Pero Ramazzotti, hombre a la italiana, se hizo el duro. Dice que el primer single "Un'''' emozione per siempre" ("Una emoción para siempre") no está dedicada a ninguna de las tres mujeres, sino a un viejo amigo, Alex Baroni, que alguna vez grabó el tema sin llegar a editarlo, y que tuvo a Ramazzotti como productor de su disco debut. Claro que la letra se desdobla y no parece ajena a su ex pareja: "me gustaría recordarte ya ves como una historia importante y sincera / aunque sé bien el sentimiento ahora es como brisa ligera". Tampoco el número que etiqueta al disco tiene relación con su madre Rafaella, su hija Aurora y Michelle, su esposa durante ocho años. Ramazzotti, fanático de la Juve, busca respuestas en el fútbol. "Me gusta el número nueve porque simboliza a los grandes delanteros centrales. En la vida hay que jugar siempre al ataque, especialmente en este periodo de la historia en el que todos tenemos que ser más fuertes".
La única señal explícita y extramusical que se permite el italiano está en la foto de contratapa que viene en el booklet del CD. Ramazotti en blanco y negro, de espaldas, brazos levantados, dedos cruzados sobre la nuca, con los pulgares encajonando el tatuaje en caracteres chinos del nombre de su ex mujer. Otra historia: "Me lo hice cuando los problemas familiares empezaban a empeorar. Soporté hora y media de dolor para hacerle entender cuánto la seguía amando".
Escorpiones
Ramazotti ya hizo pipí, almorzó, y ya miró a todas las jóvenes de ropa ligera por culpa del calor de Miami que revolotean en la sala. Se sienta pero pide otro par de minutos antes de hablar. La siguiente escena reitera que es mala idea tatuarse nombres de mujeres. Peor en la nuca. Y sacarse fotos. El cantante conversa por celular con su hija que está en Italia. Ramazzotti parla fuerte, hasta que una voz más fuerte se cuela por el diminuto móvil. No hay que hablar italiano para entender que pelea con una mujer y que la frase es que la bambina necesita el amor del padre, exclamada como si Al Pacino se hubiera apoderado de él por un segundo, no va a ser suficiente para convencer a la otra voz.
Por eso ya en medio de la entrevista, Ramazzotti me mira como si le estuviera tomando el pelo cuando le sugiero que el disco, en una de esas, lo ayuda en la reconquista. "Se dice que Bono lo hizo con "Achtung baby"", termino murmurando mientras Ramazzoti se tira para atrás en el sillón, toma vuelo y dispara: "¡pero si somos como dos escorpiones!", exclama, haciendo el gesto como si algo le picara en el dorso de la mano izquierda. "Tú viste lo que acaba de pasar", continúa apuntando el celular. "Ella se metió cuando hablaba con mi hija".
Entendido, pero Ramazotti lanzó "9» como botella al mar con mensajes y lamentos, aunque el escenario musical sigue su tradicional huella: canciones mid tempo, guitarreras y sencillas, aunque Ramazzotti cree que esta vez no hay coros fáciles. Según él, las canciones de "9» no pasan la prueba de entonarlas junto a una fogata veraniega. "Hay énfasis en las armonías. Es un disco con muchos acordes en las canciones, y muchísimos en un solo cuarto. Es un grupo de canciones que difícilmente podrás cantar con una guitarra en un grupo de amigos, aunque son muy directas. Las puedes silbar".
Directas, cierto. Ramazzotti no se da muchas vueltas para hablarles a sus mujeres en el álbum. "Sé que es difícil mi amor / te tienes que ir / ya es muy tarde /(...) pero el sábado yo paso de nuevo a buscarte", le canta a su hija Aurora en "Canción para ella". "Mamará, una gran mujer" va para su madre Rafaella, y casi todo el resto de "9» lleva como destinatario a Michelle, su ex esposa, aunque el cantante afirma que en una canción como "Falsa salida", que describe la crisis final de una pareja, "no se refiere a mis experiencias personales o alguna persona en particular, pero se me ocurrió después de haber vivido ciertas situaciones".
Made in Japan
Muy sensible se sentirá Ramazzotti en "9», pero también se da la maña para escribirle a otra mujer, aquella que lo inspiró en "Cosas de la vida", el tema que lo hizo famoso en Chile hace diez años. La misma canción que de entrada despachaba un impresionante riff para luego decantar en el tono nasal de Ramazzotti y eso de "son humanas situaciones". Gracias al recuerdo de esa guitarra el italiano dice que el primer disco que llegó a su vida fue una doble descarga roquera: "Made in Japan" de Deep Purple. "Siempre he escuchado grupos americanos como Genesis, Deep Purple y Jethro Tull (sic)", responde el hombre que en 1981 debutó con la canción "Rock ''''80" en el concurso Voces Nuevas de Castrocaro, en la época en que ya había dejado los estudios de contabilidad, que fueron el consuelo que tomó luego de que no lo aceptaran en el Conservatorio. "Lo más difícil es fundir esta alma rock en un sentido melódico", continúa. "Si te fijas, las grandes canciones, aquellas que perduran, siempre tienen una gran melodía. Aún es más difícil hacer rock y darle un sello propio, porque es mucho más fácil hacer rock y copiarles a los americanos".
Ramazzotti algo revela en Miami de sus nuevos gustos musicales, que incluyen electrónica. "Todo nació de querer tomar una canción hecha de una cierta manera, y desarrollarla de esta manera ''''electrónica"'''', responde en alusión a las bases que abren "Un ancla en el viento". "El resultado fue bastante agradable. Creo que es un inicio de lo que podría hacer en el futuro". El italiano agrega que pese a que jamás va a renunciar a la melodía como eje de sus composiciones "me gustaría desarrollarla, cómo decirlo, de una manera más irracional en el futuro".
- Cuesta pensar que tu audiencia te permita muchas licencias en tu estilo.
"El único problema será el de la disquera, que venderá menos discos", responde Ramazzotti encogiéndose de hombros. Miro la habitación, pienso en el tremendo hotel en el que estamos, que estoy en Miami sólo por su disco, y que cada álbum que graba Ramazzotti trae versión en español. Su repentina actitud punk con su sello discográfico (BMG) no calza.
- Con todo lo que vendes, ¿no recibes presiones de tu compañía?
"Bueno. Cuando te pagan, tienes que darles algo".
- Y esta vez son tus problemas personales.
"Escribir, pintar o componer canciones es arte que viene desde dentro. Yo no soy un intérprete, ni un hombre que canta las canciones de los demás. Por eso hay de lo que me sucede en estos momentos en mis composiciones".
- ¿Pero qué te parece que este disco se promueva por tu separación?
"No me agrada cuando se trata de cosas inventadas, pero también sé que soy un personaje público. Sería tonto pensar que los medios no van a aprovechar la oportunidad".
- ¿Qué haces para salir de la mecánica composición, disco y gira?
"Hacer una vida normal. No sé, ir a comprar, salir a comer con los amigos".
Llegan los apuros. Ramazzotti tiene esperando por teléfono a la prensa argentina hace un buen rato. Se lo anuncia una chica muy guapa de la corte que está presente en la sala del bungalow. Eros la escucha y asiente.
- Eres una estrella de la música y las estrellas viven de sexo, drogas y rock & roll. ¿Te inclinas por...?
Ramazzotti observa a su alrededor, el calor, las chicas de Miami que lo apuran y no yerra. "Sexo". ¿Respuesta definitiva? Su risa me dice que sí.