BUENOS AIRES.- Cartas de amor, fotos en traje de baño, canciones inéditas y objetos personales del mítico Carlos Gardel son algunos de los recuerdos exhibidos en el museo inaugurado hoy en la última casa que habitó en Buenos Aires antes de su muerte.
El "Museo de Carlos Gardel" también muestra las pocas pertenencias que se rescataron del avión incendiado en Medellín (Colombia), donde el "Zorzal criollo" perdió la vida hace hoy exactamente 68 años.
El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires inició en marzo pasado las obras de restauración de la casa que Gardel le había comprado a su madre, Berta Garcés, y que él mismo habitó hasta 1933.
"Para la inauguración se reunieron distintas colecciones, que incluyen cartas de amor escritas de su puño y letra, discos de pasta inéditos, música de películas, telegramas y fotografías", contó a EFE Florencia Massari, subcoordinadora del museo, emplazado en el barrio del Abasto, el corazón de la movida tanguera de Buenos Aires.
Para la inauguración, se restauraron la sala, el dormitorio, el escritorio, la cocina, el cuarto de plancha y el baño, tal como estaban cuando el "Morocho del Abasto" habitaba la casa, una vivienda de estilo italiano, típico de principios del siglo XX, con un patio central alrededor del cual se distribuían las habitaciones.
"Se está mostrando la ambientación de la casa tal como era cuando vivía Gardel. Se juega con el eje de lo que fue la vida cotidiana de un mito, con la idea de acercar a la gente a la persona más que al personaje que fue Gardel", señaló Massari.
Las vitrinas muestran fotos que reflejan los aspectos menos conocidos del cantante: en traje de baño con unos kilos de más, en la playa y en la escuela primaria.
El museo también exhibe el boletín de calificaciones del Instituto Salesiano y el carné de la Asociación Cristiana de Jóvenes donde Gardel hacía gimnasia.
El cepillo de ropa de madera y el calzador, ambos con quemaduras, son algunos de los elementos rescatados de la tragedia de Medellín, que presenta una vitrina con la colección de la Casa del Teatro.
Cada rincón de la casa revive algún aspecto de la vida de Gardel: la cocina y sus baldosas originales; el cuarto de planchado que utilizaba doña Berta y los objetos originales de su dormitorio.
Al recorrer el museo, los visitantes pueden formarse una idea de la atmósfera que rodeó al máximo exponente del tango en un itinerario que rescata la relación con la música, el cine, las mujeres y las carreras de caballo de Gardel, cuyo origen se disputan uruguayos, franceses y argentinos.
También se podrá volver a escuchar la voz del "Zorzal" en los diálogos de sus filmes y de sus canciones.
La vivienda, construida en 1918, fue primero habitada por "señoritas de vida ligera" y luego fue comprada por un amigo de Gardel, quien en 1927 se la vendió al famoso cantante de tangos.
Pero cuando murió su madre, en 1942, la casa fue vendida y en los años 60 se derribaron varias paredes para construir una tanguería, que más tarde fue cerrada hasta que en 2000 fue comparada por el empresario argentino Eduardo Eurnekián, quien la donó al gobierno de Buenos Aires y financió las obras de restauración.
El museo también cuenta con el "Cafetín de Carlitos" y con un puesto de venta de recuerdos, como el "Puro Gardel", sombreros, pañuelos, gemelos y hasta jabones que llevan inscritas la letra de sus tangos más famosos, para tararear en la ducha.