PARÍS.- El ministro de Cultura brasileño, el cantante y compositor Gilberto Gil, hizo danzar y cantar a miles de parisinos la noche del viernes en un concierto que dio junto con María Bethania, en la sala Zenith de esta capital.
Gilberto Gil demostró que su nombramiento en el gobierno del presidente Luiz Ignacio Lula de Silva y sus 40 años de carrera no han mellado su energía, su talento ni su voz con mil matices, que puede ir hasta los agudos más altos.
"Siempre el mismo requebrado", dijo un espectador viendo moverse con ritmo a este sexagenario con silueta de joven, que entró en el escenario vestido de blanco y con su guitarra en la mano.
Desde las primeras notas, el artista hizo levantarse y luego bailar al público de la inmensa sala, transportado por su inmenso carisma.
Junto con María Bethania, también vestida sobriamente de blanco, dieron un espectáculo magnífico y mestizo, en el que se cruzaban la samba cançao, la bossa nova, el baiao, y algunos grandes éxitos con toques de rock y de pop, sin olvidar un homenaje al papa del reggae, Bob Marley.