GRANADA, España.- Dignatarios y personalidades religiosas de todo el mundo árabe y musulmán asistieron hoy en la ciudad andaluza de Granada a la inauguración de la primera gran mezquita construida aquí desde 1492.
Entre los gritos de "Alá es el más grande", proferidos por los numerosos invitados, el emir de Sharjah (Emiratos Arabes Unidos), Jalid bin Sultán al-Qassimi, descubrió la placa conmemorativa en los jardines de la Mezquita Mayor de Granada.
El nuevo templo se ubica muy cerca de la Alhambra, el palacio en el que, hasta 1492, residieron los reyes de Granada, el último enclave musulmán que permaneció en la Península Ibérica tras ocho siglos de cohabitación con los cristianos.
En concreto, la mezquita está situada en el barrio musulmán de El Albaicín, aunque tiene como vecinas a dos construcciones católicas: un convento de monjas y una iglesia.
El nuevo templo, un discreto edificio de fachada blanca con tejado rojo y un pequeño minarete cuadrado, mantiene algunos elementos del arte musulmán de la época, como la construcción en ladrillo y los mosaicos de azulejo en el interior, que han sido importados de Marruecos.
Cuenta, además, con los característicos jardines tan queridos por los musulmanes que habitaron hace siglos el sur de España, que pretendían olvidar, entre fuentes y plantas, la dureza del desierto en el que habitaron sus antepasados.
La idea de construir esta mezquita surgió en 1981, fecha en la que se adquirió el terreno con capital libanés, pero el proyecto se retrasó por cuestiones legales, el hallazgo de ruinas romanas en el solar y la muerte del Rey Hasán II de Marruecos, uno de los principales impulsores de la idea.
La ya inaugurada Mezquita Mayor de Granada, que comenzó a construirse en 1998, ha costado 4,5 millones de dólares, la mitad de los cuales procede de los Emiratos Arabes Unidos.
A ella podrán acudir a partir de ahora los 15.000 musulmanes que habitan en Granada, que constituyen la mayor comunidad de esta religión en España pero que, hasta ahora, carecían de una mezquita, a diferencia de otras ciudades.
Además, la mezquita acogerá un centro de estudios sobre el Corán y ofrecerá cursos de lengua árabe, por lo que será una referencia para toda la comunidad musulmana residente en España, compuesta por 500.000 personas, de las que unas 10.000 son españoles conversos.
La inauguración de la mezquita comenzó con una lectura del Corán, hecha por los estudiantes de la madraza (escuela coránica) "Mohamed Wasani", ubicada en la isla mediterránea de Mallorca.
Durante el acto, el emir de Sharjah, principal benefactor de la mezquita, pidió, traducido por su hijo Jaled al-Quassimi, que en estos "momentos de confrontación", la mezquita de Granada constituya "para todos" un ejemplo "de hermandad".
El mismo llamamiento a la convivencia cultural y religiosa protagonizó el acto de inauguración, al que asistieron representantes diplomáticos de Malasia, Turquía, Arabia Saudí, Indonesia, Emiratos Arabes y la Autoridad Nacional Palestina.
Al Qassimi recordó también la huella de Al-Andalus, la civilización musulmana compuesta por reinos independientes que se instaló durante ocho siglos en el sur de la actual España.
Recordando el legado de Al-Andalus, el hijo del emir de Sharjah elogió "la riqueza de su cultura, sus costumbres, sus monumentos y hasta su idioma", y afirmó que parte de esa civilización pervive hoy en el "carácter" y la "sangre" de los españoles nacidos en esa zona.
La ciudad de Granada, que para Al Qassimi es hoy "un símbolo de paz y unión entre todos", fue, a finales del siglo XV, el escenario de la última guerra entre cristianos y musulmanes en la Península Ibérica.
Los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, que a pesar de ser matrimonio dirigían sus reinos de forma independiente, unieron sus fuerzas en 1492 para expulsar de la península al último rey musulmán, Boabdil.
El monarca musulmán rindió la ciudad y, según la leyenda, abandonó su reino llorando, consciente de que perdía un lugar paradisíaco.
