SANTIAGO.- Un espectáculo coreográfico para chicos y grandes estrenará el Ballet Nacional Chileno, luego de su exitosa gira a México. Se trata de la obra “Cartoons”, de Gigi Caciuleanu, director del BANCH. El estreno se realizará el domingo 10 de agosto a las 12.00 horas. Las restantes funciones se realizarán el 17 de agosto, a las 12.00 horas y el 24 de agosto, a las 12:00 y 16:00 horas, todas en el Teatro Universidad de Chile, Providencia 043 (metro Baquedano).
Con música de Camille Saint-Saëns (“El Carnaval de los Animales”) y del destacado bailarín y músico del BANCH, Alfredo Bravo, “Cartoons” es definido por su creador como “un espectáculo para todos los niños. Para todos los pequeños, pero también para los grandes. Para el niño que duerme en cada adulto. Para el adulto que germina hacia el personaje humano de cada niño. Es un espectáculo para los niños que somos todos. Es un espectáculo que pretende dirigirse a la inteligencia del cuerpo, aquella que nos es común a todos, a la imaginación y al espíritu del 'Juego'. Juego con mayúscula”.
En este juego participan tanto los bailarines como los asistentes porque, explica el coreógrafo, “Cartoons” es un espectáculo que exige mucho “trabajo” tanto de parte de los que bailan como también de los que miran. Y, al mismo tiempo, es capaz de procurar mucha alegría a ambos.
Rememorando el significado del título en inglés, dibujos animados, la proposición del espectáculo reposa en la idea que los bailarines, a través de su arte, tienen la capacidad de poder, a la imagen de cada personaje de la obra, sugerir cualquier cambio de apariencia o incluso de dimensiones de su cuerpo.
Para Caciuleanu los personajes de “Cartoons” son bailarines que juegan a ser ellos mismos, más que animales. “Si de animales se trata, ellos son más inventados que reales, animales muy “humanos” como las personas que nos rodean”, explica.
De esta manera, sostiene que “todo es más bien una cuestión de carácter que de traje; de gesto más que de disfraz”.
Usar la imaginación
En “Cartoons” no hay escenografía, sólo un telón, un cuadrado de tela lisa y limpia, para darle vida a los héroes de la obra porque “nada mejor para dibujar y animar o para hacer resaltar mejor las siluetas de los bailarines que la cámara negra mágica del escenario de un teatro”, afirma Gigi Caciuleanu.
“La imaginación queda así libre de implantar sus propios decorados, la fantasía de vestir a los personajes exactamente con los trajes que más tiene ganas de verlo. El movimiento desnudo, sin artificios suplementarios teniendo como complemento la pureza de las líneas musicales, todo esto puede ser tan elocuente. A través de una coreografía se puede decir todo, todo se puede representar. La imaginación del espectador, sobre todo aquella de un niño, asociada a los movimientos de los bailarines puede llegar a ser el mejor escenógrafo”, agrega.
La obra, dividida en tres partes, comienza con la lectura de una coreografía, en este caso “Cartoons”. Los bailarines preparan el espectáculo en torno a los efectos (basados en la idea de la coreografía) y música original de Alfredo Bravo.
En la segunda parte, llega la “magia del espectáculo”, el público podrá apreciar la coreografía de “Cartoons” completa con vestuario e iluminación basada en la música de Camille Saint-Saëns (“El Carnaval de los Animales”). La tercera parte es el aprendizaje de una pequeña secuencia coreográfica con música de Alfredo Bravo y palabras de Gigi Caciuleanu. Los bailarines enseñan a los espectadores la interpretación de algunas secuencias de movimientos para sensibilizar practicando ciertos mecanismos corporales coreográficos y también algunas bases de este trabajo y arte de expresarse con el cuerpo que es la danza.
Esta es la segunda vez que Alfredo Bravo hace la música para una coreografía. La primera vez lo hizo para el innovador proyecto, también creado por Caciuleanu, “La Casa Embrujada”. Comenta que el coreógrafo le pidió que compusiera para “Cartoons” porque el tipo de música electrónica que hace calza bien a la obra.
Alfredo Bravo define este trabajo como un “un espectáculo sumamente didáctico donde para cada uno de los personajes hay un sonido porque la música está compuesta con el tipo de ruido que éstos pueden hacer”. Así, irán apareciendo en el escenario, por ejemplo, los chiclesaurios, can-cansaurios, pollitosaurios y los tamborsaurios, bailando al ritmo de los tambores.
“Ha sido una experiencia enriquecedora para mí; el hecho que Gigi Caciuleanu confié en mi música para hacer una coreografía es un desafío muy grande; yo tengo un enorme respeto al gran artista que él es y trabajé mucho para esto”, afirma el bailarín y músico.
El valor de las entradas es el siguiente: Plateas Baja y Alta, $ 1.000 niños y $ 2.000 adultos. Para Balcón y Anfiteatro el valor es $1.000, general.