FLORENCIA.- La restauración del "David" de Miguel Ángel, una de las esculturas más célebres del mundo, comenzó hoy, envuelta en la polémica, ante los ojos de los visitantes que como cada día acudieron a la Galería de la Academia de Florencia.
La limpieza de la imponente estatua del pastor de la casa de Israel, de 5,16 metros de altura, desencadenó en los últimos meses un encendido debate, avivado por la dimisión en marzo de la hasta entonces responsable de los trabajos, Agnese Parronchi.
Esta restauradora defendía una intervención de escasa intensidad y en seco, con el único uso de pinceles blandos, gomas de borrar y gamuzas de piel, "para no uniformar la superficie de la escultura".
Pero tanto el superintendente de Bienes Artísticos de la región de Toscana, Antonio Paolucci, como la directora de la Galería de la Academia florentina, Franca Falleti, impusieron finalmente una limpieza húmeda.
La técnica húmeda consiste en el uso de compresas impregnadas con agua destilada que se aplican sobre el mármol durante periodos de hasta veinte minutos para eliminar el polvo, la cera y el yeso detectados en 61 puntos de la gigantesca fisonomía de mármol del "David".
Al frente de la restauración está ahora Cinzia Parnigoni, que hoy dirigió las primeras pruebas, mientras se ultimaban los preparativos de los andamios en presencia de los visitantes habituales de la Galería, que seguirá abierta sin restricciones.
Como ya ha sucedido con otras obras de arte famosas, como el "Moisés", también de Miguel Ángel, que se exhibe en la iglesia romana de San Pietro in Montorio, el público podrá asistir en directo a los trabajos de restauración hasta su conclusión a mediados de 2004.
La intervención estará lista para la celebración de los quinientos años de la primera exposición al público del "David", el 8 de septiembre de 1504.
Encargada al genio renacentista Michelangelo Buanarroti (1475-1564) por el Gobierno de Florencia como símbolo del poder y libertad de la entonces poderosa República, la estatua se ubicó en la neurálgica plaza de la Señoría, donde estuvo hasta 1873, cuando fue sustituida por la réplica que se puede ver actualmente allí.
Hasta entonces, la intemperie había contribuido a su paulatino deterioro, junto con el rayo que alcanzó su base en 1512 o la revuelta popular contra la familia Medici durante la que le fue amputado el brazo izquierdo, luego repuesto de manera nada ejemplar.
Tampoco fue nada ortodoxa la limpieza a la que fue sometido el "David" con ácido clorhídrico en 1843 y que eliminó la pátina lustrosa.
Su último percance, ya bajo el techo de la Academia florentina, data de época reciente, 1991, cuando un desequilibrado destruyó a martillazos un dedo del pie izquierdo, luego reconstruido con el mismo polvo desprendido por los golpes.
Cinzia Parnigoni se mostró hoy reacia a hablar de la polémica suscitada por el método elegido, aunque defendió la oportunidad de la intervención en contra de sus detractores, encabezados por el profesor de arte neoyorquino James Beck, fundador de Artwatch International.
A comienzos del verano, Beck, al igual que ya ha hecho en otras ocasiones con obras de arte famosas, lanzó un llamamiento contra la restauración del "David", que recogió el diario The New York Times en su portada.
Diversos expertos italianos y extranjeros se sumaron al bando de los detractores, con lo que la controversia sobre el método de limpieza adquirió un nueva dimensión, que probablemente acompañe a la escultura de Miguel Ángel durante todo el proceso de restauración.