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Versión escénica de "La historia del soldado" de Stravinsky en Teatro U. de Chile

Un elenco compuesto por siete músicos, dos actores, una bailarina y un narrador presentarán esta obra escrita y compuesta en plena Primera Guerra Mundial. Rara vez se monta completa como sí se hará en la única función presentada el próximo martes 9 de septiembre, a las 19.30 horas, en el Teatro Universidad de Chile.

04 de Septiembre de 2003 | 18:12 | El Mercurio en Internet
Elenco de la obra
Algunos de los integrantes que montarán la obra de Stravinsky
SANTIAGO.- Se trata de una obra difícil de catalogar porque mezcla música, danza y actuación. Rara vez se monta completa, como sí ocurrirá el próximo martes 9 de septiembre, a las 19.30 horas, en el Teatro Universidad de Chile. "La historia del soldado", con música compuesta por Igor Stravinsky y con el libreto de Charles Ferdinand Ramuz, inspirado en los cuentos de Afanasiev sobre soldados y el demonio, se presentará en su versión completa, con todas sus exigencias como que los actores bailen, el narrador recite un parlamento musical y los intérpretes actúen.

Aunque es poco usual que una obra de cámara requiera de un director, en este caso la música lo exige. La dirección general estará a cargo de Víctor Hugo Toro quien dirigirá al "Ensemble Sinfónico" integrado por siete músicos de la Orquesta Sinfónica de Chile. La narración de la obra será interpretada por el actor y director Bastian Bodenhöfer y participarán los actores Mario Poblete (el demonio), Cristián Gajardo (el soldado) y la bailarina y profesora de danza contemporánea de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, Luz Condeza (la princesa).

Según el director Víctor Hugo Toro, "la obra es una suma de muchos elementos: la tendencia clásica de la época con elementos rupturistas junto a la música popular entonces en boga. Convierte a siete músicos clásicos en una verdadera orquesta de cabaret donde hay tango, valses, pasodobles y ragtime. Forma una obra muy interesante de montar por las circunstancias propias en las cuales fue hecha. En plena guerra mundial (1918) con todas las orquestas separadas y con los teatros destruidos. La única opción que tenía Stravinsky era tratar de armar una especie de espectáculo itinerante con los pocos elementos que tenía disponible: un par de actores, en esa época eran mimos, una bailarina, un narrador y siete músicos. La idea era sacarle el máximo partido a cada uno de esos elementos", cuenta. Aunque la obra permite un montaje tradicional, los músicos por un lado y la actuación por el otro, ellos mismo se impusieron la exigencia de entremezclar las disciplinas.

La idea principal del elenco es hacer un montaje lo más fiel al original, manteniendo el espíritu de la época de los años '20 y el ambiente de plena guerra mundial. Por eso prescinden prácticamente de toda escenografía y vestuario. Sólo lo esencial, un frac, unos ceniceros, y los mismos atriles e instrumentos ambientarán la escena. Según Bodenhöfer la idea es "representar la decadencia y el desgaste de la Primera Guerra Mundial y crear con la música, la actuación y el baile un contraste a eso".

El "Ensemble Sinfónico" está formado por los músicos Héctor Viveros (violín); Jimena Rey (contrabajo); Alejandro Ortiz (clarinete); Nelson Vinot (fagot); Luis Durán (trompeta); Jorge Cerda (trombón) y Ricardo Vivanco (percusión). Este último desempeña un rol importante ya que además de tocar varios instrumentos tiene que crea un ritmo visual con el movimiento de sus manos. La califican musicalmente muy estimulante y versátil con pasajes musicales muy distintos pero que se van empalmando.

Bastián Bodenhöfer afirma que para los conocedores "esta obra representa una joyita por su gran variedad musical y a los que no la conocen, los invitamos a apreciarla porque es una obra para toda la familia" y agrega que "en una primera lectura puede parecer superficial o casi para un público infantil, pero tiene una segunda lectura muy potente que puede llegar al drama".

La obra, hablada en verso, cuenta la historia de un soldado que vuelve de la guerra a su casa. Lleva consigo una maleta repleta de recuerdos, pero lo más preciado es su violín. En el camino se le aparece el diablo y, encantado con su violín, le ofrece un trueque: su pequeño instrumento a cambio de riqueza, poder y gloria. El soldado acepta el ofrecimiento y comienza un breve período de aprendizaje tras los pasos del diablo. Aprendizaje recíproco ya que el diablo descubre la magia de la música y el soldado el encanto del dinero, el oro y la ambición.

Lo que parecen ser tres días resultan ser tres años y a la vuelta al pueblo nadie lo reconoce. El hombre ha perdido sus afectos personales, amigos, amada y familiares. El soldado toma conciencia de su nueva y engañosa situación y trata de enfrentarse al diablo. Tiene una oportunidad y es rescatar del sueño eterno a una enigmática princesa. Con su violín consigue sanar a la princesa enferma e iniciar un camino hacia la felicidad representado en la sucesión de un tango, un vals y un ragtime. Pero el demonio recupera su poder y con una sórdida marcha triunfal consigue derrotar una vez más al pobre soldado. Una solitaria escalera que baja desde el cielo exterioriza ese triunfo último sobre el mortal, la contradicción del hombre contemporáneo, el dolor mudo de la guerra y la imposibilidad de escapar a los renglones que la novela de la vida ha trazado para cada uno de nosotros.

La obra tiene una duración de una hora, sin intermedio. La entrada general tiene un valor de $2.000. Para mayor información llamar al 6345295 del Teatro Universidad de Chile.
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