LIMA, 12 (AFP).- El concierto del rockero argentino Charly García la noche del jueves en Lima dominó las primeras planas de la prensa limeña, que destacó hoy el homenaje que rindió a las víctimas del atentado a las Torres Gemelas en Nueva York el 11 de septiembre de 2001.
Para la prensa lo más raro de la noche resultó ser la proyección en una pantalla gigante de imágenes de los aviones estrellándose contra las torres, fusionándose con otras imágenes de cabezas sangrantes de caballos, hombres acuchillándose los ojos y parejas haciendo el amor mientras Charly estallaba en un delirio de música electrónica.
’’¿Sátira, homenaje o crítica?’’, se preguntó el diario Perú.21 tratando de resumir el desconcierto de los centenares de asistentes sobre la interpretación que García dio del atentado contra las Torres Gemelas en Nueva York, que dejó cerca de 3.000 muertos.
Al margen de las interpretaciones, el recital ratificó la jerarquía musical y creadora de García, quien durante más de dos horas se metió en el bolsillo a una audiencia que lo aplaudió a rabiar.
El cantante estrenó dos canciones nuevas de una nueva placa titulada tentativamente ’’Asesíname’’, e intercaló temas de su época en Sui Generis, Seru Giran y de su actual etapa de solista.
Empezó con ’’No voy en tren’’ y acabó dos horas más tarde con ’’Rezo por vos’’. Y terminó vestido tal como arrancó, con un terno rojo.
’’Su voz sobrevive incólume, sus dedos siguen jugando maravillosos en el teclado’’, anotó el diario El Comercio (el de mayor circulación).
Polémico e imprevisible, como siempre, estuvo a punto de cancelar el concierto sin razón aparente cuando llevaba más de una hora sobre el escenario. Al final superó las dos horas y acabó pasada la una de la madrugada.
La única señal de disconformidad fue cuando arrojó al suelo el contenido de un vaso de cerveza, pero en general su comportamiento fue tranquilo, reseñó la prensa.
No volaron botellas por el escenario y no hubo enfrentamientos verbales con el público, como ocurrió alguna vez en Ecuador, ’’todo fue muy normal, "pajísima''(estupendo), dijo una alucinada fanática.
’’En el Perú también soy un vicio más’’, se jactó en algún momento del concierto, haciendo referencia a la letra de una de sus canciones, según el diario Correo.
El concierto se realizó en un local social del ejército peruano y se convirtió en el evento rockero más importante del año en Lima, una plaza donde la sequía de artistas internacionales es una constante por los elevados impuestos que las autoridades exigen y que obliga a cobrar boletos fuera del alcance popular.
Los ocho mil asistentes pagaron entre 10 y 90 dólares para ver en vivo y en directo a uno de los mitos vivientes del rock latino.