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Función gratuita de “Salomé” mañana en el Municipal

Las entradas podrán ser retiradas el mismo día de la función, a partir de las 10.00 horas, en calle Tenderini (máximo dos por persona).

15 de Septiembre de 2003 | 17:09 | El Mercurio en Internet
Salomé
Un boceto de la nueva producción del Municipal.
SANTIAGO.- Continuando con su política de difusión y gracias al patrocinio de la Ley de Donaciones Culturales, el Teatro Municipal de Santiago abre nuevamente sus puertas al público para ofrecer en forma gratuita una de las obras maestras del Siglo XX, esta vez con una presentación abierta de la ópera “Salomé” de Richard Strauss, el próximo martes 16 de septiembre, a las 18.00 horas. Las entradas podrán ser retiradas el mismo día de la función, a partir de las 10.00 horas, en calle Tenderini, con un máximo de dos por persona.

Richard Strauss es considerado el más grande de los compositores alemanes modernos de ópera. Su “itinerario” musical partió del romanticismo wagneriano, pasó por un feroz naturalismo y llegó a un neoclasicismo suave y sabio. El éxito para sus óperas apareció con Salomé, estrenada en 1905, con un sólo acto, basada en el drama homónimo de Oscar Wilde, traducido al alemán por Hedwig Lachmann. Esta magnífica ópera, que para muchos no tiene antecedentes en cuanto a concentración dramática, vuelve al Teatro Municipal de Santiago después de trece años de ausencia con una nueva producción que rescatará la intensidad y dramatismo de la historia.

Mientras la régie, escenografía e iluminación serán responsabilidad de Ramón López, el vestuario tendrá los diseños de Germán Droghetti y las coreografías serán del coreólogo Pablo Aharonian. En tanto, la Orquesta Filarmónica de Santiago será dirigida por el maestro Maximiano Valdés, Director Titular de la agrupación. Los roles protagónicos serán interpretados por la soprano norteamericana Susan B. Anthony (Salomé), el barítono Robert Hale (Jokanaan, el profeta Juan el Bautista), el tenor Udo Holdorf (Herodes), la mezzosoprano Graciela Alperyn (Herodías) y el tenor Luis Olivares (Narraboth).

El libretista y el compositor hicieron del papel principal uno de los más difíciles de la literatura operística; no sólo porque a la intérprete se le exigen momentos extraordinarios desde el punto de vista de la música y de la voz, sino sobre todo porque hay pocas sopranos que estén en condiciones de interpretar la “Danza de los siete velos” como lo pide la obra.

La Salomé ideal ha de ser una mujer de belleza fascinante, sensualidad vibrante, gran expresión dramática, voz poderosa y al mismo tiempo flexible, y musicalidad infalible; además, ha de ser capaz de bailar y tener el lenguaje corporal y el atractivo erótico que se requieren para dominar la danza oriental que pone fuera de sí a un rey. En cuanto a su interpretación, es de tal dificultad el papel de la protagonista que sólo contadas sopranos están en condiciones de representarlo en forma satisfactoria. Exige musicalidad impecable, voz hermosa de timbre sensual, enorme dominio de la escena y gran atractivo físico. La protagonista debe ser una consumada cantante, una grana actriz y una interesante bailarina. Para no desmerecer a su lado, también los otros papeles han de ser interpretados por artistas de categoría.

La tarea del director de orquesta es también magna. Strauss escribió una partitura de inmensas posibilidades, llena de colorido, que sigue el texto no sólo en todo detalle sino hasta las insinuaciones del subconsciente. No es casual que Salomé se creara en la época en que Sigmund Freud se pronunció sobre rincones desconocidos del alma humana. Considerable es la fuerza melódica, extraordinario el tejido armónica, totalmente novedoso en su época. El tratamiento de las voces es de sumo realismo.

“Salomé” tuvo su fuente de inspiración en La Biblia (San Mateo, cap. 14 y San Marcos, Cap. 6). Narra el episodio de la ejecución de San Juan Bautista a manos del tetrarca Herodes, alrededor del año 30 d.C. De este cruel episodio el genial irlandés Oscar Wilde hizo uno de sus famosos dramas, ahondando profundamente en la sicología de los personajes. Mientras escribió la obra, pensó en la gran y polémica actriz francesa Sara Bernhardt para encarnar el rol de Salomé.

La obra se estrenó el 9 de diciembre de 1905 en la Ópera de Dresde que luego vio las primeras presentaciones de muchas óperas de Strauss. Salomé provocó escándalos descomunales en muchas ciudades por un libreto considerado inmoral y por su música avanzada (así la obra no pudo representarse en Viena por la oposición del arzobispo de la ciudad; en Berlín hubo que poner una estrella de Navidad en el instante de la muerte de Salomé; en Londres el libreto tuvo que modificarse para que pareciera que lo que Salomé pretendía encontrar un guía espiritual…). Pero estas luchas la hicieron famosa: al principio se opuso a su mayor difusión, la enorme dificultad de la partitura y su exigencia de una orquesta superior a cien músicos. En América del Sur se estrenó en Buenos Aires el 13 de junio de 1910.

La visión del régisseur

Ramón López, director de escena, escenógrafo e iluminador de esta nueva producción de Salomé, explica que la ópera transcurre en un espacio único.

“No estamos ilustrando un castillo. Lo interesante de la propuesta escenográfica es que hay una especie de terraza donde todos salen a descomprimirse de la presión a la que están sometidos por la situación que se ha creado al interior de la fiesta de cumpleaños de Herodes. Vemos a una Salomé hastiada de la grosería, de la rudeza, de la falta de la delicadeza de los invitados y del acoso de Herodes”, explica el artista.

De alguna manera, la propuesta es una metáfora del mundo lunar. La luna es, según López, un elemento protagónico en la ópera.

“Vemos la luna, pero no directamente sino a través de una membrana, de una muralla traslúcida. Es como una caja de vidrio que representa la fragilidad de una situación que está por romperse. También nos permite iluminar con una intensidad que va en aumento las escenas. Es una situación obsesiva que termina con la danza de los siete velos”, dice.

El espacio es circular, porque nace desde la cisterna: allí está preso el Bautista y Herodes mató a su hermano. Es un signo de muerte.

Respecto de la época en que está ambientada la producción, Ramón López dice que no tiene un tiempo determinado. Se reconocen elementos del período bíblico, pero también otros contemporáneos, más geométricos.

“Respecto del color, hay muy poco. Encontramos colores grafitos, negros y plateado, porque es el tono que asociamos a la luna, fría”, dice.

La ópera Salomé será representada en la Gala Presidencial del 18 de septiembre en el Teatro Municipal de Santiago.

Las entradas para las funciones de “Salomé” ya están a la venta y su valor fluctuará entre $8.500 y $85.000.
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