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Lo adicto no se quita (18/9/2003)

18 de Septiembre de 2003 | 00:00 |
Lo adicto no se quita

Hace trece años se vieron por última vez después de, entre otras cosas, dejar inventado y servido para sus herederos algo llamado rock alternativo. Hoy, Jane’s Addiction vuelve a reclamar su parte, sin el caos de antes. "Antes era sólo una fiesta: ahora está más enfocado", dice uno de los fundadores, el baterista Stephen Perkins.

David Ponce
(18/9/2003)

Jane’s Addiction
No todo es celebridad en Beverly Hills. Stephen Perkins es un baterista de esa área de la ciudad, está casado con una mujer latina y desde 1996 viene haciendo un trabajo anónimo allí: cuando su agenda se lo permite, Perkins toma sus instrumentos y parte a dirigir talleres de percusión para discapacitados en Los Angeles.

"Empecé a hacerlo porque una persona que vivía en mi calle tenía distrofia muscular. Entonces fui a ver de qué modo podía ser útil", recuerda el vecino Perkins. Tampoco es todo anónimo en su vida, por cierto. Perkins acaba de cumplir 36 años el sábado pasado, y ya a los diecinueve, en 1986 y en el mismo barrio de Los Angeles, formó un grupo llamado Jane’s Addiction junto al cantante Perry Farrell, al guitarrista Dave Navarro y al bajista Eric Avery. Después de volverse un referente mundial del rock alternativo de los ’90, Jane’s Addiction acaba de reunirse para hacer canciones de nuevo después de trece años y resucitar otro hito del rock alternativo: la gira Lollapalooza.

De modo que en estos últimos días los talleres de percusión tuvieron que esperar. Stephen Perkins ya no está en su casa, sino en un tour que ahora lo tiene en Washington para dar conciertos, aparecer en programas como el de David Letterman el pasado 22 de julio o para tomar el teléfono ahora para una entrevista con Sudamérica.


Enfocaos

"Sí, fue una gran experiencia", comenta Perkins acerca del show de Letterman. "Tocamos dos canciones, "Just because" y "Jane says", y con él siempre se pasa muy bien. Además no todos los días uno aparece en la televisión nacional".

- ¿Destruyeron algún instrumento?

"Estuvo tranquilo, pero después de tocar esa noche le dije a David La próxima vez deberíamos hacer explotar algo, ¿no?".

"Jane says" es una de las dos canciones más conocidas de Jane’s Addiction, y es su primer acierto: data de 1988. "Just because" es el éxito más reciente del grupo, incluido en el flamante cuarto disco, "Strays" (2003). "A "Just because" le está yendo bien en Estados Unidos en este momento. Llegó al primer lugar en los ránkings de rock moderno, y ese simple hecho es notable para nosotros. Es la última canción que escribimos, la más fresca que tenemos. El disco estaba hecho y decidimos volver al estudio a hacer una canción más. Sólo porque sí ("just because"). Y eso es lo que pasó".

- ¿Jane’s Addiction se reunió por lo mismo? ¿Sólo porque sí?

"Ja ja. No, nos juntamos de nuevo, para ser francos, porque nos queremos mucho y sabemos que la mejor música que podemos hacer es entre nosotros. Tocamos con otra gente en la década pasada, pero pienso que nuestro mejor rendimiento es juntos".

- ¿Volver a Jane’s Addiction o a Lollapalooza te hace sentir más joven?

"Lo que siento es una especie de renacimiento y rejuvenecimiento de la escena musical. Es como que de nuevo te dé una patada en el trasero. Siento que puedo disfrutarlo mejor, más enfocado... con menos caos. Podemos tomar toda esta energía y ponerla en el lugar correcto. Y de hecho es más divertido".

- ¿El caos no era divertido?

"En 1997 hicimos una gira con Flea (el bajista de Red Hot Chili Peppers) y fue maravilloso, pero escribir canciones nuevas iba a ser el desafío más grande. Lo hemos tomado como una experiencia de crecimiento y aprendizaje. En 1997 era sólo una fiesta. Ahora está más enfocado".

- ¿O sea, ya no hay caos en el grupo?

"Sí hay caos. Lo que hacemos es tomar los obstáculos y el caos y lo experimentamos juntos. En el pasado nos separábamos y escapábamos de él. Ahora lo miramos a la cara y lo atravesamos".

- ¿Eso suena a madurez?

"Eso es seguro. Los obstáculos ahora nos juntan en vez de separarnos. Y la verdad es que tenemos un mejor estado mental y más cosas que lograr. Antes todo lo que teníamos era Jane’s Addicton o dónde está la fiesta. Ahora tenemos mujer, hijos, familias, hay tantas cosas más de las que sacar energía".

- ¿Qué tan importante fue el exceso para Jane’s Addiction?

"Bueno, el suceso...".

- El exceso. Exceso.

"Ah, wow. Pienso que cada uno fue en su propia dirección, y por supuesto eso determinó el sonido de Jane’s Addiction. Cuatro personas, experiencias y formas de vida distintas. Y todas esas vivencias fueron muy importantes, pero no son para revivirlas. Sí para mirarlas hacia atrás".

- ¿Hay algo de lo que te arrepientas en la historia del grupo?

"No, sin remordimientos. Necesitamos esas experiencias para ser lo que somos ahora. Eso es lo que nos trajo aquí. Todos hicimos cosas por las razones correctas o equivocadas. Pero todos sobrevivimos".


Ex sesos

La de Jane’s Addiction es una historia paralela de música precursora y excesos rockeros. Entre lo excesivo: Perkins es el más tranquilo, pero Farrell y Navarro han sumado adicciones al crack, la heroína y, en el caso del guitarrista, un noviazgo con Carmen Electra, actriz de "Baywatch" y posiblemente la mujer chatarra símbolo de EE.UU., sin mencionar las provocativas carátulas de dos discos del grupo. Entre lo precursor: junto con Faith No More o Red Hot Chili Peppers en los ’80, años antes que Nirvana, Pearl Jam y Soundgarden, Jane’s Addiction fue pionero. Sus tres discos datan, de hecho, de los ’80: "Jane’s Addiction" (1987), "Nothing’s shocking" (1989) y "Ritual de lo habitual" (1990). Y el grupo se separó justo en 1991, dejando la década completa a la disputa de sus herederos. Suficiente gloria había ya en sobrevivir a los años ’80 viviendo en California.

"Éramos unos desadaptados", reconstituye el baterista. "No calzábamos en la escena de L.A. Donde sí encajábamos era en una escena de artistas y músicos que escribían historias y letras relevantes, y no lo hacían por la imagen ni por el dinero. Era la escena punk de L.A. No era Mötley Crüe ni Poison ni nada de eso, que estaba ahí. Estábamos más influidos por la honestidad de Fear, de Black Flag, de Minutemen. Pero sentíamos una necesidad de tocar rock pesado. Nos preocupaban un poco más las canciones y los instrumentos que a los grupos punk: verdaderamente nos importaba el sonido. Así que era una mezcla entre la elaboración de una canción y la honestidad del punk rock. Cuando la gente dice haber recibido la influencia de Jane’s Addiction, no siempre lo escucho en la música, pero no siento en el espíritu. El espíritu de hacer letras significativas, de ejercitar una música honesta".

Perkins es el único músico que ha cerrado filas con Farrell, tanto en Jane’s Addiction como en el grupo que el cantante formó luego, entre 1993 y 1997: Porno For Pyros. "Esa relación está basada en la risa y en disfrutar la compañía del otro", dice. "La música cae por su propio peso. El asunto entre Perry y yo es que uno puede hacer una canción sólo con una voz y un tambor. No necesitas guitarra ni bajo. Así que podemos juntarnos sólo los dos a hacer música. La vida que lleva Perry es claramente distinta, y yo respeto la suya y él respeta la mía, y eso hace la amistad más divertida".

- ¿Cuáles son esas diferencias?

"Bueno, nos aproximamos a las relaciones de un modo distinto. A mí me gusta... supongo que soy más... Soy más aterrizado. Soy más de tierra. Y Perry es más como de viento o el fuego".

- ¿Qué te pareció el rock que apareció después de la separación de Jane’s Addiction?

"Las cosas se mantuvieron entretenidas por un rato: había un sentimiento de libertad, de honestidad, de algo refrescante que estaba pasando en ese momento. Me encantó Nirvana, creo que es uno de los mejores grupos de rock de la historia, y Kurt (Cobain) era un maravilloso compositor. Grupos como Primus, Smashing Pumpkins tenían una buena actitud. Pero luego todo se volvió mediocre de nuevo. Tiene que haber un nuevo nacimiento, y supongo que por eso apareció el movimiento de rock y rap. El asunto con Jane’s Addiction es que, si los padres fueron Nirvana o Soundgarden, tienen que haber sido hechos de algún lodo. Y ese lodo fue Jane’s Addiction".

- ¿Es difícil hacer Lollapalooza de nuevo? ¿Hay un público para eso?

"Siempre va a haber un público para buenos músicos. Si te fijas en el cartel de Lollapalooza vas a ver que hay gente que realmente puede tocar, que les importan los instrumentos, y de eso queremos rodearnos. De eso se trata Lollapalooza: Audioslave, Incubus, Queens of the Stone Age, A Perfect Circle, Jane’s Addiction... todos nos preocupamos de tocar".

- ¿Cuántos conciertos llevan y cómo han estado?

"Han sido trece, tenemos quince por hacer y todos están cada vez más en onda. El espíritu de Lollapalooza se está viviendo en el backstage, con músicos tocando entre sí e improvisando. Ese espíritu se traslada al escenario. Hay información. Buena música, buena comida y buena conversación.

- Entre tus agradecimientos en el disco figura "La familia Juárez". ¿Quiénes son?

"¡Es la familia de mi mujer!", sonríe: Cindy Juárez es su nombre. "Es mi conexión latina: me casé con una mexicana. Al comienzo, cuando era chico, me gustaba el jazz, no el rock, y entonces descubrí los ritmos brasileños, y los ritmos de África, o incluso de Asia, y todos esos sonidos de tambores me afectaron. Los ritmos latinos están entre los más difíciles de entender para un percusionista estadounidense, pero se siente que tienes que mover tu trasero, a partir de los tambores, los timbales, las maracas, los bongos, los cencerros. Realmente puedes expresarte como percusionista con la música que viene de América Latina. Dios: está todo basado en el ritmo. Tambores y voces".

Es parte de lo que Perkins enseña en sus talleres con discapacitados. "Llevo mis tambores y otros percusionistas conmigo, y les pasamos instrumentos chicos de percusión", dice. "Es un sentido de ayudar a gente. Porque sé que cuando toco batería en un concierto de rock, con mucha gente, todo el mundo cantando y divirtiéndose, ése es un nivel. Pero llevarlo a este otro nivel me hace recordar que los tambores están ahí para hacer música, pero también como una terapia".

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