Imágenes de antaño
La actriz Mariana Prat vuelve al teatro.
SANTIAGO.- Durante los últimos seis años se echaron de menos los tradicionales montajes al más puro estilo cabaret de la actriz Mariana Prat. Sin embargo, dedicada por completo a la docencia, comenzó lentamente a extrañar el maquillaje, el público y los aplausos. De la noche a la mañana apareció con varios proyectos teatrales. Su reincorporación a la escena nacional la hará con "Por la vuelta" a fines de octubre, una obra que se mantiene fiel a sus creaciones en las que mezclan el teatro, la canción y su condimento personal sobre el escenario.
¿En torno a qué gira la obra "Por la vuelta" con la que te reincorporas al teatro?
"Es un espectáculo que, como lo dice el título, apuesta a mi regreso al escenario. Pero al mismo tiempo, me refiero a otra cantidad de regresos. Porque la vida está llena de vueltas, y aunque digamos que no, siempre queremos volver a cosas. Hay regresos que son espectaculares como a la casa vieja en la que se vivió cuando uno era chico. Hay reencuentro con amigos que uno no veía o regresos a las ciudades de las que uno se enamoró perdidamente. Las vueltas que llevan a algo muy querido y que es muy exquisito no perder. Lo rico de quedarse con esas cosas y guardarlas para siempre, es que hace del reencuentro algo fabuloso."
¿Cómo aludes a esas vueltas en esta obra nueva?
"Son varios registros, pero no hablo de mi misma, sino de la mujer y las personas. Voy plasmando todo un ambiente. Caen las ideas y los pedazos de poesía que van pegadas a las canciones. Por también hay palabras mías. Es todo un trabajo de búsqueda y de encuentro que va produciendo un ambiente que, por supuesto, tienes que tener como en todo teatro o novela, un clímax. En cuanto a la música son diversas canciones cuya temática tiene que ver evidentemente con el regreso, y que van desde tango, rancheras mexicanas, canciones francesas, hasta boleros. Pero el criterio de selección de las canciones también tenía que ver con la posibilidad real que yo tengo de interpretarlas vocalmente y de ser teatrales para poderlas transformar en un hecho dramático".
Aunque Mariana Prat es la única protagonista de sus espectáculos está acompañada de sus fieles músicos, indispensables para hacer nacer sus creaciones de cabaret. En esta obra participan el pianista Pedro Mesías, Hernán Molinari con el acordeón y Leonardo Zuker, su único hijo de 22 años, con la guitarra. Es la primera vez que este último comparte el escenario con su madre.
La actriz explica que este montaje "va a ser muy simple. Son las palabras, las ideas y lo que se produce teatral y musicalmente lo que importa. No habrá escenografía porque el lugar es una pequeña cava en donde la gente se podrá sentar en la mesa y pedir algo para tomar".
Este proyecto no es el único en el que trabaja ya que son seis los montajes que está preparando paralelamente. Mariana Prat cuenta que su nueva obsesión y punto de partida que hace aflorar sus creaciones para cantar sobre el escenario es la poesía. Como por ejemplo, la de García Lorca que va mezclado con escenas teatrales y que incluirá más actores; o la poesía latinoamericana femenina del siglo XX. "Todo esto serán recitales poéticos en los cuales integro siempre otras cosas, y desde luego el canto". También está trabajando la música chilena, especialmente las canciones de Violeta Parra. Los proyectos están aflorando sin parar y aunque pareciera que está sufriendo una especie de explosión creativa la actriz aclara que son proyectos que ya se viene gestando hace tiempo.
¿Cómo vas creando y armando tus obras?
"Primero está la idea. Después empiezo a buscar las canciones y luego los temas y palabras con las que yo voy hilando la historia. Muchas veces funciono con escenas de obras de teatro o con mi propia palabra. A partir de algo yo voy armando y agregando cosas personales, dándole un punto de vista. Uno va haciendo un mundo completo, es como un hijo y por eso uno le pone tanto amor y se demora mucho en hacerlo. La parte montaje, la parte de la cabeza es muy larga. Para obras anteriores he trabajando tres años antes de que salieran al escenario. Lo importante es que esté la idea porque a veces uno esta sin ellas. Por eso, si no estoy loca de impulsos, simplemente me corro para el lado".
¿Eso es lo que pasó al optar solamente por la docencia?
"Todo junto. A mí siempre me ha gustado mucho la docencia pero también pasa que a veces uno ya no tiene ganas de estar arriba del escenario. Para estar encima de las tablas uno tiene que estar loco de ganas. Cuando se te baja la adrenalina es mejor, si puedes hacerlo, hacerte para el lado. En el caso mío, seguía haciendo lo mismo pero enseñando. Son como pequeños descansos, respiros creativos, que son necesarios para que uno esté siempre con un impulso muy fuerte para el público".
Esta actriz, que comenzó su carrera teatral en el colegio, pasó por la compañía Ictus, fue parte del grupo de teatro "Ellas", junto a Liliana Ross e Isabel Sunnah, con las cuales montaron exitosos café concert, e interpretó el papel de "Jave" en el clásico montaje de la comedia musical "El violinista en el tejado", en 1978. Sin embargo, luego de un matrimonio y estadía en Argentina, ambos de seis años de duración, la vuelta a Chile en 1985 junto a su hijo y trabajos varios en televisión, recién en 1987 encontró su veta teatral: el cabaret. "Lo mío siempre ha sido un espectáculo de cabaret muy europeo que incluye a los músico directamente y la manera de integrar el teatro a la canción". Se consagró con la obra "Piaf Piaf" que era prácticamente un homenaje a la cantante, contando toda su vida a través de sus canciones. Siguieron los espectáculos unipersonales durante 10 años con "No me cambien", "Bajos Fondos", basado en el texto de la obra "La ópera de tres centavos" de Brecht y "De palomas y olvidos", que gira en torno a canciones mexicanas. Todas sus obras las produce, dirige y representa ella. Paralelamente comenzó dictar clases y capacitaciones en universidades, tanto en Santiago como en regiones. "Reempecé en abril de este año, pero no para todo publico, sino más bien en privado lo que ha sido bueno porque me ha permito palpar ciertas cosas, ir armando y pensando otras", explica la actriz.
¿Qué te hizo retomar el teatro?
"Las ganas que vuelven de a poco. Son como un comezón y justo cuando me venían estas ganas me llama, en pleno verano de este año, Juan Azúa y me pide que participe cantando con su banda en dos presentaciones. Al entrar en el camarín ya fregaste y sabes que quieres volver. El camarín es algo tremendamente fuerte para uno, porque ese tiempo que tienes para prepararte es como un acto de desdoblamiento, está pasando de lo tuyo a ese ser que va a transformarse para el público. Es muy importante ahí el silencio, el trabajo acucioso. Pero también el bolso de maquillaje sacar, poner, limpiar…son decisiones que se toman de la noche a la mañana. Como comenzar a trabajar con mi hijo Leonardo; es algo que no se piensa, se decide. Son inspiraciones que tienen que ser porque sí."
Esta vuelta al escenario, sin embargo, también está ligada a un poco de temor e inseguridad. La actriz confiesa que el tema de que la gente la vea con otra edad, le carcome un poco el orgullo. Pero la tensión que se produce entre el público y ella es lo suficientemente cautivante para que vuelva a cantar, actuar y recordar viejos tiempos.
La obra "Por la vuelta", de una hora y media de duración, se presentará los días 24 y 31 de octubre a las 22.30 horas en el Mesón Nerudiano (Dominica 35, Tel: 7371542).