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“Il Seminario Musicale” (14/10/1996)

03 de Octubre de 2003 | 10:58 |
Federico Heinlein

14/10/1996

En el Aula Magna del Centro de Extensión de la Universidad Católica oímos al excepcional conjunto de cámara galo “Il Seminario Musicale”, especializado en obras francesas e italianas de los siglos XVII y comienzos del XVIII. Puntal de la agrupación es el contralto de asombrosos registros vocales Gérard Lesne, profundo conocedor de las prácticas y modalidades del Barroco. Lo secundan los excelentes instrumentistas Pascal Monteilhet (tiorba), Bruno Cocset (violonchelo) y Blandine Rannou (clavecín).

La parte inicial del programa trajo composiciones francesas; la segunda, de la península italiana. Por cierto que la frontera entre esos mundos artísticos no está rigurosamente trazada: Marc-Antoine Charpentier fue un ardiente adalid del modo peninsular, y Michel Pignolet de Montéclair, bastante más joven, compuso cantatas en idioma italiano.

Los dos artistas nombrados constituyeron, por así decir, las abrazaderas de la selección. El cantante, de cabal exactitud estilística, pudo hacer impresión con su entrega de “Las estrofas del Cid”, de Charpentier, pese a la indebida preponderancia del violonchelo que afectó el equilibrio sonoro durante el primer bloque del concierto, donde una discreta viola da gamba habría sido mucho más conveniente. Tres “Arias de Corte”, de Michel Lambert, ex monaguillo cuyo maestro le enseñó la manera italianizante de cantar, corroboraron el arte supremo de Lesne, su control y plena soltura en los adornos y otras convenciones vocales. Particularmente destacó el trozo final, “Vuestros desdenes”, sobre un sereno basso ostinato.

En una suite para tiorba, de Estienne Lemoyne, pudimos apreciar el delicado timbre de afinación perfecta, la preciosa intimidad ensimismada y la fluidez de las figuraciones del tañedor, soberbio en la chacona final.

Artísticamente más débil, redundante y de dudoso estilo por el vibrato importuno del violonchelo nos pareció la pieza final de esta parte del concierto, “El amante tímido”, de un tal Courtois (obviamente no se trata del serio compositor del siglo XVI).

Después del intermedio, “Il Seminario Musicale” obtuvo sus logros más significativos. De Claudio Monteverdi, heredero de la cultura renacentista a la vez que profeta de la evolución musical futura, escuchamos “Qué hermosa eres, amada mía”, versículos del Cantar de los Cantares, en latín. La genialidad del compositor adorna e ilumina cada detalle del texto. La expresión elocuente y el virtuosismo vocal de Gérard Lesne, sensitivamente acompañado por los instrumentistas, permitieron aquilatar la riqueza cromática y los sorprendentes enlaces armónicos de estas “Nuevas Músicas”, como las llamó Caccini.

Soberano estuvo el cantante en los recitativos y arias “da capo” de la cantata de Alessandro Scarlatti “Hero y Leandro”, la desafortunada pareja mitológica. Fue asombrosa la agilidad de coloratura del contralto en el Prestissimo del aria final. Sin excepción, todos los instrumentos se amoldaron disciplinadamente a las exigencias de la partitura.

En una sonata valiosa para chelo y continuo, de Vivaldi, Bruno Cocset pudo lucir sus cualidades de solista. Desde el Largo inicial hasta el furibundo Saltarello concluyente se impusieron la sensibilidad extraordinaria y el hermoso vibrato del chelista, acorde con el preciso acompañamiento de tiorba y clavecín.

La cantata en idioma italiano “El despecho amoroso”, de Michel Pignolet de Montéclair, cerró de manera categórica este singular concierto. En los instantes contemplativos y las arias da capo, especialmente la última, brillantísima, el cantante llegó a cumbres de excelsitud, para terminar con un recitativo de lírica dulzura, admirablemente acompañado por los tres instrumentos.
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