EMOLTV

“Reine Elisabeth” (2/10/1998)

03 de Octubre de 2003 | 10:33 |
Federico Heinlein

2/10/1998

Los músicos germanos Rolf Plagge y Wolfgang Manz constituyen el dúo a dos pianos “Reine Elisabeth”, que se despidió en nuestro Teatro Municipal con un interesantísimo programa. El Rondó en Do Mayor, de Chopin, página de juventud que recibió el número de opus 73 después de la muerte del compositor, es un trozo amabilísimo, lleno de gracia y eufonía, con algún instante meditabundo entre arrebatos de virtuosismo. Su tintineo encantador y pasajes de melancolía eslava hallaron intérpretes de primera calidad en los visitantes, quienes obtuvieron el máximo brillo junto a la claridad más diáfana, sin renunciar a imprimirle a cada frase un carácter personal.

Dos años antes de su prematura desaparición en 1916, Max Reger compuso las “Variaciones para orquesta sobre un tema de Mozart”, opus 132, editándolas luego en una versión para dos pianos. Particularmente los países nórdicos han sabido apreciar las composiciones del muy venerable maestro, cuya densidad metafísica y redacción a menudo un tanto espesa no siempre gustan en otras latitudes. Nuestro público recibió con evidente respeto la madura obra gracias al arte extraordinario de los ejecutantes, que clarificó la trama e hizo transparente el tejido polifónico de la fuga final, coronada por el tema mozartiano.

Después del intermedio volvimos a sucumbir al embrujo del Este. Un muy joven Rajmáninof escribió la “Rapsodia rusa” que, sin tener número de opus, está llena de gracia y fue vertida por el dúo con verdadera exquisitez y un brío arrebatador. El auditorio dio una cálida respuesta a este idioma fácil y lisonjero sin ninguna clase de problemas.

Notabilísima es la transcripción que Rolf Plagge y Wolfgang Manz elaboraron del ballet “Petrushka”. Obviamente, ni la magia de pianistas como ellos puede producir en el teclado la diversidad sonora de la paleta stravinskiana, pero asombran las aproximaciones inverosímiles que obtuvo su rutilante entrega, henchida de la vitalidad más convincente. El aplauso atronador de la numerosa concurrencia valió asimismo para la tañedora del triángulo, único instrumento orquestal que parece haberse resistido a la adaptación pianística.

El júbilo de la sala agradeció también el encore: un temprano trozo de Ravel, original para dos pianos, que el compositor incluiría posteriormente a su “Rapsodia Espagnole”.
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?