Federico Heinlein
24/3/1998
Exactamente a los 313 años del día del nacimiento de Juan Sebastián Bach, obras de él y de su compadre Jorge Felipe Telemann lograron llenar hasta los últimos rincones la nave de la Santiago Community Church. Los intérpretes del grupo Syntagma Musicum tuvieron, en esta oportunidad, el concurso de dos instrumentistas alemanes invitados.
Los ejecutantes chilenos Víctor Rondón (flauta dulce alto) y Miguel Angel Aliaga (viola da gamba), secundados por el continuo del director Alejandro Reyes (clavecín) y la viola da gamba de Julio Aravena, partieron con un hermoso Trío-Sonata, en Fa mayor, de Telemann. El Vivace inicial mostró el virtuosismo de los músicos que, después de un breve movimiento pausado, se confirma en la agilidad de un regocijado Allegro.
La Sonata en Mi menor, N 1.033 del catálogo de las obras de Bach, evidenció la categoría de Martin Heidecker y Adina Scheyhing, matrimonio germano que, no obstante su gran juventud, estuvo totalmente a la altura de nuestros experimentados especialistas. Heidecker, en flauta travesera, y su mujer, en viola da gamba, de basso continuo junto a Reyes, hicieron una labor magnífica. La calma y seriedad de los trozos impares, henchidos de eufonía, contrastaba bellamente con el espíritu juguetón de los Allegros.
Una Sonata, de Telemann, en la misma tonalidad de la anterior, hizo patente todo el potencial de Adina Scheyhing, quien, sobre el fundamento sólido proporcionado por Aliaga y Reyes, pudo corroborar la soltura y certidumbre de su arte. Luego, ella compartió con Alejandro Reyes el continuo del Trío-Sonata en Si bemol mayor, de Bach, obra donde las flautas dulces de Heidecker y Rondón se complementaron estupendamente. La bucólica mansedumbre del Adagio; las osadías sorprendentes del tercer tiempo y la amenidad de los Allegros difícilmente habrían podido encontrar una interpretación más persuasiva.
Gloriosa fue también la entrega del Cuarteto en Sol mayor, de Telemann, final de esta velada conmemorativa. Junto a las tres violas da gamba y el clavecín, Martin Heidecker en flauta travesera hizo un trabajo sobresaliente, secundado por la colaboración eficaz de Adina Scheyhing y Miguel Angel Aliaga. El bonito Dolce inicial; el no menos atrayante Allegro; las tiernas modulaciones del Soave y el jocoso tiempo final cosecharon ovaciones de la numerosísima concurrencia.