En el nombre de Víctor Jara
Marcelo Contreras
13/9/2003
Víctor Jara fue asesinado en el Estadio Chile hace 30 años. Cuando él murió, habían unas cinco mil horrorizadas personas en ese recinto deportivo transformado en campo de concentración y tortura. Anoche había un número similar de almas en ese mismo lugar. Gente que cantó, gritó y se emocionó en la primera de dos jornadas que culminan esta noche, en homenaje a uno de los artistas fundamentales de nuestra historia como nación.
Este estadio, que alguna vez fue miedo y sangre, desde ayer lleva su nombre. Ahora ya no es sólo clamor popular, sino que es oficial. Por la mañana, la viuda de Víctor, Joan Jara, firmó como presidenta de la fundación que lleva el nombre de su marido, junto al subsecretario de Chiledeportes, Ernesto Velasco, el cambio de nombre del recinto.
En la obertura, una orquesta sinfónica junto a una banda rock interpretaron “El derecho de vivir en paz”. Sonaba pésimo, pero el entusiasmo del publico pudo más. Luego, la urgencia de todo el estadio de aplaudir de pie la humilde presencia de Silvio Rodríguez. El cubano interpretó sólo tres temas. Habló una vez, cuando recordó pausado y lacónico su primera visita a Chile. Citó las coincidencias de su debut en el país y anoche: septiembre del 72 y el mismo escenario. Estaba Víctor..., susurró al final de la historia y la frase quedó inconclusa. Se despidió con “Te recuerdo Amanda” interpretada como si llevara su firma.
Cuando todavía el estadio exigía el regreso de Silvio Rodríguez, el grupo de danza Espiral, que pertenece a la Fundación Víctor Jara, se las arregló para contar bailando con dramatismo, pasión e ideas, la historia de la euforia de las clases populares en torno al triunfo de Allende, el golpe y el renacer democrático.
Al cierre de esta edición, el himno nacional interpretado en guitarra clásica convocaba nuevamente las voces del repleto estadio. Para esta noche, el saludo a Víctor Jara lo encabezan Joe Vasconcellos, Chancho en Piedra y Los Prisioneros.
