Daniel Quiroga
29/7/2002
En rápida visita al país y a su familia, Alfredo Perl participó en la serie de Grandes Pianistas del Teatro Municipal. En su programa, ante una sala repleta, sólo hubo tres autores: Haydn, Beethoven y Schubert, representados por tres modos de encarar la Sonata. Cronológicamente correspondió a J. Haydn encabezar la lista. Su fabulosa producción en todos los géneros y su longevidad le hicieron modelo para la Sonata de teclado, seguida, aunque con variantes personales, por figuras como Mozart y Beethoven, que fueron sus discípulos en Viena.
Escuchamos la Sonata Nº 62 de Haydn, en una versión transparente y vigorosa, en que los tres movimientos daban al teclado no sólo lo decorativo sino relieve a la expresividad del campo armónico. Luego, la Sonata Op. 109, de Beethoven, la trigésima de la serie de 32, que muestra cambios sorprendentes en el esquema clásico, superado por las alternativas expresivas. En la Sonata Nº 21, de Franz Schubert, el Romanticismo tiñe los temas amables y melódicos de los cuatro movimientos. El genial liederista supera con pasión el esquema clásico.
En resumen, un bello e interesante programa. Hace presente los rumbos cambiantes de la Sonata para teclado en las épocas que acercaron a tales tres maestros. El público gozó de tan viva y limpia entrega. En verdad, el pianista chileno, hoy figura de primer plano mundial, debe recibir el agradecimiento del país por compartir el prestigio que nuestros artistas de la música han conquistado con su esfuerzo y talento.