Daniel Quiroga
8/4/2002
La música de España, en su variada presencia, es la base del Festival Internacional que ofrece en su Temporada 2002 la Sinfónica. En ese marco, el director artístico David Del Pino presentó el segundo programa español, con obras de Luciano Berio y Manuel de Falla.
Del inquieto músico italiano (1925), cuya producción muestra los múltiples caminos de la creación musical contemporánea, incluyendo la electrónica, el serialismo y la técnica aleatoria, el caso presente de la "Ritiratta Notturna di Madrid" es una simple e ingeniosa orquestación de un tema descriptivo, tomado de Luigi Bocherini. Luego siguió la impresionista "Noches en los Jardines de España" de Manuel de Falla, en que piano y orquesta se enlazan en efectos de color ambiental en sus tres partes que muestran el diálogo permanente de la orquesta y el instrumento solista. En nuestro país se tuvo -hace años- la oportunidad de escuchar esta obra con la ejecución del pianista español Ricardo Viñes, quien la estrenó en España. También numerosos pianistas nacionales han enfocado su virtuosidad y colorido desde distintos ángulos. Esta vez, la profesora Frida Conn, pianista de muy estimada carrera en música de cámara, abordó la obra sin caer en exteriorizaciones virtuosísticas, sino con adhesión mesurada a los diseños melódicos, según el texto a la vista y el respeto a la batuta.
En la segunda parte del programa, el maestro Del Pino cumplió una sobresaliente tarea como concertador de "La Vida Breve", drama lírico de Manuel de Falla, estrenado en Niza en 1913. Es posible que muchos recuerden el estreno en Chile, en el Teatro Municipal, en los años ''''50, con la dirección musical de Héctor Carvajal y la puesta en escena de Ernst Uthoff, con la soprano Angélica Montes en el papel de la gitana Salud y Marta Rose como la abuela. En esa época existía cooperación entre los cuerpos artísticos de la Municipalidad y la Universidad de Chile, de modo que fue posible unir la Sinfónica, cantantes y elementos del Ballet Nacional en un escenario técnicamente adecuado.
Un esfuerzo loable produjo el trabajo coordinador del maestro Del Pino con el Coro Universitario, los solistas y el grupo de canto y baile flamenco, dentro de la estrechez del escenario. Musicalmente se dio realidad a los dos actos de la obra, en que Patricia Hernández (Salud), Soledad Díaz (Abuela), Jaime Ciacompai (Paco), Leonardo Aguilar (Tío Sarvaor), Carolina Acuña (Carmela) y Esteban Sepúlveda (Manuel) dieron los personajes de la trama de amores traicionados entre pobres y ricos. La nota folklórica de baile, canto y guitarras, fue realizada con propiedad por Francisco Delgado, Jorge Bravo y Andrés Hernández. Fusionando la acción de los dos actos, la vitalidad de la música y el canto mantuvieron el sencillo argumento, que el auditorio premió con entusiasmo por la bien lograda sincronización de música, voces y movimiento.
