El lanzamiento del nuevo disco de Angel Parra Trio será en un local tradicional de jazz, pero sin silla alguna para descansar. La idea es moverse junto a la música, porque el álbum
Vamos que se puede refleja a cabalidad el manifiesto artístico de tres instrumentistas más preocupados del espíritu de su trabajo, que de la velocidad de sus dedos o la perfección de su técnica
Marisol García C.
Hay quienes prefieren escuchar el jazz sobre un sillón cómodo, y músicos que no pueden concentrarse en su instrumento sino es acomodados sobre un taburete. Todo muy serio, muy profesional. Pero Ángel Parra Trio confía en la eficacia del jazz sobre la pista de baile, y su nuevo disco –
Vamos que se puede; en parte, un homenaje a las clásicas orquestas chilenas de fiesta, como la Huambaly- invita a recordar la raíz nocturna de noche, seducción y cheek-to-cheek que muchas veces tuvo el jazz, antes que la técnica y el virtuosismo de algunos de sus más grandes cultores distorsionaran para siempre su vocación popular.
Es parte del manifiesto que el guitarrista Ángel Parra, el contrabajista Roberto "Titae" Lindl y el baterista Moncho Pérez quieren y logran poner en práctica. Así, a tres canciones perfectamente radiables (todas con voz de Julián Peña, ex-Santos Dumont), se suman invitaciones inesperadas, como el tornamesas de DJ Caso. El trabajo del tecladista Raúl Morales, completa el álbum de un conjunto que, pudiendo ostentar su talento y experiencia acumuladas, ha elegido un camino en el que el jazz es un vehículo de disfrute colectivo. Por algo,
Vamos que se puede es un álbum dedicado a dos músicos queridos por las masas: Gato Alquinta y Lalo Parra.
"Son gente que tiene mucho que ver con la popularidad del jazz", estima Titae Lindl. "Cuando el tío Lalo tocaba en las casas de putas, la gente al frente bailaba; no se quedaba sentada escuchando. Aquí el asunto nunca ha sido pasarse rollos ni elaborar algo intelectual".
-Aunque, también, son un grupo selectivo dentro de esa vocación popular.
-Titae: Jamás componemos algo pensando "ésta tiene que matar". No tenemos esa presión. Para nosotros, es una sorpresa que
La hora feliz (2001) haya vendido lo que vendió, pero lo que prima en nosotros es la cosa artística. Y hacer cosas nuevas y entretenernos.
-¿Como un alivio?
-Titae: Lo que pasa es que, a diferencia de Los Tres, el trío siempre tuvo un lado de experimentación. Los Tres estábamos en un sello grande, estábamos en la mecánica de grupo popular. No era "encerrémonos a ver qué sale". Con el trío siempre teníamos lo otro: improvisar, grabar en situaciones raras o con otra gente... siempre hemos tenido ese lado y yo creo que eso nos ha salvado. Siempre irse reinventando de disco a disco. Tanto en música, como en la manera de enfrentar la grabación.
No es ningún secreto que Angel Parra Trio nació con una intención de respiro de las obligaciones rockeras, comerciales y, de alguna manera, líderes, que el grupo Los Tres asumió durante los años 90 en Chile. Primero integrado por tres de los cuatro Tres (Parra, Lindl y el baterista Francisco Molina), el conjunto se asentó en su formación actual con la llegada de Moncho Pérez, en 1995. Siete álbumes en poco más de una década de trabajo son la prueba más evidente de una trayectoria que los músicos jamás se han permitido describir como un mero hobbie.
-¿Hay lecciones de la época de Los Tres que siguen aflorando en el trabajo del Trío?
-Angel Parra: Claro, fueron diez años "de circo" que me sirvieron mucho. Estar cerca del Álvaro y los muchachos también fue importante por toda la formación cultural, y que es lo que yo esperaba recibir en relación con las referencias de la música. Nos juntamos en un momento súper bueno; cuatro personas que teníamos mucho en común y aprendí muchísimo. Sobre todo, a pararse en un escenario. El otro día vi unos videos del Trío, de hace como diez años, en Conce, cuando estábamos con Pancho Molina: un horror (ríe). Parecíamos unas estatuas. Yo con la guitarra bien arriba, el Titae ¡sentado en un piso! Y Pancho con su gorrito...
-Titae: Era pura inexperiencia. Al principio estás tan preocupado de tocar bien, de concentrarte en la música. Son cosas que ya tenemos incorporadas.
-¿Es la soltura uno de sus principales avances?
-Angel Parra: Claro. Ahora, en el escenario nos lo bailamos todo. Porque hay que tocar bailando. Es lo que la gente disfruta. De repente, es más importante eso que las notas que están saliendo...
-Lo cual no le debe gustar mucho a los puristas.
-Titae: Es que nosotros destruimos todo eso con los conciertos en vivo. Para nosotros, tocar es un momento único, y cada recital es particular y nos ocupamos en que todos salgan contentos, y cansados.
-Angel Parra: Hay gente que también encuentra que, qué sé yo, que taquillamos mucho. Dicen "ay, que te gusta la taquilla". Algo bien chaquetero, claro. Entonces sale Julián (Peña), con la media pinta sobre el escenario, y se mueve como La Pantera Rosa... y los jazzistas se enojan, dicen "¿dónde está la música?".
-¿No será un malentendido esperar sólo jazz de su parte?
-Moncho Pérez: Es el cliché que empezó con el grupo: que Angel Parra Trío era jazz. Es verdad, hacemos jazz... chileno. Pero nos interesa sacarnos los apellidos. Hemos pasado a hacer música, no más. Chilena, sí, pero encasillarla en el jazz... pasamos de esa historia.
-Angel Parra: Yo creo que a cualquier artista le molesten que lo encasillen. En los primeros discos del grupo tenía un rol fundamental la improvisación. Lo sigue teniendo, pero en este disco nuevo hay temas que no tienen improvisación, que son como música de película. Nos interesa asombrarnos con cosas que van saliendo en el camino.
-Titae: El acercamiento que se dio en este disco fue hacer cosas nuevas, que no hayamos tocado antes. Sabemos que el jazz ya lo manejamos. Entonces escogimos estos temas que suenan a bossa nova, a música de películas, a baladas como tiradas al lado Beach Boys. En el disco hay canciones, también. Creo que todos los temas en el disco tienen que ver, incluso los temas cantados. Se nota que es un disco hecho por un mismo grupo de gente. Es la familia, ¿cachai?
-Insisto, ¿no es un error calificarlo como un disco de jazz?
-Moncho Pérez: Yo creo que todos los discos de Angel Parra Trío tienen swing. En
La hora feliz hay una cueca, ponte tú, pero tiene swing, tiene onda. Entonces no hay por qué decir que no es jazz. Ya pasó Louis Armonstrong. ¡Estamos en el 2003!
-¿No es conservadora la mentalidad de la mayoría de los jazzistas en Chile?
-Moncho Pérez: Sí. Bastante conservadora y demasiado retrógada, diría yo. Se quedaron en el tiempo, siendo que el jazz también avanza. Si no escuchan un cuatro-cuartos y swing dicen "esto no es jazz". Noooooo. En este disco hay canciones, pero tienen un sentido jazzístico; hay swing. Uno no es jazzista porque toque temas de jazz. Uno puede tocar un bolero, una cueca, y te sale "jazzeado" porque es tu forma de tocar. Creo que, en ese sentido, en Chile hay ignorancia, falta de información. A ese tipo de jazzistas, obviamente no le va a gustar el disco.
-Titae: Es que el jazz ya es una porción de nuestra parrilla de audiciones. No es como antes que llegábamos a la casa a escuchar Thelonious Monk, Wes Montgomery; no salíamos de eso. Pero son etapas.
-Es un disco con puras composiciones de ustedes.
-Angel: Claro. Y a todos nos estimula escuchar composiciones del otro. Es algo positivo para un grupo, te invita a superarte.
-Titae: Es un grupo súper democrático. No están esos rollos que existían en Los Tres... aquí todos componemos y todos aportamos.