SANTIAGO.- Ante la posibilidad de contar con una nueva producción artística que enriquezca el repertorio de la Temporada Oficial del Ballet de Santiago del presente año y debido a ciertas dificultades que se originaron en las fechas de remontaje de la obra de J. Cranko, la Corporación Cultural ha reemplazado la reposición del ballet “Eugenio Oneguin” por una original producción coreográfica: “Madama Butterfly, el ballet”.
Este fue estrenado mundialmente en Asunción, Paraguay, en 2002, con treinta funciones a tablero vuelto, programadas a pedido del público. La crítica alabó la fuerza dramática de la propuesta creada por el coreógrafo Jaime Pinto, que cuenta con los decorados y diseños de vestuario del artista chileno, Germán Droghetti. La música es una adaptación orquestal de la partitura de la ópera de Giacomo Puccini realizada por el destacado arreglador y Director de Orquesta John Lanchbery. A ella se suman números del compositor Reinhold Gliere con arreglos de la pianista Albena Dobreva. Por último, el aria “Un bel dì vedremo”, será interpretada en vivo por la destacada soprano chilena, Cecilia Frigerio.
Los roles protagónicos de este ballet, al igual que en la ópera, ofrecerán una oportunidad única de lucimiento dramático para los bailarines y serán interpretados por la Primera Bailarina Marcela Goicoechea como Cio-Cio San, quien regresa al escenario del Teatro Municipal con un rol protagónico después de un año de ausencia; por el Primer Bailarín Luis Ortigoza como Pinkerton; por la solista Andreza Randisek como Suzuki, la fiel criada de la protagonista; por Dolores Salazar como Kate, la esposa norteamericana de Pinkerton; por Cyril de Marval como Sharpless y por Hugo Zárate como Goro. Alternándose en estos roles estarán los primeros bailarines Natalia Berríos, Lidia Olmos y Miguel Angel Serrano; los solistas Patricio Melo y Maite Ramírez; y los artistas Nina Zaera, Ana Kovac, Sofia Menteguiaguia, Cecilia Lucero y Sergio Ortiz.
La música será interpretada por la Orquesta Filarmónica de Santiago bajo la dirección de José Luis Domínguez. Las funciones están programadas entre el 14 y el 21 de noviembre.
Antecedentes de la Ópera
Madama Butterfly tiene antecedentes operáticos y literarios. Los primeros los encontramos en las óperas La Africana y Lakmé, cuyas protagonistas, al igual que Butterfly, se enamoran de hombres europeos que las engañan precipitándolas al suicidio.
El antecedente literario directo, en tanto, es Madama Chrysantème de Pierre Loti. Ki-Hou-San, personaje central de esa obra, es una encantadora geisha. Esta obra fue a su vez antecedente de Madama Butterfly, tragedia de una japonesa, de David Belasco. Puccini, impresionado por esta pieza que conoció en Londres, pidió a sus colaboradores Giuseppe Giacosa y Luigi Illica que prepararan un libreto en base a esta obra.
Los creadores
Jaime Pinto explica que la idea de hacer una versión en ballet de “Madama Butterfly”, la tuvo hace muchos años después de ver la ópera que lo fascinó con la belleza, romanticismo y dramatismo de la historia. Sin embargo, desde ese primer momento se enfrentó con el tema de la música, al no encontrar una partitura adecuada y nada más que orquestada para el ballet. “Entonces, por intermedio de amigos norteamericanos, supe que John Lanchbery había transformado la música de la ópera al ballet. Pedí que me enviaran el CD que el arreglador había hecho para algunos coreógrafos. Lo recibí y al escucharlo, quedé fascinado. La música es maravillosa, te va diciendo qué hacer. Tiene un dramatismo impresionante”, cuenta.
Su contacto con Lanchbery, fallecido el pasado en el mes de febrero y a quien dedica esta producción del Ballet de Santiago, fue real. “Había tenido contacto con él porque había hecho los arreglos musicales para el Quijote que yo estrené. Para Butterfly fue muy gentil y me dijo “bueno, ahora que tienes la música, tienes que invitarme a Santiago a tomar un pisco sour”. Lamentablemente murió de cáncer antes de poder concretar esa invitación”, recuerda el artista.
Pinto detalla que después de oír esa música, comenzó su trabajo. “Imagino las situaciones, las emociones, en este caso, la entrega de esa mujer llena de inocencia que vive para ese amor con el que toda mujer sueña y por el que muere más tarde. En eso pienso, no en los pasos”.
Respecto de cómo está presente el dramatismo original en el ballet, el coreógrafo enfatiza que es la protagonista la que lleva el mayor peso de la historia y la que, además de poseer fluidez técnica, debe tener una gran capacidad dramática.
Germán Droghetti, el diseñador, explica por su parte que “lo primero que tuve que plantearme era cómo definir un vestuario que conservara las características del diseño típico japonés –kimono- y que al mismo tiempo fuera adecuado para ballet”, explica el diseñador Germán Droghetti quien decidió, finalmente, conservar la forma, pero utilizar materiales livianos. “En un ballet lo principal es el movimiento” dice.
Posteriormente, después de reunirse con Jaime Pinto para hablar sobre la producción y la música, diseñó durante un mes. “El primer traje que tuve en mi cabeza, fue el de novia de Butterfly, que es blanco con una gran mariposa pintada. Después vino el resto, los grupos, el pueblo, etc….”.
En total son ciento cincuenta kimonos, todos pintados a mano, en telas como la seda y otra parecidas. Los tocados están adornados con perlas, flores, en un trabajo muy hermoso. La primera aparición de Butterfly está rodeada de un ambiente muy rojo, lujurioso, sensual, que refleja su mundo de Geisha, al que ella no quiere volver.
Las entradas para las funciones de “Madama Butterfly” de Jaime Pinto, ya están a la venta en boleterías del Teatro Municipal y Parque Arauco y en fonoventas (800 471000). Su precio fluctuará entre $2.500 y $25.000.