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Ana sola (6/11/2003)

06 de Noviembre de 2003 | 00:00 |
Ana sola


El nuevo disco que la cantante española Ana Torroja viene a mostrar a Chile se llama “Frágil” y está poblado de canciones delicadas. Pero ella muestra sus dientes: la ex socia de Mecano y Bosé no echa de menos un hombre al lado y dice que el propio Bosé le enseñó a decir que no.

Ana Torroja
David Ponce (6/11/2003)

Este no sólo es el año en que Ana Torroja publicó su tercer disco e inició la primera gira de su vida como cantante solista: además ha debutado en el mercado de la pintura. Y su técnica es no tradicional: se llama chapapote.

“Chapapote es el alquitrán”, explica por teléfono desde un hotel en Lima, Perú, días antes de su debut en solitario en Chile. “Fue el Prestige, el barco petrolero que se hundió en Galicia (en noviembre de 2002). Un locutor de una radio en España tuvo la iniciativa de que los que pasaran por ahí a hacer entrevistas hicieran un cuadro con el chapapote, con el petróleo. Y esos cuadros se están subastando. Y ese dinero va para ayuda a la gente afectada”.

- ¿Recuerdas qué pintaste?

“Sí, una mariposa. Me manché las dos manos, las puse abiertas y ésas eran las alas, y después pinté el cuerpo y los cuernitos”, cuenta. Coincidencia o no, también hay una canción con nombre de animalillo volador - “Libélula”- en su nuevo disco, que por más señas tiene otro nombre delicado: “Frágil”. Y que incluye la rareza de un cover de “Wish you were here”, tal vez la canción más guitarreada y fogateada por los fans chilenos de Pink Floyd.

“La gente no sabe muy bien qué esperar, ¿no? Va un poco así como tímida”, dice sobre la gira: tarea que no hizo en “Puntos cardinales” (1997) ni “Pasajes de un sueño” (1999), sus discos previos. “Es un concierto con mucha energía y hemos revisitado los temas antiguos más cerca de hoy que de ayer”.

- O sea, si la gente va tímida, tú vas agresiva.

“Bueno, con toda la fuerza”.

- Lo cual es divertido para un disco que se llama “Frágil”.

“Sí. Los contrastes de la vida”.

- Algo mostraste aquí en marzo cuando cantaste “Wish you were here” en televisión.

“Pero sólo canté un trocito”.

- ¿Ahora vienes más preparada?

“Sí, de hecho esa canción no la canto”, sonríe. “Hay tantísimas canciones en el concierto que me parecía un poco...”, busca la palabra, “absurdo, ¿sabes? Antes de “Wish you were here” seguro que hay muchísima gente que prefiere escuchar cualquier otra canción de Mecano”.

- Cualquier asesor chileno te diría que reconsideres esa medida. El único país aparte de Inglaterra donde es tan famosa esa canción debe ser Chile.

“Ah, ¿sí? Pues entonces la haremos como unplugged. No la tenemos preparada. Me encanta tenerla en el disco, pero en directo escucho (que me piden) “Naturaleza muerta”, “Dal픓, dice, citando canciones de Mecano. ““Wish you were here” forma parte de la banda sonora de mi vida, aunque la que yo quería hacer era una que cantaba y bailaba de pequeña, que se llamaba “What is life”, de George Harrison (incluida en el primer disco post-Beatles del guitarrista, “All things must pass”, de 1970). Pero no nos pareció el momento porque, bueno, desgraciadamente (Harrison) murió”.

- Tu gira anterior fue con Miguel Bosé. ¿No se te hace más grande el escenario ahora?

“Qué va, qué va. Tenía ese miedo, sabes, antes del primer concierto. Pero no ocurrió así. Salgo más segura al escenario que cuando “Girados”. También es verdad que antes de “Girados” llevaba ocho años sin subirme a un escenario. Y ahora llevo doce meses, el tiempo que ha transcurrido desde entonces. Aprendí mucho con Miguel, y cuando me quedaba sola durante el concierto vi que podía manejarlo”.

- ¿O sea, no te sientes más frágil por no tener un hombre al lado?

“Para nada. Bueno, estoy rodeada de hombres en el escenario”, sonríe, en alusión a sus músicos.”Pero qué va. Si viene, fenomenal, pero no echo de menos a nadie al lado”.

Si es por escoltas masculinas, Ana Torroja sí las tuvo en la grabación: el compositor uruguayo Jorge Drexler, el rockero mexicano Saúl Hernández, del grupo Jaguares, y el productor francés Eric Mouquet, artífice de la célebre serie de discos de pop étnico “Deep forest”.

- Es un disco con muchos puntos cardinales.

“No ha sido deliberado, pero me gustan los colores y los contrastes. No como decía Hitler, ¿no?, que en la pureza está la riqueza. Para mí está en la mezcla. Me acerqué a Jorge Drexler porque hablaba un idioma muy parecido al mío, al menos en las canciones, y luego también en persona conectamos bien. Lo mismo con Saúl”.

- ¿Dividir el concierto entre el presente y el pasado tiene por objeto que la gente se haga cargo de que Mecano es pasado?

“Me gustaría que la gente abriera su mente hacia cosas diferentes, que no tienen por qué ser peores. Y a la gente le cuesta mucho deshacerse del pasado, ¿no? No sé por qué. Yo prefiero mirar hacia adelante. Canto las canciones de Mecano porque me apetece y me siguen emocionando. Pero si un día me dejara de ocurrir eso no las cantaría, por mucho que la gente quisiera que lo hiciera”.

- ¿Hay más pasión en las canciones nuevas?

“Es una pasión diferente y más mía. En Mecano estaba haciendo canciones, vivencias y sentimientos de otros que yo la mayoría de las veces compartía, pero otras no. Ahora lo que estoy haciendo lo siento. No tengo que forzar ni actuar”.

- ¿Nunca se te ha vuelto una pesadilla o una maldición?

“No, y en los conciertos en absoluto. A veces en entrevistas, te vas a reír, sobre todo de prensa, el periodista saca las cosas de contexto y me da rabia estar hablando a lo mejor dos horas sobre hoy y que siempre en el titular aparezca Mecano, ¿no?, a veces utilizado de forma injusta”.

- A los periodistas les gusta Mecano más de la cuenta, a lo mejor.

“Sí, no digo que no. También sé, no soy tonta, que Mecano hoy y quizás siempre sea más importante que Ana Torroja. Pero que a veces te da rabia, ¿no? Vale, sí, Mecano pasará a la historia, pero a lo que yo hago también merece la pena darle una oportunidad, creo yo”, concluye. Ana Torroja puede haber pintado una mariposa, haber escrito sobre una libélula y hecho un disco llamado “Frágil”, pero frágil y todo también puede mostrar las uñas.

- ¿Estabas es una época vulnerable al hacer el disco?

“Estaba, sí”.

- ¿Ya no?

“No, ya no. Pero volverá, seguramente”, sonríe.

- Esa fragilidad te permitió hacer el disco y en esta época de fuerza te vas de gira, simplificando las cosas. ¿Al final del día qué prefieres?

“Ah, yo prefiero estar fuerte. Sí, porque me encuentro bien. De la otra forma se sufre”.

- Pero haces un disco.

“Claro, exacto. Pero no siempre hay que estar sufriendo para hacer un buen disco”.

- ¿Pero los mejores salen con sufrimiento?

“No estoy de acuerdo. Por ejemplo te hablo de Alejandro Sanz. Creo que (“No es lo mismo”) es un gran disco y no creo que esté sufriendo”.

- ¿Cómo te estabas sintiendo cuando hiciste “Pasajes de un sueño” o “Puntos cardinales”?

“En “Pasajes de un sueño” estaba encantada, y en “Puntos cardinales” estaba muerta de miedo. Muerta de miedo porque era el primer disco después de cinco años, y además sola, y era la primera vez que cantaba después de un problema que tuve en la voz. Es un disco tímido. Me he dado cuenta de que en esos dos discos hay cosas que no debería haber hecho. Pero no me arrepiento porque me ha enseñado. He aprendido a saber lo que no debo hacer”.

- ¿Qué cosas?

“Sobre todo canciones que no quería cantar y lo hice porque, bueno, me dejé convencer o no tenía la seguridad suficiente como para decir no. Y en este disco sí la he tenido. Eso lo aprendí con Miguel”.

- ¿Miguel Bosé te enseñó a decir que no?

“Me enseñó dos cosas muy importantes que he puesto en práctica en todas las facetas de mi vida. Una es a decir que no. Y otra es a no tener miedo a equivocarme. Esa gira para mí ha sido mucho más enriquecedora que algunas de Mecano. Sin desmerecerlas, por supuesto”.

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