NUEVA YORK.- El amor a la música del rudo de Hollywood, Clint Eastwood, fue despertado de nuevo por una serie de tonadas improvisadas al piano por el artista para divertirse mientras entretenía a sus hijos.
Esa faceta llevó al polifacético actor a pulir sus dotes musicales e impregnar con melodías las películas que está haciendo, en un matrimonio de intereses que condujo a la musicalización de su más reciente obra cinematográfica, el aclamado filme “Mystic River”.
“Dejé de tocar el piano durante varios años”, dijo Eastwood, de 73 años.
“Entonces mis hijos nacieron y comencé a tocar canciones de cuna y fui agregando notas a esas melodías: ‘Es un mundo pequeño, después de todo’ (una de sus piezas) y todo ese tipo de cosas, así es que regresé a la música”.
La música ha enriquecido e inspirado la vida y el trabajo de Eastwood -un amante sin fronteras del jazz- desde hace más de 30 años.
Su hijo mayor, Kyle Eastwood, toca el bajo y compone. Contribuyó con dos piezas musicales compuestas por él a “Mystic River”.
Las canciones infantiles aún se siguen tocando en la casa de Eastwood. Su hija más pequeña, Morgan, cumplirá apenas siete meses en diciembre.
Eastwood utilizó la música como elemento central en la primera película que dirigió, “Play Misty for Me” (Obsesión mortal), de 1971. Las cinco cintas de la serie “Dirty Harry” están musicalizadas con temas de jazz.
Eastwood dirigió “Bird”, una historia filmada en 1988 sobre el gran saxofonista Charlie Parker, y compuso varios de los temas que sirven de fondo al bello filme “The Bridges of Madison County” (Los puentes de Madison), en el que actúa junto a Meryl Streep y que ganó en 1993 el Oscar a la mejor película y le brindó al propio Eastwood el Oscar al mejor director.
Eastwood, quien ha protagonizado 45 filmes, dirigido 24 y producido 19, dirigió, produjo y también escribió el guión de “Mystic River”.
Los críticos de cine han alabado el ingenioso acercamiento de Eastwood para llevar a la pantalla grande la polémica novela de Dennis Lehane. El diario The New York Times destacó su “intensidad extraordinaria” en escenas “que se intensifican con un sentimiento casi insoportable”.
“Las críticas (del filme) han sido ciertamente excelentes tanto en Estados Unidos como en el extranjero”, explicó Eastwood.
“Las (críticas) extranjeras han sido particularmente agradables. Diferentes países parecen disfrutarla por igual, si ‘disfrutarla’ es la palabra correcta”, agregó.
Para “Mystic River”, una historia sobre venganza, violencia y una niñez marcada por conflictos que involucra a tres amigos de la juventud, Eastwood compuso un tema musical minimalista sobre la base de una tríada, tres notas que representan el triángulo humano formado por los personajes representados por Sean Penn, Tim Robbins y Kevin Bacon.
Trabajando con la tríada
Alternativamente, en escenas serenas o perturbadoras, evocadoras o de presagio, la música realza el drama que envuelve a los personajes en su medio, un vecindario de clase trabajadora en la ciudad estadounidense de Boston.
“Tenía cierta idea sobre hacia dónde quería ir”, dijo Eastwood cuando se le preguntó si la música se le ocurrió cuando estaba filmando la cinta.
“En las tardes, repasaba varias ideas en mi mente, pero no hallé realmente una solución adecuada hasta que comencé a editar el filme”, agregó.
“Sólo tomé una tríada y comencé a trabajar con las cosas a su alrededor. La tríada representa a los tres niños y a los tres hombres que están obsesionados con lo que ha pasado. Entonces sólo traté de construir la historia a partir de esta base, de llenarla con voces, de resaltar el tipo de angustia que afecta a los hombres”, dijo.
Eastwood explicó que mantener el guión lo más simple posible y usarlo de manera selectiva fue muy importante para presentar de la mejor forma las poderosas actuaciones de su trío de estrellas y de los personajes secundarios, entre los que se incluyen caracteres interpretados por Marcia Gay Harden, Laura Linney y Laurence Fishburne.
“Cuando uno tiene excelentes actores, muchas veces lo más importante es no interferir con ellos. Lo peor que uno puede hacer es opacarlos, diciéndoles que se ajusten demasiado a lo preestablecido, hay que dejar margen para la improvisación”, destacó.
“Algunas de las escenas más dramáticas de la película no tienen música. Es como si esperáramos lo que todo el mundo piensa que va a ocurrir y nunca ocurre. Parece un anticlímax, pero en realidad es la cumbre del clímax. Todo transcurre “en seco”, como si nos tuviéramos que tragar las palabras, expresó.
El año pasado, el Instituto de Música Henry Mancini concedió a Clint Eastwood un premio por sus servicios distinguidos a la música estadounidense. También recibió un reconocimiento en 1996 por el tema de “Los Puentes de Madison”.