VENECIA.- Devastado por un incendio en enero de 1996, el célebre teatro veneciano La Fenice resplandece nuevamente con sus maderas labradas pintadas con oro, su cielo raso color turquesa y sus terciopelos rojos tras haber sido reconstruido completamente por un equipo de expertos.
El templo de la lírica, en donde resuenan aún las voces de Callas, Tebaldi, Pavarotti y en el que Verdi y Rossini dirigieron sus obras maestras, será reinaugurado con gran pompa el 14 de diciembre.
Ante una platea de personalidades, músicos, políticos y patrocinadores, el director de la Scala de Milán, Riccardo Muti, dirigirá la orquesta de La Fenice para un concierto augural e inaugural: “Die Weihe des Hauses” de Ludwig van Beethoven.
El teatro La Fenice, que toma el nombre del fénix, el ave fabulosa y mítica que renacía de sus cenizas tras haber sido quemada en una hoguera según la leyenda, paradójicamente renace también de sus cenizas.
Construido en 1792 por el arquitecto Gian Antonio Selva de las ruinas de otro teatro que se quemó, la Fenice se incendió la primera vez en 1846, tras lo cual fue reconstruida en menos de un año.
Ubicado en pleno casco histórico, no muy lejos del elegante Canal Grande, el teatro fue arrasado por las llamas nuevamente el 29 de enero de 1996, pocos días antes de su reinauguración, tras una imponente restauración, sumiendo a los venecianos en la tristeza.
La compleja reconstrucción de La Fenice atravesó numerosas etapas y suscitó polémicas y enfrentamientos entre administradores, magistrados y empresas.
La alcaldía de la ciudad, que desde el inició prometió que La Fenice iba ser reconstruida “tal como era”, organizó una verdadera fiesta para la inauguración, e instalará banderolas con el emblema del teatro en las plazas y puentes más importantes, como San Marcos y Rialto.
Las excepcionales condiciones de Venecia, la ciudad construida sobre el agua, obligaron a los encargados de la reconstrucción a trabajar con ingeniosos sistemas, instalando una grua gigante y enviando el cemento por tuberías externas.
El proyecto de reconstrucción fue ideado en 1997 por el fallecido arquitecto italiano Aldo Rossi, quien murió sin saber que sería realizado, e incluye nuevos espacios subterráneos, entre ellos una sala de ensayos y un estanque anti-incendio.
Los fondos aportados por el gobierno italiano, además de las donaciones que llegaron de todo el mundo, permitieron a los expertos trabajar libremente bajo un solo lema “como era, donde estaba”.
Las decoraciones de la sala estuvieron a cargo de Mario Carosi, escenógrafo del San Carlo de Nápoles y de la Scala de Milán, quien se inspiró en la rica documentación existente que se salvó del fuego.
El cielo raso turquesa fue pintado con la misma técnica empleada por Miguel Angel para la Capilla Sixtina.
“Trabajaron acostados”, contó Cristiano Chiarot, de la Fundación La Fenice.
Las maderas talladas y molduras con hojas de oro, fueron realizadas por artesanos de Treviso y Vicenza, junto con las cuatro cariátides blancas de las extremidades del cielo raso que parecen sostener el techo.
Un comité inglés, “Save the Fenice” (salven la Fenice), regaló la lámpara así como el centenar de candelabros que iluminan las logias repartidas en cinco pisos.
Los tapiceros de Venecia reprodujeron los terciopelos consiguiendo las tonalidades rojizas venecianas de las tinturas del pasado, mientras los muros color salmón resultan un homenaje al ave fénix egipcia que los decoran.
Una pequeña sala para un reducido público y el uso de una maquinaria escénica, definida como “la más moderna del mundo”, combinan técnica con tradición.