Olas de Parra
Javiera & los Imposibles quieren probar que hay vida después de una marea tan alta como el éxito de su disco “AM”. Sus nuevas canciones están en “El poder del mar”. “No somos un grupo de covers”, declara Javiera Parra. “Eso habría sido un suicidio”.
David Ponce
(4/12/2003)
Falta un par de kilómetros de carretera para llegar y Javiera Parra no sólo se está pintando los labios en el minibus que traslada a Javiera & los Imposibles a una sesión de fotos en la playa: se pinta los labios, gira el cuello hacia el conductor sin dejar de mirar su espejo de mano, le indica qué curvas tomar, todo junto.
Javiera Parra no sólo cree que las mujeres son capaces de hacer muchas cosas prácticas a la vez. Además las hace. “¿Cosas como mascar chicle y manejar? Sí, soy una ferviente creyente de eso”, dice.
Unas horas más tarde, ya tomadas las fotos para la portada de este “Wikén”, a propósito del nuevo disco del grupo, “El poder del mar”, el bajista de los Imposibles sale del furgón a comprar helados para todos. Y Javiera Parra lo sigue un minuto después. “Voy a ir con él, para que no se confunda”, explica.
- ¿Nada de este grupo te es ajeno? ¿Ni siquiera los helados?
“Me pillaste”, dice. “No es metete la palabra, pero confío bastante en cómo hago las cosas. Entonces no me siento indispensable, pero me gusta asesorar”.
- ¿Podrían funcionar Javiera & los Imposibles sin ti, o estás sobreprotegiendo a los niños?
“A ver... No, no podría funcionar de ninguna manera”, sonríe. “Les tengo que dar el ejemplo en todo. Por suerte son buenos músicos. En la parte práctica son bastante desastrosos”.
Es la complicidad que dan los años. Trece integrantes han pasado por los Imposibles desde su inicio en 1991, pero la actual formación es estable desde 1996, con el guitarrista Cristián López, el bajista Fernando Julio y el baterista Marcelo Filippi. Sólo este año se sumó el DJ Sebastián Rojas, o DJ Caso.
El caso del DJ
Con diecinueve años de edad, DJ Caso es, además del más nuevo, el más joven de los Imposibles. Y antes de ser DJ Caso era Caso a secas. Desde que una profesora habló con su madre sobre el caso de su hijo, que había pintado unos graffitis raperos en el colegio. Iniciado en el hip-hop, Caso ha sido DJ en discos de grupos como Demencia Local, Némesis y el colectivo Frente Lírico Combatiente o DMS.
“Pasé por un período súper cerrado, en primero y segundo medio era el hip-hop y la electrónica y punto”, recuerda. Pero acaba de grabar en el nuevo disco de Ángel Parra Trío, y con los Imposibles sus vínculos van más allá: el esposo de su madre, Hilario Alcalde, es hijo del escritor Alfonso Alcalde, quien a su vez es amigo cercano de la madre de Javiera Parra, Marta Orrego.
“Sigo tocando con Némesis, Bitman & Roban, DJ Raff y Solo di Medina, pero acá tomo más decisiones, me hacen sentir más parte del asunto”, dice. “De repente nos damos cuenta de que tiene diecinueve, y a los diecinueve nosotros éramos más chicos”, considera Fernando Julio. Aunque el DJ igual debe superar otro código interno: el generacional.
“Lo que pasa es que eres de otra generación, Caso, has vivido frente a internet”, desafía el bajista mientras viajan en el minibus. “A ver. ¿Has jugado chita y cuarta, con polcones? Nunca”.
“¿Has jugado terrome terrome tesic tesac?”, se suma Javiera.
“¿Jugaste al caballito de bronce?”, dice Filippi.
“¿Sabes qué es el Clan Infantil?”, añade López.
“He jugado todo lo que has dicho, h...”, responde Caso, algo mosqueado ante el interrogatorio ya abierto: esta es la PSU para entrar a Javiera & los Imposibles.
“¿Jugaste al hoyito patá?”
“¿Has quemado hormigas con lupa?”
“¿Le has echado sal a un caracol?”
“¿Le has metido un palito en el poto a un coliguacho?”
“¿Has tenido una honda porotera?”
“¿Te regalaron un pollito de sorpresa para un cumpleaños?”
“¿Votaste por Radomiro Tomic?” (extra risas).
“¿Fuiste a mover pitos a Los Andes?”
“¿Has comido yogur de pajaritos?”
“¿Has comido galletas Cómpeta?”, pregunta Javiera, sin dejar de monitorear al conductor.
No tengo edad
“Pobre Caso. Pero él es bastante zen para enfrentar lo que le está pasando. Además es divertido, porque tiene diecinueve: su mamá tiene tres años más que yo”, agrega la cantante. Javiera Parra tiene 35 años. “Ella lo tuvo muy joven, pero yo podría ser su madre si lo hubiera tenido a los quince, no sé. Ahora no ando pensando en eso cuando estoy con él”.
- No se nota tanta diferencia entre los integrantes del grupo.
“Sí. Igual, yo te juro que en estos últimos años se me ha relativizado tanto la edad, es algo tan abstracto que ya no me interesa nada. Se me ha ido desapareciendo. Tengo amigos chicos, amigos viejos, me encanta, estoy convencida de que el espíritu es lo único que manda en cuanto a vejez y juventud”.
- Tal vez uno ya no madura más, simplemente.
“Sí, yo me siento bien inmadura a ratos. Si me quedé pegada en una edad, fue como en los 22”, se ríe. “Ahí ya uno se definió. Yo siento que están pasando muy rápido los años, pero me siento igual que hace quince”.
- No tener hijos todavía puede ser una causa: los hijos te fuerzan a ser maduro.
“Claro. Es una cosa que no sé si te ayuda o te perjudica, pero te mantiene todavía más libre: mañana si me aburro agarro mis cosas y me voy y por el momento soy yo sola en el mundo”.
“AM” contribuyó a acelerar los últimos años. “Fueron muchos viajes, con esa sensación rockera pastiche de decir ¿en qué hotel estoy?”.
- ¿Habría sido mejor o más seguro grabar más covers?
“No. Habría sido un suicidio creativo. Igual uno tiene cierta credibilidad con su público: no somos un grupo de covers. Habría sido fatal”.
- ¿Cuál es ese público?
“No sé, es súper amplio, pero el compromiso de este disco lo tengo más con el público anterior, que sigue esperando canciones inéditas. Tiene que ver con recordar a todo el mundo, oye, nosotros componemos y tenemos un pasado súper exitoso de canciones nuestras”.
- ¿Ese público nuevo va a comprar este disco?
“Un porcentaje lo va a hacer por curiosidad. Y “El poder del mar” es bien hermano de “AM” también”, dice: ambos tienen en común un sonido hecho de pop, bossa nova, lounge y rock.
El Abrazo de Pelluhue
Hay un efecto secundario del exceso de trabajo reciente: no hubo demasiado tiempo para elucubrar el nuevo disco. “El poder del mar” fue hecho con urgencia a contar de agosto pasado, grabado entre Isla Negra y Santiago, y trae diez canciones inéditas. Seis menos que “A color” (2000), el disco previo a “AM”.
“Ahora nos manejamos mejor. Ceder no es transgredir. Queríamos ser más sintéticos. De “A color” no opino porque intenté por todos los medios sacar tres canciones y los Imposibles simplemente no me pescaron”.
- Eso prueba la democracia que hay en el grupo.
“No, en el grupo hay una democracia asquerosa que me gustaría erradicar lo antes posible”.
Algunas canciones nuevas son directos manifiestos, ante el marketing en “Cómprame”, o ante las presiones que acusa la autora en “Reír a los diez”, donde reclama por todas las tareas que le tocan. “Hay días en que, a pesar de que la edad se me relativiza, igual digo: tengo que mantenerme, estar contenta, ir a yoga, ser políticamente correcta, tener un hijo luego, y más encima cantar. Gimme a break”.
- ¿Y te resulta todo eso que dices? ¿Eres sana, sobria?
“Sí”.
- ¿Inteligente?
“Mmmh. Sí”.
- ¿Cool?
“Noo, cool es un chiste. Alguien que dice ser cool inmediatamente está siendo no cool”.
- ¿Sales a pegar afiches a la calle, o eso sí es una metáfora?
“Eso sí es una metáfora. Con Los Tres pegué muchos afiches con engrudo cuando tocaban en la Casa de la Constitución. Pero para mí viajar nueve horas en una van a Curanilahue y dormir en la única pensión... en este trabajo todo el tiempo sé cuál es la realidad. Llamo por teléfono para que vayan a la reunión, me consigo una mina que nos haga la ropa para la carátula: es como ir a pegar afiches”.
- ¿Y eres buena vendedora?
“Ese es un proceso post “AM”. “AM” es un disco, ya dijimos que vamos a hacer cuarenta. Lo dijimos abrazados en la playa de Pelluhue (región del Maule) a las cuatro y media de la mañana. Así que nos faltan 35, y yo creo que van a venir otros discos de covers y de música para películas... Lo divertido es que esa canción (“Cómprame”) es como una apología al conflicto interno de venderse, y va a ser la canción más vendedora del disco. Es súper pegajosa y tiene una letra conflictuada”.
- ¿No es una protesta ante esa obligación de venderse?
“Mmh... no lo hemos sentido. Es más valórico: todo lo que uno tuvo como meta, músicos como el Álvaro (Henríquez), nosotros, mi hermano (Ángel Parra), que pensábamos que para que te fuera bien había que ser bueno, tener cuero duro, y ahora resulta que te puede ir bien de las maneras más misteriosas, siendo un tarado con opinión o teniendo un real buen bronceado”.
- Pero no es sólo una abstracción. Cuando vino Camilo Sesto a la TV este año podrían haber tocado el cover de “Fresa salvaje” con él, pero al final actuaron los cantantes de “Rojo”.
“Sí, pero no olvides que decimos que no a todas esas cosas”.
- Pero ustedes querían tocar con Camilo Sesto.
“Me hubiera encantado que él tocara con nosotros”.
- Es lo mismo.
“Es que no es lo mismo. Cuando me han invitado a cantar con Franco Simone, con Cecilia Pantoja, yo no voy como solista. Los invito a cantar con los Imposibles. Y (con Sesto) llamaron para ofrecer eso otro (que sólo cantara ella). No hubo interés suficiente, era rara la propuesta. Y está “Rojo”, pero a nosotros no nos preocupan. O sea, el verano anterior era Porto Seguro, este verano va a ser OT... no sé, están siempre. Mutan. Son fenómenos mediáticos. No compiten con nosotros en la radio”.
- ¿O sea, el episodio de Camilo Sesto no es un ejemplo de cómo ustedes pierden terreno en la tele?
“Es que “Cómprame” también habla de eso. Para nosotros realmente ir a la tele es un desagrado. Nos cuesta. Sólamente vamos cuando estamos promocionando algo, nos pagan...”.
- La excepción fue haber ido al programa de...
“Margot Kahl”.
- A raíz de...
“... del libro (biográfico de Los Tres)”.
- Ahí cobraste.
“Cobré. Pero dividí la plata con el grupo porque yo soy huevona. Siempre lo hago”.
- ¿Cuántos millones fueron?
“Fueron como cinco millones”.
- Si era desagradable había que cobrar por hacerlo.
“Y además fue bueno ir a reírse con el Fito Páez, y decir que no tenía nada que ver con eso. Aunque me trataron de decir como cuatro veces: “Sí, pero el libro dice que tú...” Yo no sé qué dice el libro. Yo sé lo que hice yo. Lo tengo súper claro”, sonríe. “Fue una etapa bien surreal”.
Parra hay para todos
Igual de directas son las nuevas canciones de amor de Javiera & los Imposibles, como “Tu cama” o la propia “El poder del mar”, que ya suena en la radio. Tan directas que la autora parece enamorada por primera vez. “Pero es que los tres primeros días son así, pues”, argumenta.
“Es lo único en lo que puedes meter mano a la hora de componer”, agrega, y piensa. “No se puede estar triste por una separación y felizmente enamorado al mismo tiempo. Aunque en el disco hay eso. Es que así están las cosas”, sonríe. “La vida está muy esquizofrénica. En un mes escribí “El poder del mar” (una canción de enamoramiento) y “Entre una luna y un sol” (una canción de adiós). Como con dos semanas de diferencia”.
- Eso confirma que puedes hacer dos cosas a la vez.
“‘Entre una luna y un sol’ empezó siendo una especie de declaración de amor y se transformó en una canción de despedida. No me había pasado nunca. Una persona me hizo revivir esa sensación, a nivel físico, y al mismo tiempo ese estado de enamoramiento mutó en otra cosa”.
- Claro, en odio, en rencor.
“¡No, al contrario!, en amistad”, se entusiasma. “Me están pasando cosas evolucionadas a nivel amoroso. Estoy siendo capaz de amar a muchas personas que están cerca. Me he desapegado de la posesividad. Además que soy bien libre, bien yo sola. Entonces he convencido a los que me rodean de que ¡hay para todos!”, concluye, con una carcajada. “Y me está resultando. Está bueno el nuevo concepto de amor que me está llegando”.
“Nieve” es la canción favorita de Javiera Parra en el nuevo disco. “Lo que me identifica de que el disco se llame “El poder del mar” es que me conmueve la naturaleza, mucho. Más que los seres humanos, lejos. Por eso siempre en mis canciones meto avellanas, flores, agua, árboles, verde, no sé. Me he dado cuenta ahora último”.
- La canción “El poder del mar” también habla de la naturaleza, de hecho.
“Sí, pues. De verdad siento que”, empieza a decir, y de pronto Javiera Parra cambia a susurro. “¿Me estaré poniendo esotérica? A lo mejor eso es la vejez”, se ríe. “Qué peligroso”.
Foto: Jorge Sánchez