OSLO.- La orca Keiko fue enterrada la pasada madrugada en la bahía noruega de Taknes, en tierra firme y en una ceremonia celebrada en secreto para no empañar la idílica imagen del cetáceo, cuyo cuerpo se encontraba ya en proceso de descomposición, informó hoy un portavoz del ayuntamiento de Halsa.
Lo normal hubiera sido transportar la ballena hasta alta mar y dejarla sumergirse en el océano, pero el deseo de la fundación "Free Willy" (Liberen a Willy) era enterrar al animal en tierra firme.
"Así procedieron la madrugada del domingo para evitar despertar la atención", declaró el consejero de cultura del ayuntamiento de Halsa, Lars Olav Lillebo.
El pequeño municipio costero noruego, situado en el noroeste del país, estudia ahora la posibilidad de construir un monumento en memoria del cetáceo, con el objetivo de preservar algo del atractivo turístico que Keiko había conseguido generar.
La fundación norteamericana tiene varios representantes que residen en Halsa, cuyo trabajo era el cuidado de Keiko, entrenándolo y dándole de comer.
Al parecer, la institución no quería que se fotografiara a Keiko ya que su cuerpo comenzaba a mostrar signos de descomposición, que no se correspondían con la imagen idílica creada en el celuloide.
"La fundación deseaba que la gente recordara a Keiko tal y como era en vida", declaró Lillebo.
Dos tractores y una excavadora se emplearon a fondo para mover las seis toneladas de peso del mamífero, a su lugar final de reposo.
Ocho personas asistieron al entierro, entre los representantes de la institución Free Willy, operarios de las máquinas y propietarios de las parcelas escogidas para dar el último cobijo al animal