VENECIA.- La alegría no supo de límites y el júbilo inundó el nuevo Teatro La Fenice cuando el domingo por la noche terminó el concierto inaugural dirigido por Riccardo Muti.
Venecia vuelve a tener su ópera, “allí donde estaba y tal como era”, según el lema que durante casi ocho años acompañó los trabajos de reconstrucción del edificio arrasado por las llamas.
En el aplauso se mezclaron lágrimas de emoción por este renacimiento del “Fénix” (Fenice) de sus cenizas.
“La música anuncia que la pesadilla de Venecia llegó a su fin”, dijo el alcalde Paolo Costa en su discurso inaugural, en el que apenas pudo ocultar su alegría. “Al comenzar el concierto lo supe: Lo hemos conseguido”, dijo luego en una entrevista.
También el presidente italiano, Carlo Azeglio Ciampi, que siguió el concierto desde el palco real con su esposa, estaba profundamente conmovido. “Una noche fantástica. La reapertura tras tanto tiempo de espera hizo que todo fuera aún más emotivo”, sostuvo.
El patriarca de Venecia, cardenal Angelo Scola, también estaba entusiasmado. “Es bueno que la ciudad encare este acontecimiento con orgullo”.
De hecho fue un acontecimiento que conmovió a toda la nación y por eso la apertura fue transmitida en vivo por la televisión estatal. Antes del concierto, la orquesta y el coro de La Fenice tocaron el himno nacional italiano.
Todos se deshicieron en elogios por la acústica incomparable que gracias a los trabajos de una empresa alemana no se distingue en nada de la de la “vieja” Fenice.
También los ornamentos fueron reproducidos con total fidelidad. Incluso las sillas tienen el mismo aspecto que las de antes.
“Me conmueve la idea de volver a dirigir en esta sala mágica”, dijo el director general de la Deutsche Oper en Berlín, Christian Thielemann, que celebró en La Fenice sus primeros éxitos.
En el concierto de apertura se incluyeron obras de compositores con una relación especial con Venecia. Al inicio, se tocó la obertura de “La consagración de la casa”, que Ludwig van Beethoven compuso en 1822 para la inauguración del “Josephstaedter Theater” de Viena.
Le siguieron la “Sinfonía de los salmos” de Igor Stravinsky, el “Te Deum” del compositor Antonio Caldara, y “Las marchas sinfónicas” de Richard Wagner.
El 29 de enero de 1996, La Fenice, levantada en el siglo XVIII y ya incendiada en el siglo XIX, quedó reducida a cenizas en tan sólo unas pocas horas.
El fuego fue provocado por dos electricistas, que estaban retrasados con sus trabajos. Fueron condenados a seis y siete años de prisión, respectivamente. Las obras se prolongaron varios años, en un proceso muy complicado.
A casi nadie pareció molestarle que la inauguración del domingo no fue la verdadera. Y es que los trabajos aún no están concluidos. Hasta el 21 de diciembre tendrán lugar algunos conciertos más y el 1 de enero habrá un concierto de Año Nuevo con Lorin Maazel.
Pero después La Fenice cerrará sus puertas por casi un año. En noviembre del año que viene, por fin, comenzará la primera temporada regular con “La Traviata”, de Giuseppe Verdi.