Que escuche toda la familia
Su nuevo disco,
Canta Aleluya Alelú, las aleja por primera vez del repertorio puramente infantil, desarrollando canciones religiosas y vinculadas a sus inquietudes filosóficas. Pero está el sello “mazapanesco”, explican. El grupo tendrá dos presentaciones en vivo este domingo.
Marisol García C.
(19/12/2003)
Las seis integrantes del grupo Mazapán ya han aprendido a tener paciencia con los adultos que ponen mala cara y preguntan con recelo “¿para mí? ¿En serio?” cuando reciben un disco suyo de regalo. Podrían sentirse presas de su condición exclusiva de creadoras infantiles, pero saben que su búsqueda musical les exige ampliarse a terrenos donde se toparán con el prejuicio. El de los adultos es sólo uno más.
Dicen que han sido “valientes” al desarrollar
Canta Aleluya Alelú, su primera incursión en terrenos musicales para adultos, aunque ellas prefieren definirlo como un disco “para la familia”. Una reunión de composiciones propias de cariz religioso, se mezcla con canciones tradicionales de temática no necesariamente navideña, pero sí de alabanza y súplica.
-Todos nuestros discos tienen mucho humor y juego. Pero éste es, entre comillas, más serio-, explica Michelle Salazar. -Yo creo que fuimos harto valientes al hacerlo. De repente uno se puede poner mucho más comercial y decir “no, Mazapán vende La cuncuna amarilla y La chinita Margarita”. Pero es importante hacer otras cosas. Que haya más material y que la gente pueda cantar cosas nuevas. Y si dicen “pero éste es más fomecito”, no importa. Hay que hacerlo igual.
Fue tanto el material que surgió durante la preparación de
Canta Aleluya Alelú, que el grupo dividió el resultado en dos, guardando una mitad para una futura publicación, el 2004. Mazapán parece ocupado en la presentación de este disco. Pero no demasiado más que de costumbre. Si hay algo que sorprende a Carmen Lavanchy, Verónica Prieto, Cecilia Álamos, María de la Luz Corcuera, Michelle Salazar y Victoria Carvallo es que la gente las crea en una definitiva disolución.
-Nos matan a cada rato-, ilustra Michelle
-María de la Luz: Desde que dejamos de estar en televisión, la gente piensa que desaparecimos. Y se te acercan de repente y te dicen “qué rico que se hayan juntado”. Y resulta que nunca nos hemos separado. Ensayamos religiosamente dos veces a la semana.
-Ya van 23 años de trabajo. ¿No les sorprende seguir juntas?
-María de la Luz: Lo sorprendente es que somos las mismas. Pero es algo que sale natural, hay una fuerza que nos lleva a seguir adelante.
-¿Y es esa perseverancia las que las lleva ahora a hacer un disco de estas características, con mensaje?
-Michelle: Siempre en nuestros discos hemos dado un mensaje. Siempre hemos apuntado a la cosa positiva, artística, a tenerle amor a los animales y la naturaleza.
-Carmen: Es como la búsqueda de la verdad y la belleza. A decir que, pese a todo, por alguna razón vale la pena vivir. Si uno se fija incluso en artistas bien existencialistas, cuando escriben para niños lo hacen en otro espíritu. Michael Ende, escribe para adultos y tú lees y... uf. Pero cuando escribe para los niños es otra cosa: pura búsqueda de la verdad, la inocencia. También John Lennon, cuando le escribe a su hijo se nota esa intención de protegerlo del mundo adulto.
-Me decían que es un disco “mazapanesco”. ¿Cómo definirían ese concepto?
-Son los timbres de voces. Son todos esos instrumentos antiguos, acústicos. Eso te da el gusto a Mazapán. Es crear vínculos entre el ser humano y la música.
-El grupo infantil se ha ido transformando en un segmento de mercado. ¿Les gusta esta nueva estética infantil que hoy domina?
-María de la Luz: No. En general, hay un apuro en transformar a los niños en adultos, antes de tiempo. Lo ves en la manera que los visten, la música que les dan...
-Michelle: Ya la guagua usa peto (risas de todas).
-Carmen: Y se les presenta algo, sin alternativa. Porque los niños también son capaces de apreciar cosas artísticas de distintos orígenes. Walt Disney es una alternativa. ¿Pero todas las otras?
-Cecilia: La estética de los monos, que suelen ser japoneses, es fea ya desde el colorido. No es una estética que tienda a lo hermoso. Es como esa concepción de que si el niño no está gritando y saltando, lo está pasando mal. No se les deja en silencio, mirando un pajarito...
-Y eso deja a la música de ustedes como ingenua.
-Dilo, no más: fome.
-Verónica: Es música con otro ritmo, sin batería. Es más lenta.
-Carmen: Es que no andamos buscando ser modernas. Porque lo moderno, pasa de moda. Nosotros hacemos cosas que nos salen del alma. Y si alguien quiere disfrutar con nosotros, bienvenido sea. No estamos pidiendo rankings.
-Pero si ustedes tocan, los niños disfrutan.
-Cecilia: Es que los niños también aprecian las cosas de calidad. Lo que pasa es que los adultos no se las damos.
-Verónica: Nadie se atreve hoy día a hacer un cambio de lo que se ve en televisión, o en publicidad. Se mueren de susto.
-Michelle: Es un esfuerzo ir contra la corriente. La gente está cansada, estresada, y si llega a su casa no tiene la energía para sacar a su niño de la tele y darle un libro, que es mucho más difícil.
-María de la Luz: Pero, al mismo tiempo, todos estos nuevos fenómenos duran poco. El Axé Bahía ya no se escucha, ¿o sí?
-Victoria: Los niños no han cambiado tanto. Cambia la oferta. Cuando haces algo con verdad, tiene que llegarle a todos los seres humanos.
Mazapán en vivo
Domingo 21 de diciembre
13 horas
Iglesia Nuestra Señora de los Pobres (Recoleta con Premio Nobel, Huechuraba).
Domingo 21 de diciembre
21 horas
Frente al Edificio Consistorial de Ñuñoa (Irarrázaval 3550) |