SANTIAGO.- Marco Antonio Fernández, el cantor de raíz folclórica que este año estrenó su disco “Canciones Pendientes” –bajo etiqueta del Sello Azul- entregó este lunes 29 de Diciembre, la canción “Camino a Fresia” –single de su última producción- a la ciudad de Fresia, localidad a 70 km. de Puerto Montt.
El propio artista viajó hasta la localidad de la Décima Región, para hacer entrega de forma simbólica su canción-homenaje al alcalde de la ciudad, Nelson Schwerter, como representante de todos los habitantes del lugar. La ceremonia oficial tuvo lugar en un acto que se realizó el lunes 29 de Diciembre a las 11 horas en la Municipalidad de Fresia.
Como anuncia con simpleza el nombre del tema, en “Camino a Fresia” el cantor toma trazos de su biografía para componer sus versos. El personaje retorna del extranjero a su añorada tierra, a reencontrarse con la naturaleza, el campo, el trigo, los ríos, el bosque y la mujer, que se encuentra personificada en la misma naturaleza.
Acerca del intérprete
Hasta los ocho años Marco Antonio Fernández no tenía ninguna relación con la música, hasta que su padre – el cantor popular Tito Fernández- llega del extranjero con toda la carga musical de un “patiperro” y le inyecta para siempre la inquietud por este arte en sus venas.
En ese entonces, comenzó acompañando con el bombo a sus padres, los que formaban un dúo musical que recorría la novena región haciendo presentaciones donde interpretaban un repertorio de música y canciones de raíz folclórica latinoamericana.
En 1970, debuta como solista en “la peña chica” que se realizaba todos los fines de semana en el living de la casa de sus padres que lo habilitaban como lugar para hacer canto popular.
Ese mismo año y de forma casual, crea la melodía del más grande y reconocido éxito de su padre, “La Casa nueva”.
Posterior al golpe de estado de 1973 no le es posible realizar ninguna presentación, hasta que en 1976 reaparece cantando los éxitos de su padre y caracterizándose desde entonces, por tener el mismo timbre de voz de su progenitor.
Luego de cursar estudios superiores en música (Tecnología del Sonido e Interprete superior en Contrabajo), forma un dúo con su hermana Verónica que culmina el año 1993 como finalistas en la XXXIV versión del Festival de la Canción de Viña del Mar, en el género folclórico. Radicado en Ecuador –durante 5 años- dedicándose al rubro gastronómico, donde luego de un período de reflexión reasume su compromiso con el canto.
Repatriado por su padre –en el 2001- luego de la desaparición de su guitarrista principal, Marco Antonio arribó al país para acompañarlo en la guitarra en el Festival de Viña del Mar, participando ese mismo año una gira por Suecia, Austria, Bélgica, Reino Unido y España.
De vuelta a Chile, se radica en su tierra natal y comienza a reunir viejas canciones guardadas en algún rincón del olvido, junto a nuevas creaciones para darle forma a lo que sería “Canciones Pendientes”, su primer trabajo en el estilo más propio a su voz, la música de raíz folclórica.
