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Carisma de autor 20/8/2004

20 de Agosto de 2004 | 22:29 |
Carisma de autor

Jueves 19 de agosto, 21 horas.
Teatro Providencia


Marisol García C. 20/8/2004

Cualquiera que viniera siguiendo las últimas noticias en torno al grupo sospechaba de la singularidad del concierto que este jueves ofrecerían Los Prisioneros en Providencia. No sólo por ser la presentación en forma oficial de los temas de su sexto disco (Manzana, a la venta desde el próximo martes) y sus dos más recientes integrantes (el guitarrista Gonzalo Yáñez y el guitarrista y tecladista Coti Badilla), sino porque los esfuerzos promocionales para este álbum se invertirán en el extranjero, muy lejos de Chile.

Lo confirmó hacia la mitad del show el propio Jorge González: “Éste es probablemente uno de los últimos conciertos que daremos en Santiago; una ciudad enferma de envidia, de copuchas, y cuyo gran motor es el temor a que te echen de la pega [...]. La verdad es que tocar en Santiago es lo más incómodo que hay”. Sabemos del excepcional talento del músico para combinar las relaciones públicas, la ironía, la mala onda y la reflexión social. De esa sola frase pueden desprenderse varias de las aristas que hoy sostienen su trabajo y el de sus compañeros. Incómodos en Chile —el año 2003 fue definitorio para el paso al lado que Los Prisioneros decidieron dar respecto a los medios de comunicación locales, y que no parecen dispuestos a revertir—, su situación ha redirigido sus energías, esta vez hacia el trabajo duro en el extranjero, con conciertos ya agendados en Estados Unidos, Canadá, Perú y México. “No nos presentábamos en un teatro tan chico desde... 1986”, le dijo luego al cantante al contingente de unos 800 fans fieles y periodistas que no alcanzaban a llenar el recinto. Al menos por ahora Los Prisioneros no parecen dispuestos a invertir ni un minuto en la reconquista de quienes el año pasado se decepcionaron de su irregular álbum de regreso (del que no interpretaron ¡ni un solo tema!) y su trato del “caso Narea”. Lo cual es lamentable, porque Manzana es un disco mucho mejor dirigido, hacia el cual González no puede disimular su entusiasmo. Lúcido y enérgico, el cantante fue esa noche el agitador carismático que necesitaba un teatro dispuesto a guardar un silencio absoluto cada vez que hablaba, y que ha desplegado en Manzana los versos de un creador enamorado, correspondido en ese amor, y que prefiere cometer errores que acomodarse en fórmulas (y de eso se trata el tema “Acomodado en el rock and roll”, que uno tiene derecho a creer que alude a Claudio Narea y/o Álvaro Henríquez, sus dos más recientes socios fallidos).

Como en Corazones (1990), son esos versos personales los que funcionan mucho mejor que los más predecibles dardos político-sociales (“Mister Right”, un rock electrónico; y “Limpieza racial”, un ska). Sin Narea se ha perdido la carga icónica del trío, y Manzana debe analizarse como un disco “de autor”, pues así funciona incluso en vivo. Badilla y Yáñez —este último, un buen guitarrista con la carga de carisma juvenil necesaria para ganarle al grupo nuevos, o más bien “nuevas”, fans— son los comparsas de un líder que ha vuelto a entusiasmarse con su repertorio, aunque en “Estrechez de corazón” no pueda dejar de desafinar o insista en hits antiguos que ya no emocionan ni a la primera fila. En sus manos hay un nuevo disco enérgico, que combina dos vertientes claras y atractivas, el rock de guitarras y el disco, y que Los Prisioneros debiesen poder defender incluso a pesar de sus propias paranoias. Más lejanos e incómodos, Los Prisioneros son hoy un grupo del cual no debe esperarse empatía. Pero hay muchas otras vías de acceso a la música que la calidez.


Repertorio completo:

1. Manzana
2. Mister Right
3. Quieren dinero
4. Cuéntame una historia original
5. Paramar
6. ¿Quién mató a Marilyn?
7. Sudamerican rockers
8. Insatisfacción
9. Sexo
10. Corazones rojos
11. ¿Por qué no se van?
12. Limpieza racial
13. Papapá
14. (San Miguel) Tren al sur
15. (Fe) El baile de los que sobran
16. El muro
17. El verdadero sexo
18. Nunca quedas mal con nadie
19. Estrechez de corazón
20. Acomodado en el rock and roll.
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